sábado, junio 28, 2014

ADIÓS A LUIS VERA EX DEFENSOR DE LA ROJA Y DE FANALOZA


Luis Vera es el quinto de pie de derecha a izquierda.
         El destino quiso que en un día tan significativo para el fútbol chileno, como fue el match homérico frente a Brasil en que la Roja cayera por penales, dejara de existir en Concepción el gran deportista, profesor, futbolista y ex seleccionado nacional Luis Vera Avendaño. Precisamente como mediocampista de la Selección Chilena en los cincuenta enfrentó al Brasil de Pelé en un torneo en Buenos Aires. Al momento de su partida, Lucho Vera tenía 84 años y padecía de una larga enfermedad. No podemos dejar de subrayar que Vera jugó también en Penco defendiendo los colores de Fanaloza en el Campeonato Regional de Fútbol.
       Sus funerales serán mañana domingo 29 de junio de 2014 en el cementerio de San Pedro de la Paz luego de una misa en la Iglesia de San Agustín de Concepción a las 15:00 horas.
    La siguiente nota-homenaje a Luis Vera Avendaño la ha preparado el periodista Max Wenger, quien fuera su pupilo primero en el liceo N° 2 de Concepción y posteriormente en la Universidad penquista.
 Cuando Lucho Vera anuló a Pelé
POR MAX WENGER MEZA
Lucho Vera, capitán del seleccionado chileno, en la ceremonia de los saludos oficiales frente a su par brasileño,
el defensa Bellini. (Foto Galería de Fotos El Sur).
       Conocí a Lucho Vera cuando lo vi jugar fútbol vistiendo la camiseta del Deportivo Fanaloza, en la cancha del Fortín de la Refinería de Penco, hacia finales de la década de los 40. Mi padre me llevaba con 6 a 8 años a vivir mis primeras experiencias ligadas al fútbol de verdad.  Recién he conocido la triste noticia de la partida definitiva de Luis Vera Avendaño.
           Estos últimos días, seguro que a propósito de las actuaciones de la Roja en el Mundial de Brasil, había estado recordando su figura deportiva en la Selección Nacional, que llegó a capitanear hacia fines de la década de los 50 y hasta poco antes del Mundial del 62 en Chile.
Vera en su papel de entrenador.
     En aquellos años, Luis Vera Avendaño ya mostraba sus grandes aptitudes futbolísticas al incursionar  en el incipiente semi-profesionalismo del Campeonato Regional de aquellos años. Lucho provenía del respetado C.D. Lord Cochrane de Concepción, pero fue con los colores del Fanaloza de Penco que emigró a Santiago para integrarse a su club de siempre en el profesionalismo, el Audax Club Sportivo Italiano, los “verdes de la calle Lira”.
          En más de una entrevista a medios de cobertura nacional, como la Revista “Estadio” por ejemplo, Lucho había expresado que había que ver el fútbol como un medio y no como un único fin. Fue por eso probablemente que militando por más de diez años sólo en el Audax y con la Roja, se preparó para el momento de su adiós al fútbol de más alta competencia.
Lucho Vera, ganador con Audax Italiano. El primero de izquierda a derecha de pie.
          Estudió primero y se recibió como Contador y luego ingresó al Instituto de Educación Física de la Universidad de Chile, en donde obtuvo el título de profesor de Estado en esa especialidad. Su regreso a tierras penquistas ocurrió a comienzos de los años 60 si la memoria no me juega una mala pasada y fue contratado por el C.D. Huachipato, como técnico y jugador de su primer equipo en el Campeonato Regional.
Luis Vera en el camarín de Deportes Concepción. Observan "Matute" Fabres, el segundo de izq. a der. y Vicente Cantatore, penúltimo de la derecha. (Foto El Sur)
       Al cabo de un tiempo breve se integró a la Universidad de Concepción como profesor de educación física y a la vez como técnico y jugador del Club Deportivo del mismo nombre que con Lucho a la cabeza, conquistó el título de campeón regional en 1962. Posteriormente, en su condición de técnico con amplia preparación en ese campo y como profesor de educación física, dirigió a clubes como Deportes Concepción en varias oportunidades y a C.D. Huachipato en el profesionalismo nacional.
        El apreciado y reconocido deportista formó parte de la Roja de la fue su capitán en el Campeonato Sudamericano en el verano de 1959, en Buenos Aires, certamen que se mantiene hoy bajo el nombre de Copa “América”.
Vera conversa con un jugador. Escucha atento el masajista Hernán "Chamullo" Ampuero. (Foto El Sur)
        Las crónicas de medios escritos y las transmisiones radiales destacaron con admiración el excelente nivel alcanzado por Luis Vera en esa oportunidad. El “scratch” brasileño estaba integrado por Pelé, Zagalo, Garrincha, Vavá, Didí y Gilmar, entre otras grandes figuras que habían logrado su primer campeonato mundial en Suecia  un año antes. Lucho no sólo anuló a Pelé en el partido correspondiente, sino que fue nominado como el mejor medio campista defensivo del certamen.
Con la camiseta de Audax Italiano.
        Tuve en lo personal la satisfacción y el honor de haber conocido a quien fuera mi profesor cuando completaba la enseñanza media y  luego en la Universidad, cuando cursaba estudios de pedagogía en esa corporación académica. Con la audacia y el atrevimiento de la juventud también estuve en un curso para monitores de fútbol dictado por el profesor Luis Vera. Por entonces, me daba el gusto de narrar partidos de fútbol por radio, primero con Lucho en la cancha y después en innúmeras oportunidades, en que él actuaba como técnico de clubes regionales.
      Estas rápidas líneas las escribo como un homenaje sencillo a quien admiré siempre y que fuera una de las más destacadas figuras del fútbol de la zona penquista por varias décadas. No sería justo dejar de hacer mención a las condiciones personales de Luis Vera, su caballerosidad, corrección y sentido de superación que siempre trató de inculcar a sus dirigidos, con pocas palabras, pero acaso con lo que más vale, el ejemplo.
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EMOTIVOS RECUERDOS DE DON LUCHO VERA

EN SUS FUNERALES


        Los funerales de Luis Vera Avendaño se efectuaron en el cementerio Parque San Pedro de La Paz luego de una misa en la iglesia San Agustín y que ofició el padre Luis Riffo, quien había sido su alumno. El sacerdote hizo emotivos recuerdos de quien fuera su profesor de educación física. También despidió a don Lucho su hijo Gustavo Vera González, quien es gerente de CMPC Angol.
         En el cementerio habló a nombre de ex seleccionados chilenos convocados en su momento por Luis Vera, el ex lateral derecho de varios clubes Rolando García. El ex futbolista destacó la caballerosidad y la corrección que caracterizaron a Vera. “Tuvo siempre un trato muy deferente para con sus dirigidos. Era un hombre reflexivo y de pocas palabras”, dijo García.
Fanaloza campeón del fútbol regional. Foto de finales de los 50. Luis Vera es el tercero de los jugadores agachados de izquierda a derecha, con sus dos manos sobre un balón.

        Se conocieron también las aficiones y preferencias del fallecido entrenador. Le gustaba la ciudad de Buenos Aires porque le interesaba el tango y lo bailaba muy bien. Con respecto al fútbol, admiraba el estilo británico y en una oportunidad fue enviado a un curso con el Arsenal en su sede de Holloway en Londres.
         En sus años de futbolista Lucho Vera era solicitado como refuerzo de clubes. En una oportunidad en que Unión Española salió campeón reforzó a ese equipo para una gira por España. Unión enfrentó al Barcelona y lo derrotó 2-0 con Luis Vera en su formación.
         A nivel nacional Luis Vera contribuyó a descentralizar el fútbol y como técnico de la Roja convocó a muchos jugadores de regiones para abrirles una oportunidad. Algunos de ellos: Rolando García, Francisco Pinochet, Julián Urrizola.
        Durante muchos años Luis Vera vivió en Penco. Inicialmente de profesión contador trabajó para Fanaloza, donde también defendió las camiseta blanca de la banda celeste del club de esa industria. Posteriormente estudió educación física en la Universidad de Chile y con su título de profesor de la especialidad inició su fructífera carrera. Su curriculum es muy largo y sus logros también. Su vida dejó huellas profundas en Chile y en particular en Penco.
Luis Vera Avendaño, adiós a un ejemplo de deportista.

sábado, junio 21, 2014

EL GRITO DE GOL DEL MUNDIAL DE 1962 ESTREMECIÓ A PENCO


Portada de un álbum de 1962.
          Visualmente el Mundial de Fútbol de 1962 que se disputó en Chile fueron fotos en blanco y negro que publicaban los diarios y las revistas. Ése es el recuerdo, pero, el torneo fue vibrante. La radio le puso todo el color imaginable a falta de televisión. Adicionalmente, los niños y niñas tuvieron la opción de coleccionar las láminas dibujadas de los jugadores de los países para pegarlas en álbumes que algunas empresas astutamente lanzaron al mercado. Una vez que el último jugador extranjero abandonó el país al término del mundial, los noticiarios de cine comenzaron a proyectar en los teatros secuencias cortas de los partidos de fútbol. ¡Eso fue emocionante! Aquellas imágenes en movimiento complementaron los relatos de los narradores radiales muy frescos aún en la memoria.
     Los niños de Penco nos juntábamos para escuchar las transmisiones que hacían radios de Santiago de los partidos y que retransmitían las emisoras de Concepción. La algarabía estallaba por todas las calles penconas al grito de gol de los locutores. Eran alaridos colectivos de júbilo al compás del relator. Terminados los partidos, salían los álbumes a la palestra. Debió ser un negocio redondo de las empresas que se dedicaban al rubro porque hacíamos colas en los quioscos para comprar los sobres que traían las láminas de los jugadores. Y se producía un mercado secundario  de estas imágenes porque había que cambiar aquellas que se repetían. En las equinas se armaban grandes grupos de muchachos y niños intercambiando fotos para rellenar los álbumes. Para ti, para mí, como en el relato del fútbol.
        Una vez completados los álbumes había que enviarlos a concursar. La empresa les ponía un sello y ya estábamos compitiendo. ¿Y cuál era el premio? No recuerdo, tal vez un viaje o artículos electrónicos. No supe de nadie en Penco que haya ganado uno de los mentados premios. El verdadero estímulo era el desafío de llenar los casilleros, quién lo lograba primero.
        Después los álbumes timbrados quedaban olvidados, se ajaban y se iban a la basura. Los más cuidadosos –yo no entre ellos—los cuidaron para siempre. Hoy veo por internet que en Mercado Libre venden esos álbumes en 750 mil pesos, más de 1.200 dólares.

lunes, junio 16, 2014

RECETA PENCONA CON CHANGLES EN LA TELEVISIÓN

Sorpresa de animadoras de televisión por los changles pencones.
       Un programa de cocina en televisión difundió la receta de empanadas de changles que los animadores llamaron "receta pencona". Fue toda una sorpresa y una novedad que nuestros modestos pero deliciosos changles hayan sido el tema del día en la TV. El maitrê Álvaro Lois explicó el origen de los changles --tan comunes en nuestra ciudad-- y enumeró la serie de opciones culinarias a partir de este tipo de hongos silvestres.
        Los changles --dijo Lois-- nacen y crecen en los bosques de hualles (robles) de los cerros del sur al final del otoño. Se nutren de las hojas en descomposición de estos árboles y en cosa de semanas están listos para ser cosechados. Él no mencionó lo difícil que resulta hallarlos en medio de un piso tapizado de hojas como es el caso de los hualles. Lo cierto es que en Penco no todos saben de dónde vienen estos hongos, salvo que un vendedor callejero en un canasto pase ofreciéndolos puerta a puerta.
       Muy bien, pero el tema central de esta nota es dar a conocer la receta para preparar ricas empanadas de changles que aparecieron en pantalla y que nosotros reproducimos aquí.

domingo, junio 08, 2014

UN TESTIMONIO DEL CARIÑO POR PENCO


La estación que recibió a tantos miles de visitantes y residentes pencones.
           Un señor de Santiago, que vivió su niñez en Penco, me dice que guarda los mejores recuerdos de nuestra ciudad: “Sacábamos camarones en el potrero donde hoy está la población Fech; nos colgábamos de los carros con azúcar que tiraba una locomotora pequeña de la Refinería en calle Talcahuano; comíamos cholguas asadas en latas que poníamos sobre los braseros. No he probado otras mejores desde entonces”.
       “Por eso, me sigue contando—después de haberme instalado en Santiago, con mi familia viajábamos a Penco para las vacaciones de verano. Estoy hablando de los años cincuenta. Nos íbamos en tren. Yo compraba los pasajes Alameda-Chillán. Y de ahí tomábamos la combinación a Penco, ese tren que iba por la costa (el ramal o el chillanejo). Nuestros hijos saltaban de felicidad cuando llegábamos. Lo primero que hacían era correr desde la estación hacia la playa. Se sacaban los zapatos e iban a mojarse los pies en el mar. Luego de eso, tomábamos las maletas y los bultos y nos íbamos para la casa”.
          La persona que me narra esta historia tiene una propiedad que heredó de su padre, un ex trabajador de la refinería, en el sector de La Ermita. Por eso, me dice que tomaban directo la calle Membrillar desde la estación y se iban subiendo la cuesta hasta su casa. Me cuenta también que su familia llegó a Penco desde Angol en los años cuarenta. Si bien el jefe de hogar tenía trabajo, carecían de un lugar donde vivir. Por eso, el padre se acercó a la iglesia católica local, le planteó su necesidad y ésta le donó un pequeño terreno a pasos de la Ermita, por Membrillar. Emparejaron el suelo que estaba en una falda y construyeron. A esa casa venía a veranear quien me contó esta historia. Hoy en día la propiedad sigue ahí y muy a lo lejos sus hijos –esos niños de entonces que se mojaban los pies en el mar—van a Penco para visitarla para incorporarle mejoras. 
          Aquellos fueron años tan agradables en Penco que sus hijos al parecer no están dispuestos a deshacerse de ese evocador enclave pencón, propiedad de la familia por setenta años.