sábado, septiembre 28, 2024

QUE EN PAZ DESCANSE EL PERIODISMO

TEODORO LEÓN GROSS, periodista español.
                    El texto siguiente es un resumen de una charla del periodista español Teodoro León Gross sobre su libro "La Muerte del Periodismo" y, además, en la misma línea de un comentario del periodista argentino Marcelo Longobardi. Tanto la charla como el comentario abundan en ejemplos de la decadencia del periodismo. Para resumir he empleado una retahíla de citas expuestas por ambos profesionales. El anhelo de la verdad subyase en todas las ideas. Las citas desnudan a la política actual en el mundo, que menosprecia la verdad, como la responsable de la muerte del periodismo. Para ser justos, los periodistas también tienen su cuota de responsabilidad.  Pero, no perdamos la fe, se ve una luz al final de este túnel.   

                    La batalla es entre lo verosímil (aquello que es creíble porque presenta una apariencia de verdadero) y lo propiamente verdadero. Algo apenas verosímil, incluso menos, se convierte en verdad para quien rechace toda verdad auténtica. Las cosas son ciertas si confirman mis creencias, de lo contrario son mentiras. Si lo que me muestran es verdadero pero no calza con mi esquema habitual de pensamiento no lo acepto. Más aún, lo denuncio como una mentira flagrante, como una estafa al público, incluso lo denuncio de ser fake-news.

                    La irrupción de las redes sociales el 2006 aceleró este proceso. Porque sus algoritmos terminaron generando comunidades que son comunidades afines (las burbujas). De esa manera nacieron los sesgos de confirmación. Queremos oír, ver y leer aquello que confirma lo que pensamos. Hemos perdido la visión de totalidad. Sólo nos queda el relato de la burbuja a la que pertenecemos. Sólo hay burbujas contrapuestas. Hecho que produce el sesgo: nosotros tenemos la razón, ellos no.

                    Ha muerto una forma de entender a la prensa como pilar de la democracia. La ira y el miedo son los insumos de gestión de la política, son sus motores. Lo negativo exita muchísimo más. La política usa el odio para atraer más atención, hecho que ha conducido a lo que vemos, el peor momento para las democracias en el mundo.

                    Hemos perdido como sociedad el relato totalizador que nos entregaban los diarios de antes. Una política sin contrapoder degrada la democracia. Todos recordamos los 70, los 80, los 90 cuando las noticias eran las mismas para todos. Se podían leer distintos diarios, cada uno con su posición política, pero la agenda informativa era la misma.

                    El periodismo fracasa cuando le dice a la gente lo que tiene que pensar. En cambio tiene éxito cuando le dice a la gente sobre qué es recomendable pensar.

                    Entonces el periodismo era respetado por la genda y por su apego a la verdad. Sin embargo, con el triunfo de Trump el 2016 la política dejó de temer al periodismo. Le perdió el respeto. Una vez que eso ocurrió, la verdad ya no importó, daba lo mismo, en ese momento el periodismo dejó de tener peso que lo hacía respetable.

                    El periodismo entró en crisis ese año, junto con el modelo de negocios de diarios financiado por publicidad. Hasta entonce el sostén del periodismo era la verdad. Y hemos llegado a la post verdad que se mencionó por primera vez en 1992 y que tomó vuelo con Trump y la campaña británica por el Brexit. La post verdad es el desprecio por la verdad. No es un ataque a la verdad, sino que es un desdén. La verdad ya no tiene importancia. No quiere decir que la verdad se haya vuelto mentira. La fake-news es la mentira.

                    Los hechos son sagrados, las opiniones son libres, decía un editor de un diario norteamericano. De ahí que el derecho del ciudadano a la información es el derecho a conocer los hechos, la verdad de lo que ocurre en el mundo. En cambio, la libertad de expresión es un asunto distinto. Cada cual tiene su opinión y es libre de decirla.

                    Así, los hechos dejaron de ser sagrados. Por eso, la base del buen periodista es: cuando cuentes los hechos no los contamines. Cuando los cuentes, que sean los hechos.

                    La mayor mentira de la anterior campaña de Trump fue que él tenía el apoyo del Papa. Hay un drama, contra la mentira podemos luchar, pero cuando la verdad no importa, el periodismo pierde su razón de ser.

                    Una cuota importante del desastre también es culpa del periodismo. Comenzó con el desempeño de la profesión creyendo en la idea de la impunidad absoluta. Teníamos normas bien claras y un código de ética que no lo respetamos. Si había un reclamo, se publicaba un desmentido mojigato, escondido en alguna de las páginas y nada más. Pero, ningún periodista perdió su trabajo por haber faltado a las normas éticas. O sea, impunidad.

                    Sin embargo, el 2014, tres directores fueron expulsados de importantes diarios españoles no por incumplimiento del código nombrado sino por incomodar al poder político al sostener y defender la verdad. No los echaron por incomodar a los ciudadanos, no contaron mentiras.

                    La información de calidad es cara. El lector ya no quiere pagar por ella, ya que está gratis en internet. Por eso estamos haciendo un periodismo barato tipo fast-food y el periodismo barato siempre será malo. Los periodistas somos expertos en todo y conocedores de nada. Tenemos que hablar de todo, pero no sabemos de lo que hablamos. Nosotros sabemos preguntar a la persona adecuada para poder contar el tema en un lenguaje comprensible a quienes nos leen.

                    El día en que los periodistas aceptaron cubrir ruedas de prensa donde no se permitían preguntas, el periodismo se convirtió en un instrumento propagandístico de los dirigentes políticos. Cuando esto se instaló en España, los periodistas adoptaron la decisión de no asistir. Pero, la decisión duró 24 horas, ya que los medios prefirieron prestarle el servicio propagandístico primero a los políticos antes que respetar el derecho de los ciudadanos.

                    El periodista tiene el vicio de buscar lo negativo del mundo sin que le importe que el mundo es mucho mejor que peor. Todos somos cómplices de ese vicio.

                    La información se trata que sea atractiva, no que sea una entretención en sí misma. Las noticias no se hacen para que el público se divierta sino para hacernos mejores ciudadanos.

                    En internet para conseguir lo que se llama tráfico, para lograr visitas, no sirven los titulares tradicionales, hay que hacer otros. Nacen los clip-date o titulares egos. Ejemplo: «Lo que le pasó a Boric al bajar del avión, ni te lo imaginas». Entonces, atraído por ese título, tú pinchas. ¡Tráfico logrado! Aunque lo que le haya ocurrido a Boric al bajar del avión haya sido ni siquiera una anécdota.

                    Las grandes empresas del entretenimiento entraron en el periodismo y compraron los medios más respetables, Time, por ejemplo. De ese modo los dueños del show-business cambiaron el sentido de la prensa, la convirtieron en una entretención. Con ese cambio, nos volvimos info-entretenedores y no informadores. Nos condenamos.

                    Antes de finalizar, aclaremos. El periodismo ha muerto, pero se trata del periodismo clásico. Las nuevas tecnologías están ayudando a un periodismo emergente, que goza de gran respaldo ético que se atreve a mostrar eso que los poderosos quieren esconder. En Chile tenemos ejemplos: CIPER, El Mostrador están a la vanguardia de un periodismo centrado en lo original: lo sagrado de los hechos. En el bosque de las mentiras, la ira, el miedo, las verdades a medias y las afirmaciones interesadas, ese periodismo se abre paso con dificultad para mostrarnos los hechos y como consecuencia un mundo mejor.

jueves, septiembre 26, 2024

LA SABIDURÍA DEL VIEJO EFRAÍN


                    El viejo Efraín a veces venía caminando desde la puerta de su casa en calle Alcázar con tranco de viejo para meterse en nuestros grupos e informarse de las conversaciones de gente mucho más joven que él. Rara vez intervenía, aunque es cierto también que los demás no le dejaban espacio, así que se conformaba con oír lo que contaban. Tampoco nadie le preguntaba su opinión, otra falta de respeto de jóvenes hacia una persona mayor.

                    Igualmente, Efraín se divertía de lo que en esos grupos se hablaba. Sonreía y reía como todos de los chascarros que se decían en especial de los ausentes. Unos cuentos eran anécdotas entretenidas, otros simplemente pelambres picantes. En esas reuniones informales nunca faltaba una situación que desmenuzar y pasarlo bien; conversaciones en cualquiera esquina de Penco.

                    La gente, principalmente los hombres, se juntaban sin citarse en las veredas de las intersecciones. Era lo más común en esos años en que no había más que hacer cuando llegaba el crepúsculo, sin televisión ni todos los medios digitales que se desarrollaron después.

                    Cuando un avispado contaba una talla todos los demás reían, incluido el viejo Efraín, pero cuando terminaban las risas y comenzaba otro relato, el viejo seguía riéndose de la anterior. Llegué a pensar que se debía a una comprensión tardía del chiste.

                    Un día conversé solo con él y me atreví a preguntarle discretamente que me parecía extraño eso de prolongar la risa cada vez. Le pedí que me contara cuál era la gracia adicional que le hallaba a las tallas o si yo me estaba perdiendo algo sabroso que no llegaba a comprender.

                    Al viejo le lagrimeaban los ojos por algún problema de presbicia, tal vez conjuntivitis. Cuando terminé mi pregunta me pidió que le explicara mejor. Le dije qué curioso don Efraín (así se llamaba o así lo conocíamos entre el vecindario donde vivíamos) que usted no comprenda mi pregunta pero sí las tallas de los otros...

                    El viejo se puso serio. Me miró directo entre esas lágrimas que lo obnubilaban. Me pudo ver como a través de un parabrisas en medio de la lluvia. Y lo que me dijo me dejó petrificado. A continuación transcribo con mis términos a mi modo, más o menos, eso que le oí puesto que él usó un lenguaje vulgar. Debo admitir, eso sí,  que a pesar de esa limitación de vocabulario sus palabras tenían un fondo de aguda sabiduría:

                    «Le entendí desde el principio, amigo, sólo que quería estar seguro de su real interés por eso le pedí que me lo repitiera. Bien, le explico: eso que ustedes hallan gracioso yo lo he escuchado una y otra vez a lo largo de mis años, desde que era joven. ¡Imagínese! Lo que me sorprende después de todo este tiempo es no oír nada nuevo; siempre lo mismo. Por lo tanto, y aquí espero satisfacer su inquietud no me río de las tallas porque las conozco, sino en realidad me río de la estupidez humana. Si llega a mi edad, ya se dará cuenta usted».

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Don Efraín, cuyo apellido no recuerdo, fue un marino de la Armada de Chile. Como grumete embarcado visitó varios países, según contaba. Fue un antiguo vecino pencón del barrio Alcázar fallecido hace ya muchos años. 


miércoles, septiembre 25, 2024

PROMESAS VACÍAS: EL CORREDOR BIOCEÁNICO Y EL ESTADIO DE PENCO

GRÁFICA obtenida del sitio web araucaniasinfronteras .

TEXTO: Abel Soto Medina, Aficionado a la Historia.

                    Un corredor bioceánico es la conexión de dos océanos por vía terrestre ya sea por ferrocarril o carretera o ambas. Sin embargo, por más de un siglo en América Central dos océanos han permanecido conectados gracias a la ingeniería por vía fluvial y de exclusas: el Canal de Panamá. Éste ha permitido, por ejemplo, a los neoyorkinos ir desde el Atlántico a Los Angeles en el Pacífico de un modo más rápido, que si lo intentaran vía Estrecho de Magallanes, que en años muy anteriores era lo tradicional.

                    Pero, entremos en la idea del Corredor Bioceánico que atañe a nuestra zona. El Diario El Sur del 04 de febrero de 1888, ejemplar N°1.581, publicó algunas tareas legislativas del año 1887, dentro de las cuales, resaltaba, que Talcahuano debería tener un Dique, para la reparación de embarcaciones aprovechando la gran cantidad de Veleros y Buques que hacían escala en la Bahía de Concepción, ya sea para descargar o cargar mercaderías o simplemente para abastecerse con pertrechos y seguir su itinerario, hacia el sur o norte.

                    En este mismo contexto del acuerdo legislativo, otra iniciativa era la de construir un Corredor Bioceánico, que uniría vía ferrocarril, las ciudades de Bahía Blanca en Argentina y Talcahuano, Chile. El comentario optimista de entonces era cuánto adelanto traería tal iniciativa para el intercambio de productos de todas las ciudades y pueblos por donde se extenderían los durmientes y rieles. Se agregaba que con ello las localidades pequeñas podrían acercarse más y aprovechar el progreso... Y con el comercio en desarrollo, sin duda llegaría el intercambio social y cultural entre los habitantes los que poco a poco irían manifestando la amistad entre los pueblos, sorteando con ello, la gran muralla de la cordillera de Los Andes. El Corredor contribuiría a superar las dificultades que nos separan. Conclusión, todos los esfuerzos son válidos cuando se proponen el bienestar de los habitantes. Al menos esa era la idea que flotaba en el ambiente.
                    Han pasado sólo 136 años de aquella iniciativa del Congreso que nunca ha plasmado. Sin embargo, acá localmente en la zona del Gran Concepción, cada cierto tiempo reflota esta idea del Corredor especialmente en tiempo de elecciones, cuando las promesas brillan en los discursos o programas que presentan los aspirantes a Alcaldes, Diputados, Senadores, y hoy los omnipotentes Gobernadores, cuyos poderes se han ido conociendo poco a poco, día a día durante estos últimos años, porque antes no se sabía mucho.
                    Alguien podría decir que una obra de esa envergadura hoy, no sería práctica, no conviene, no es comercial, no es apta, etc. NO. Basta recordar que recientemente cuando los movimientos del Puerto Coronel se vieron interrumpidos, los Puertos de San Vicente, Lirquén, Talcahuano y Penco, respondieron y estuvieron presto a suplir esa labor gracias a su capacidad instalada, infraestructura y conectividad. ¿Se imaginan ustedes si nuestros puertos, tuvieran un mayor flujo gracias al ferrocarril y el Corredor Bioceánico, cuánto trabajo generaría toda esta actividad? La pregunta es fácil, la respuesta la tienen, quienes detentan el poder representativo, así como también, la empresa privada, ¿no le parece señor lector?
                    Buscando mayores antecedentes para esta crónica, me sorprendí al extremo de renunciar a seguir escribiendo, pues la materia es mucho más que una simple nota como la que expongo (1). Es un asunto mayúsculo en importancia.
                    En todo caso, lo mío, es sólo para poner el tema en el tapete, en estos tiempos de «elecciones populares y promesas por doquier». Y  ya que estoy en esto, no puedo dejar de mencionar algo muy relevante para nuestra comuna, como es el tema del Estadio. Los pencones no olvidamos las promesas incumplidas, por cuanto en 1952, el Ejecutivo autorizó por ley, a solicitud de la Municipalidad, préstamos para que ésta construyera un Estadio para la comuna, hecho que no se concretó. Después del cierre de CRAV (1976) y el posterior desmantelamiento de la Refinería, de su campo de fútbol y de las otras instalaciones para el arte, el deporte y el bienestar, nos quedamos a brazos cruzados, sin Estadio. Hoy en día los vecinos bien saben que Penco es la única comuna de Chile, que no tiene Estadio. Quizás bien valga recordarles a las nuevas generaciones de ediles en campaña que tanto Penco como el Gran Concepción han sido víctimas de promesas vacías tanto en lo relacionado con la ilusión del Corredor como del sueño del Estadio. 

LA INOLVIDABLE Cancha de la Refinería y después de Loza-Penco.
El campo de juego que nos farreamos.

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(1) Link de video con el tema de la integración Chile-Argentina Sur:

https://observatorio.repri.org/2023/07/25/integracion-fisica-ferrocarril-entre-argentina-y-chile-el-caso-del-proyecto-trasandino-del-sur/?utm_campaign=shareaholic&utm_medium=email_this&utm_source=email


martes, septiembre 24, 2024

«VECINO» Y «VECINA», PALABRAS ABUSADAS POR LOS POLÍTICOS

IMAGEN tomada de internet: www.rosyramales.com
 

TEXTO: JUAN ESPINOZA PEREIRA, Docente pencón radicado en Copiapó.

Tránsito desde el Vecino al Ciudadano

                    Durante el mes de septiembre apareció un grupo de personas en cada uno de los pueblos y ciudades del país, como si hubiesen despertado de un largo sueño de cuatro años. Como que hubieran emergido de ultratumba.. y han comenzado a pulular por cada rincón de la sociedad con un lenguaje que no siempre es entendido por las personas comunes y corrientes. Jóvenes y otros no tanto los ignoran; los más adultos y ancianos(as) los miran con recelo, aunque saben que, a la hora de la decisión son pocas las alternativas y porque asumen que «la casa no puede estar abandonada».

                    Este grupo de personas, más parecido a una casta, aunque con una ascendencia ignota (por cierto), pero sí otorgado por padrinazgos non sacro. En su peregrinar citadino, llevan palabras, frases e ideas que, de ser tantas veces resignificadas durante ese ostracismo de cuatro años, han perdido valía: «querido vecino,» «nuestra comuna», «vecina necesitamos empoderarlas», «no podemos soportar vivir así, aislados» y un cuánto hay de frases vacuas que no hacen más que degradar a los seres humanos de a pie. Por ahí van los unos(as) y otros(as), maquillados, con ropas modernas y llamativas, repartiendo estampitas con sus rostros muy circunspectos fotográficamente, dípticos con frases confeccionadas por publicistas anómicos. Por calles polvorientas que le provocan alergias van solicitando una selfy donde su rostro tan duro como el corindón(1), se contracta con una persona desdentada de una población cualquiera y, deseando que el día termine prontamente.

                    Ante la retahíla de resignificaciones de conceptos, vuelvo a los orígenes que para los pencones de antaño le han de resultar conocidos, sobre todo porque el concepto vecino se vivía en el día a día; así por ejemplo llamar a alguien vecino era porque esa persona estaba a mi lado, estaba dentro del lugar geográfico como el barrio, la población. La palabra vecino connota una profunda humanidad, de conocimiento de quien está al lado; es una expresión que conlleva valores profundos como solidaridad, hermandad que se ha cultivado por años. Los vecinos construyen su hábitat ecológico y social: las vecinas salían en las mañanas a barrer la calle, a regar a conversar y a buscar información sobre otros vecinos. Cada barrio poseía y posee lenguajes y ritos propios, con equipos deportivos y religiosidades disímiles; los vecinos están enlazados por la solidaridad y la capacidad para co-construir su entorno, están unidos por la colectividad, característica propia de la comunidad. Es en este ambiente donde cada cierto tiempo pasaba el vecino que vivía en la comunidad solicitando el voto para “la mejora” de la comunidad, durante el día avanzaba poco ya que invertía mucho tiempo en el diálogo con los vecinos, sin quejarse.

                    Dada las ansias de progreso impuesta por el mercado y el inconmensurable avance de las tecnologías que obnubilan a los incautos, la comunidad se va perdiendo y se pierde dando paso a la sociedad, donde las relaciones ya no son vis a vis, sino que las relaciones son impersonales; así el vecino desaparece y es reemplazado por el ciudadano que hace grandes esfuerzos cada día para ganar tiempo, «quien sabe para qué» dado que no crea lazos con los demás, sino que se refugia en su gueto subsumido en la soledad. Vive en una población o en edificio de departamento, pero sin relaciones humanas humanizante, refugiado en realidades virtuales; su mejor argumento para defender su postura es que siempre está conectado con los demás. Así, se puede sostener que el vecino que vivía en la colectividad, dio paso al ciudadano que vive en la conectividad; ese olor a humanidad, esa sonoridad del lenguaje corporal, dio paso al homo videns (Sartori, G) (2) con una colectividad virtual y que teme cualquier relación que sea humanizante. Sin embargo, este nuevo ser humano, a pesar de no confiar en el prójimo también recibe en su smartphone propaganda con rostros filtrados(sic) de vecinos que no conoce, con slogans que terminan convenciéndolo: «por nuestra seguridad» «para un mayor progreso», «para eliminar la corrupción», «por un sí a la vida», «a disminuir el Estado». Esta nueva casta con cara de diamante(3) invita a participar del próximo acto eleccionario y el ciudadano con toda su desconfianza, para sus adentros rumia la idea de que «la casa no puede estar abandonada».

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  1. Corindón, es el noveno mineral más duro que se encuentra en la naturaleza, sólo superado por el diamante (según escala de Mohs).

  2. Homo Videns. Giovanni Sartori escribió este hermoso libro, imagino en 1997 lo que estamos viviendo hoy en día. Recomiendo leerlo y se encuentra gratis en el ciberespacio.

  3. La escala de Mohs, considera este mineral como el más duro, que puede rayar a todos los demás, pero él no puede ser rayado por otro.

  4. COMENTARIOS: ...Entonces el vecino era el que cruzaba la vereda para ir a pedir a su vecino del frente una taza de harina, de azúcar o dos panes.El ciudadano es el que cruza la vereda para preguntarle al ciudadano del frente si su cámara registró al ladrón que le robó la bicicleta del antejardín. / Los vecinos de Boco, en Quillota verán el partido de hoy tomando mate y con un brasero encendido. Muchos ciudadanos, incluído yo, lo veremos en un celular ...mientras hacemos la clase de Ética. Viva la libertad carajo, dijo Milei. / Buen artículo profe... Pero sólo para los apóstoles de Penco. Me atreví a enviárselo a mi jefa, la directora de SLEP-Atacama y comentó… ¡Notable! ¡Me honra que comparta su publicación director con esta humana!

domingo, septiembre 08, 2024

AVERIGUAMOS EL «SECRETO» DEL TÚNEL PASACALLE DE FANALOZA

JORGE DARWIN SOTO MEDINA nos contó con lujo de detalles aspectos olvidados de Fanaloza. En esta foto del recuerdo Soto Medina recibe a Patricio Renán, ídolo de Penco, en su oficina de ex LozaPenco. Las historias loceras que nos narró están contenidas en esta crónica.
 

Por Abel Soto Medina                    

El tema que dio origen a esta nota se inició con una simple conversación sobre el túnel aéreo de Fanaloza, datos concretos y nombres de personas –profesionales y trabajadores– de la industria, que después y sólo por un tiempo se llamó Loza Penco. Estos asuntos eran una inquietud personal, que imagino son también de muchos curiosos, que en mi caso necesitaba aclarar. Y una fuente seria de consulta resultó ser don Jorge Darwin Soto Medina (*), un hombre pleno de conocimiento vivencial de la industria locera.

                    Y qué mejor tema para entrar en materia que despejar mi incógnita acerca del uso que la fábrica le dio a aquella famosa pasarela sobre la calzada de Freire donde se leía FANALOZA, como si se hubiera tratado de un bizarro letrero publicitario de pasacalle. Eso era por fuera, pero ¿qué había por dentro?
                    ¿Buena pregunta? Sólo puede responderla con propiedad alguien conocedor de la historia de la fábrica por experiencia directa (**), que no la haya tomado de libros, ni de notas de prensa en alguna biblioteca o la haya oído decir de otros. Porque siempre será mucho más confiable escuchar a quien haya sentido los olores de la loza cruda, que haya respirado el polvo de la arcilla junto a los molinos de monótona rotación, o que haya caminado sobre los tablones de aquella pasarela en ambos sentidos.

DOS MOMENTOS DE LA PASARELA. Arriba, trabajadores de Fanaloza marchan a las olimpiadas con sus pares de CRAV en los años 60. ABAJO, una vista de la inundación de la calle Freire, bajo el túnel aéreo con la nueva designación corporativa: LozaPenco.

                    Así se desarrolló nuestra conversación con don Jorge Darwin, conversación que al final terminó en una entrevista:

                    –¿Qué «secretos» guardaba adentro esa pasarela?
                    –(Sonrisas) Ningún secreto misterioso. Debo partir diciendo, que la pasarela (o túnel aéreo) se constituyó en un ícono y símbolo de la empresa, toda persona que pasó bajo su sombra, cualquiera hubiese sido la razón y dirección, elevaba la vista para leer primero FANALOZA. Eso quedó grabado en su memoria, relacionándolo siempre con Penco, «La ciudad de Fanaloza», como versan unos grabados en las vajillas del restaurante Casino Oriente de Penco, que complementando su logo del pescado, agregaban dicha frase. Quizás mi respuesta puede ser, no muy satisfactoria para ti, pues no sé lo que esperas.

                    La verdad, yo nada en particular, sólo quiero saber qué había allí.

                Era una simple pasarela tipo túnel cerrado por todos sus costados, que conectaba dos sectores de la empresa, y que su objetivo era hacer más fluida la comunicación y traslado de algunos elementos de un sector a otro, acortando distancia por decirlo en palabras simples, y tomaba mayor importancia en los inviernos con las fuertes lluvias de entonces, que inundaban la calle Freire entre Infante y Toltén, lo que hacía imposible pasar a nivel de la calzada. Por tanto era una buena medida de protección para quienes debían transitar por las áreas productivas; que un locero, valoraba disponer de esa vía de comunicaciones.

                    La pasarela en todo su esplendor se puede apreciar en la foto de arriba que recuerda el desfile de trabajadores loceros portando la Bandera Chilena, encabezados por sus dirigentes, delegación de deportistas, que los llevaría al Estadio de la Refinería de Azúcar, para dar inicio a la 2da Olimpíada entre las empresas Fanaloza y Refinería Crav. En dicho torneo los trabajadores se transformaban en deportistas luciendo orgullosos los colores que los identificaba.
                    Volviendo al tema, sería fantástico, que se pusiera una gigantografía en el lugar (***), con la fotografía ya descrita, para evocar tiempos pasados, y devolver el honor a las memorias de tantos loceros que brindaron lo mejor de sus vidas en esa industria.
                    –Consulta sobre lo mismo don Jorge, ¿cuántos personajes que recuerde usted desfilaron por ahí?

                    –Bueno, concretamente el túnel aéreo unía la planta Vajillería y la planta de Sanitarios. Ahora, si le exijo un poco a mi memoria, diría que la primera planta de sanitarios siempre estuvo en el mismo sector, donde hoy se encuentra y había un horno, con una chimenea (****), casi similar a la que tiene Vidrios Planos (Lirquén), ya que ahí estaban los hornos para la fabricación de cajones de refractarios, que se utilizaban para el proceso de cocción en la fabricación de loza. Con el tiempo y la modernidad se fueron dejando de lado, fueron reemplazados por otros procesos que no requirieron de su participación en el proceso productivo. A modo de ejemplo, vamos viendo, si yo atravesaba desde Vajillería llegaba a Sanitarios donde había que bajar una escalera obviamente. Allí se encontraba la Gerencia de Producción, que encabezaba don 
Reginald Díaz Batchelor; el Laboratorio, que lo dirigía don Juan Arroyo Menke, con sus secciones de colores y barnices. Don Juan formaba equipo con el señor Emilio Heeler después que se retiró don Fernando Pulgar Ávalos. Otros destacables del sector, don Alfonso Marín y don Roberto Pierat. En esa ala de la fábrica estaban los Molinos a Bolas, cuya función era alimentar de pasta a la antigua planta de Sanitarios; se hallaba también en esa área la Bodega de Materiales, que la dirigía el gran futbolista de Fanaloza don Hernán Vidal Caballero; el Taller Eléctrico; la unidad de Mantención y la planta de Azulejos, que dirigía don Genaro Díaz Carlín, cuyo apoyo lo tenía en don

Edgardo Che Salinas Garcés. Las otras plantas menores en tamaño, pero no menos importantes, fueron las planta Planchuelas, bajo el mando de don Jorge Díaz Carlin, y su segundo Antony Vasey; la planta Porfina a cargo de don Genaro Díaz Martínez y planta Kitchen, en sus comienzo a cargo de Daniel Hormazábal. Todas esas instalaciones fueron las más destacadas en el área de Sanitarios original, cuya planta estaba bajo la responsabilidad de don Jorge Díaz Carlín y como encargado don Luis Jara González. Si uno iba caminando vía pasarela Fanaloza pero a la inversa de nuestro primer recorrido, del Área Sanitarios a la Planta de Vajillería, se iniciaba a través de la sección Decorado. Había un segundo piso, donde trabajaba el Jefe de la sección don Ernesto Ortiz y los trabajadores que registraban las producciones. En el primer piso don Fernando Sanz Camarena, que veía todo lo relacionado con las calcomanías. En este rubro y como Jefe de Decorado en su tiempo estuvo el señor John Clun, un profesional de origen
británico, quien jugó un papel importante, en el vínculo entre Penco e Inglaterra. Él viajaba frecuentemente a Londres y traía las calcomanías con diseños nuevos, que se replicaban acá, y el señor Sanz era el encargado reproducir. La planta de Vajillería estaba a cargo de don Eduardo Díaz Rony, y en la parte operativa por don Mario Silva. En esta área encontrábamos a los especialistas fileteadores, los hornos eléctricos dónde se colocaban las calcomanías a las tazas y platos, previo a su cocción, y todo el personal de la sección Decorado.

                    –Trabajadores que recuerde por sus aportes, aunque estamos seguros que todos fueron importantes...

Sí, efectivamente, todos los que pasaron por la empresa aportaron lo suyo, pero algunos por sus condiciones innatas dejaron su huella, como por ejemplo el escultor Hugo Pereira Díaz, que enseñó el Arte de la Pintura a un grupo de mujeres, algunas con conocimiento del pincel, otras aprendices, todas ellas dieron cuerpo a las piezas de porcelanas y porfinas. Su obra de escultor se puede apreciar en la Plaza de Penco, llamada Alegoría de las Américas. Llamó mucho la atención que cuando falleció nadie recordó su nombre. Otro grande dentro de la decoración fue su amigo el eximio pintor que compartió pincel con González Camarena en el Mural de la Casa del Arte de la Universidad de Concepción, me refiero al señor Albino Echeverría. Él por mucho años tuvo relación con la Pinacoteca de la U de Concepción. Quiero destacar que Fanaloza, dentro de sus políticas de integración, tenía un personal femenino de muy buen nivel profesional, que sin duda puso la mano fina en muchas decoraciones , especialmente en los Tornos, Fileteadoras, Pintados a Mano de piezas ornamentales. Siempre necesitaremos más tribuna para rendir un Homenaje a la Mujer Locera, y en el nombre de doña María Caamaño y de las Decoradoras y Pintoras, Helia Pérez Villablanca, María Ester Inostroza, Elba Cártes, Rebeca Montalba, Inelda Fernández, Sonia Quiroz, Ana Oñate, complementando este grupo la experta Decoradora Filomena Bórquez y otras distinguidas del pincel, etc. Incluyo en el necesario homenaje a numerosas otras mujeres que se desempeñaron abnegadamente en diversos servicios dentro de la empresa como labores en oficinas, apoyo técnico en el departamento de Bienestar, etc.

IMPORTANTE ROL FEMENINO en el desarrollo de Fanaloza, Penco.

                    Don Jorge Darwin queda pensativo un momento durante este conversación y considera que hay algo importante que se le ha quedado en el tintero...

                    Un recuerdo especial, dentro de los destacados como trabajadores loceros, obviamente cada uno en su área, podemos nombrar a Eduardo Lalo Órdenes, Augusto García, Anastelio Memo Durán, Armando Montoya, Pedro Villa, Osvaldo Rebolledo, Osvaldo Elgueta, Exequiel Chequelo Jara, y el popular Manuel Fernando Cabezón López Caamaño (hijo de doña María Caamaño ya nombrada). Me reservo para el final a don Enrique Careaga Romero, que llegó ser Alcalde de Penco, elegido por votación popular.
Mención aparte merecen los Encargados del Despacho de Sanitarios, los futbolistas del Fanaloza, Sergio Chueco Avilés, y Germán Mella.
                    –Bien, don Jorge, nos ha paseado por la pasarela Fanaloza, ahora le pregunto ¿quién fue el locero Jorge Darwin Soto Medina?
                    –Llegué a la empresa a comienzo de los años 60, cómo Contador de Unidades (registro de piezas producidas), posteriormente, postulé a Inspector de Turno, obteniendo después la Jefatura del área, después vino la Jefatura de Servicios Generales, y en el retorno de la producción de Sanitarios en Penco, fui designado para acompañar el proyecto del Ingeniero Cerámico don Leo Canessa Ossandón, quién por compromisos en Carrascal Santiago, no pudo estar acá, y se me nombró Jefe de la Planta Sanitarios de Penco.

Feliciano Palma y señora en una actividad social. A la izquierda, Jorge Soto Medina.                    
                    Para ir cerrando el tema, diremos que don Jorge, fue un ex trabajador de Fanaloza, que le tocó transitar por varios años, no digo cuántos, pero que vio nacer, crecer, modernizar, y también reemplazar equipos en las diferentes áreas productivas, pero quizás, sus más gratos recuerdos y satisfacción personal, fue haber, diseñado, creado, construido y puesta en marcha la Planta de Sanitarios N°2, que se ubicó en las ex instalaciones de la Crav Penco, un desafío mayor, pues había que adaptar lugares donde se refinaba azúcar, para diseñar, construir, poner en marcha y producir piezas de sanitarios. Para ello contó con la estrecha colaboración de los profesionales del rubro, como don Francisco Pérez, un experto en construcción de hornos; Juan Vega, técnico en matricería; José Bartolo Belmar, un especialista en pasta para sanitarios, y el diseñador César Martin. Todo lo anterior, eso sí, bajo la empresa Loza Penco.
INAUGURACIÓN DE LA PLANTA de Sanitarios N°2 de Loza Penco, en las instalaciones de la ex CRAV. De izquierda a derecha aparecen Jorge Soto, Kato Germany, el ex ministro Alfonso Márquez de la Plata y Feliciano Palma.


                    Por sus amplios conocimientos en el tema y en un período alejado de Penco, don Jorge fue llamado a hacerse cargo de la Gerencia de la empresa Sanitarios Colina en Santiago, podemos decir que estamos frente a un pencón que cuando habla, sus palabras huelen a caolín.
                    Para terminar la nota, diremos sólo queríamos saber algo más sobre la pasarela Fanaloza y al igual que en los tejidos, terminamos desenredando una madeja de secciones y personas sobre la empresa, y al hacer rodar la madeja, que al igual que un crisol, seguirá entregando historias loceras.

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(*) El entrevistado es hermano mayor de Abel Soto M.

(**) El filósofo británico Bertrand Russell llama aprendizaje ostensivo al que nace de una vivencia personal o experiencia directa, sin mediar la información que se pueda obtener de textos o de exposiciones de maestros.

(***) La idea que propone el autor de esta nota de instalar allí una gigantografía recordatoria de un ícono de Penco podría tener una alternativa, como fue la demostrada en Santiago, en mayo pasado, en que se recordó a la desaparecida estación Pirque en Plaza Italia usando una técnica de fantasía a escala real basada en la fotografía ampliada de esa estación.


(****) La chimenea aludida en el texto se vino al suelo con el terremoto del 21 de mayo de 1960.


miércoles, agosto 21, 2024

UN IDEAL DE MUJER

PORTADA DE LA NOVELA DE Salvador Reyes.
La pintura es del artista chileno Paolo di Girólamo.
 

                «Mónica Sanders» –la palpitante novela (1951) del escritor chileno Salvador Reyes– no la leí en mi juventud liceana, porque seguramente no clasificaba para el canon de adolescentes por ser una novela para mayores. De ahí que ese título apenas lo oí alguna vez en mi vida. Sin embargo, el nombre saltó al tapete de mi atención cuando me lo mencionó José Checho Vergara (QEPD), en una situación que le ocurrió en la biblioteca particular de don Óscar Contreras. El señor Contreras como se recordará fue un ejecutivo de Fanaloza, originario de Valparaíso. Él fue un humanista que se preocupó de apoyar a la juventud local y abría generosamente su biblioteca privada a estudiantes que tenían que hacer tareas y necesitaban fuentes: historia, geografía, literatura, filosofía, matemáticas. Y aquí llegamos a la situación del inicio. Vergara me dijo que fue a la casa de don Óscar a pedirle que le prestara la novela «Mónica Sanders»

                Con el libro entre sus manos el señor Contreras tenía dudas entre si acceder o no. El Checho tenía entonces unos 16 años. Por eso, le hizo una pequeña entrevista para explorar su nivel cultural y de madurez. Hasta que finalmente le pasó la novela con la exigencia de que debería devolverla en una semana. Cuando el Checho me contó esta anécdota pero no el contenido del texto, me despertó la curiosidad por el libro.

CHECHO Vergara y don Óscar, protagonistas de este relato.

                    La semana pasada hallé «Mónica Sanders» en una subasta de volúmenes viejos, me lo aseguré. Confieso que el libro no me soltó. Gran relato de un escritor de fuste como Salvador Reyes, un copiapino de corazón y porteño por adopción. Y Mónica, una mujer insoslayablemente cautivadora, bella, apasionada. Su amante secreto era el arponero y capitán de un ballenero del puerto... Razón tenía el señor Contreras para otorgar visa a los juveniles pretendientes de gozar la novela. No en vano él era amigo personal de Salvador Reyes a quien conocía como integrantres de un club cultural del puerto. No es claro que Reyes haya venido a Penco a visitar al señor Contreras como lo hacían otros artistas, Pablo de Rokha, por ejemplo.

                Mónica, el personaje de ficción, calzaba entre los ideales femeninos desarrollados por la literatura chilena del siglo XX del mismo modo, por ejemplo, como Solveig, la heroína de la novela «Roble Huacho» (1947) de Daniel Belmar. Luego del último encuentro con su amante furtivo, Mónica, portadora de un secreto íntimo, se despide con un beso y se aleja para disolverse entre las sombras de la noche de una calle de Viña del Mar. Por otro lado, Solveig no vuelve a la cita y huye a la estación ferroviaria del pueblo de Vilcún cerca de Temuco, donde se mezcla con la gente y se la pierde de vista en medio de los viajeros. Ambas no vuelven a aparecer más. Sin embargo, al menos Solveig será buscada infructuosamente aunque con una fuerte carga de irrenunciable esperanza en el resto del relato.

                Solveig y Mónica Sanders fueron el sueño de mujer de varias generaciones de adolescentes en Chile en esos años. Y, en Penco no fue la excepción. Ambos personajes representan la suma de todas las mujeres... Lamentablemente mi querido Checho ya no está con nosotros para haberle pregutando más sobre cómo fue la interrogación del libro por parte de don Óscar.

sábado, agosto 03, 2024

NUEVA FOTO EN COPIAPÓ DEL HISTÓRICO «PATA BENDITA»

OSVALDO CASTRO a la izquierda, a temprana edad, junto a amigos. A la derecha vistiendo la camiseta lila de Deportes Concepción en 1969.
                             Ya en enero pasado publicamos una historia del gran futbolista chileno Osvaldo Castro Pelayo (77), nacido en Copiapó en 1947 y quien hiciera historia en el fútbol nacional tanto en la Selección Chilena, en Unión La Calera y en Deportes Concepción y en el exterior, en el balompié de México, país donde reside.

                    Mi interés por la historia de este futbolista me llevó a solicitar más información de Castro Pelayo –también conocido como el Pata Bendita– al profesor pencón Juan Espinoza Pereira quien vive en Copiapó, sobre el pasado del Pata en la ciudad copiapina. El profesor Espinoza es un entusiasta colaborador de nuestro blog y además autor de varios libros culturales. Él indagó y encontró esta fotografía en la que aparece Osvaldo Castro en una fiesta de amigos en una fonda de Copiapó o de Tierra Amarilla, cuando la futura estrella del fútbol tendría quizá 17 años.


                    En su nota que acompaña a esta fotografía Juan Espinoza Pereira me dice que Carlos Fernández, el autor de algunos libros que están en tu poder, me hizo llegar esta foto hace unos días... que debería corresponder a una imagen donde aparece el «Pata Bendita». Después de recorrer varias casas en la Población Pedro León Gallo, donde nació, se crió y jugó sus primeras pichangas el joven Castro, casas donde aún quedan viejitos que tienen buena memoria de los ´50, 60´y ´70 (cosa curiosa, de los noventas en adelante no hay muchos recuerdos), pero sólo uno se atrevió a indicar quién podría ser... Luego recurrí a san internet y al revisar fotografías de los inicios del «Pata», comprobé que claro es la persona con camisa a cuadros al centro de la foto.

                    El profesor me dijo, además, que el ex astro del fútbol optó por desligarse de sus raíces  y que cortó toda relación con Copiapó y con su barrio por eso allí hay algunas personas sensibles que, por así decirlo, lo consideran ingrato.  Colectiveros mayores lo recuerdan también, pero solo como futbolista profesional, no como copiapino o tierraamarillano como dicen otros.

                    La nota que recibí termina diciendo: «Los créditos de la foto en todo caso son para el Doctor en Sociología e Historia, don Carlos Fernández, un hombre de a pie y un agudo observador de la realidad.

                    Un abrazo a la distancia». 

                    Pata Bendita está radicado en Ciudad de México donde dirige su propia escuela de fútbol «Pata Bendita».  Más información sobre la trayectoria de este extraordinario jugador chileno en el siguiente link:

https://penco-chile.blogspot.com/2024/01/el-pie-izquierdo-del-pata-bendita-fue.html