viernes, febrero 07, 2025

LUMINARIAS DE RECUERDOS DE LA EX POBLACIÓN COSAF

 

Los Arraigos de COSAF

POR ABEL SOTO MEDINA, aficionado de la Historia

                    A mediados de los años 1960 y 1970, existió una generación de jóvenes, hijos de trabajadores, que se criaron en las casas que formaban la Población COSAF, y que por fuerza mayor debieron renunciar a lo que siempre consideraron suyo, porque ellos eran los dueños de esos lugares, y conocían el más oculto rincón de cada casa. Además estaba dentro de su ADN el sentido de pertenencia y ésas eran sus casas, donde habían nacido, criado y desarrollado su niñez, adolescencia y juventud, todo era de ellos y así lo sentían, guardando las proporciones y las situaciones puntuales. En el diario vivir para ellos no existía eso de quién era hijo de quién, muy por el contrario, todos eran amigos y se consideraban como hermanos. Si se trataba de defenderse, ¡todos estaban ahí! Y crecieron entre los juego infantiles, las inquietudes adolecentes y las conversaciones juveniles.

                    ¡Qué recuerdos! Quién no se acuerda del compartir junto a la fogata de Fin de Año, los pasos previos de ir a buscar ramas, comer maqui, risas, experiencias para los menores, ver a los mayores parar el mástil, era toda una ceremonia lo de la fogata, una vez prendida, todo era fiesta a su alrededor, los mayores compartían el champagne, cola de mono y ponche, mientras los jóvenes iban recorriendo cada una de las casas, donde los recibían con afectuosos abrazos y los cariños de las dueñas de casas; dulces, bebidas, queques y los más atrevidos solicitaban, algún ponchecito y mentita para las niñas. Todo se compartía, eran momentos donde los rostros dibujaban una sonrisa y los ojos brillaban alegría.¡Cómo no acordarse de sus experiencias de verano, en que a muchos los papás lo enviaban al campo con familiares y regresaban ganosos de juntarse en las tardes a contarse la aventurillas vividas en los lugares visitados. Así llegaba marzo y con ello, la escuela, las tareas otra vez, bueno venían las ayudas para superarse y así se pasaron tantas primaveras, fiestas, navidades, pero cómo no todo es resplandor en la vida, comenzaron a presentarse los otoños...

                    La empresa COSAF, se declara en quiebra, y eso era sinónimo, que los papás quedaban sin trabajo, las cosas se empezaban a complicar, pero cuando el cielo se oscurece, siempre hay una luz que desea alumbrar, guiando a que los rostros se puedan apreciar más cerca y el camino este iluminado para proseguir las sendas de los sueños.… Y llegaron las oportunidades y cuando un padre conseguía trabajo, la solidaridad lo hacía llevar a otro, y así se fueron superando las dificultades existentes, sin embargo algunos buscaron otros rumbos, y se marcharon marcados por este espacio habitacional llamado Población COSAF.

                    Cuando las cosas se comenzaban a arreglar vino el golpe de gracia, todo era oscuro como crudo Invierno, y por cosas que los niños y jóvenes nunca entendieron, la empresa decidió mejorar su gestión, y eso incluía ampliar el área productiva, llevando consigo recuperar los terrenos de la población, lo que significaba que las casas desaparecerían, es decir, había que demoler las casas sí o sí. Ahí terminaron los sueños para los jóvenes, ya no habría más show del Festival del Corcho (el trofeo en la foto de la izquierda), instancia de esparcimiento, organizada por los jóvenes, ocasión, dónde cada niño, cada adolescente y algunas mamás, sacaron su mejor parte artística, cantando, realizando sketch, humor y concursos… Quién no recuerda la actuación de la señora Delfina que llegó en Moto al Escenario, mucho antes que lo hiciera el Coco Legrand en Viña del Mar, acompañada de la estupenda Carla, que para deleite de los mayores lucía su hermosa y escultural figura, o cuando una de esas noches se tuvo como público a Patricio Renán, tantas horas de distracción y alegrías de ese festival del corcho... Bueno, ya todo sabemos que llegó el momento de abandonar físicamente las casas y una a una fueron desapareciendo, hasta no quedar ninguna, dejando atrás tanto pasado y pasando a enriquecer los recuerdo de cada niño, adolescente y juventud.

LA CHAPITA CONMEMORATIVA de «la primera junta» de vecinos de la desaparecida población COSAF en 2016.

                   Cómo los recuerdos son tan profundos de estas camadas de jóvenes, fue que a instancias de Mauricio y Leslie, hoy en matrimonio, quisieron realizar hace algunos años, la Primera Junta de Amigos COSAF, específicamente en noviembre de 2016. Entonces entregaron como testimonio una chapita recordatoria, que en su imagen luce el actual muelle, que para ellos siempre será de Cosaf. A Dicho encuentro, obviamente no llegaron todos los que querían, lo hicieron los que pudieron, pero no hubo ninguna duda, que todos los nombres desfilaron en las conversaciones y anécdotas del pasado, al acordarse de las diabluras y pasajes de vida, principalmente aquellas que le traían momentos gratos de alegría y esparcimiento, como tardes de playa, festival y fogatas, salidas a explorar el mundo. Y entre éstas, estoy seguro, que se repitió la anécdota cuando «habían ido a Lirquén» Mauricio, Moncho, Carlos y Marcelo, todos menores, pero querían experimentar sabores de adulto, para ello habían instruido al Moncho que por su aspecto físico aparentaba tener la menor edad del grupo de excursión. Una vez dentro de un local del «barrio chino», el encargado con voz ronca preguntó ¿qué se van a servir?, en respuesta Mauricio dijo, “4 cervezas”. Y tú, ¿qué edad tienes?, preguntó el mesero. «18 años». ¿Y tú? (Carlos). «18 también». Y en eso le preguntaron a Moncho: ¿Y tú? «…¡16 años, señor!» ¡¿Qué?!, exclamó con fuerza el garzón. ¡Ya!, se van los 4 para afuera, les dijo el mesero sin dudar. Frustrada la operación cerveza, reprimenda al Moncho, por más que lo habían instruido. ¿Por qué le dijiste 16 años, y no 18, como te repetimos tantas veces? El Moncho respondió muy suelto de cuerpo: «Bueno, pero igual engañé al caballero puh, le dije 16… y yo tengo 15». La capotera (imitación de golpiza, castigo con golpes muy suaves) que vino a continuación no se la despistó nadie. Lo más divertido de esta historia, es que el Moncho era el mayor del grupo de esta aventura.                    

UN GRUPO DE LOS PRIMEROS trabajadores de COSAF durante una actividad social.

Hoy, en honor a todos esos sueños, voy a recordar a los Parra, Mauricio, Marco, Cecilia (Chechi), Fernanda y Janette Parra, los Alarcón, Carlos, Raúl y Jannette Alarcón, a los Thon, Mirna, Lilí, Ana, Irma, Norma, Nelson (Chico Thon), Herminia y el Emilio, Los Rossi, Lily y Cristián; los Aguayo, Cecilia, Rosa, Isabel (Chavela) y Carlos (Choty) los Arce, Manolo, Victoria (Toya) y Alexandra; los Peralta, Cathy, Paula, Johana, Carola, Robinson «Leuche», y Carlos «Coné»; los Campos, Elsa, Marlene, Alberto y Juan Carlos; los Cártes, Susana, Alvaro, Marcelo, Marcía, Jannette y los sobrinos Ángelo, Ignacio y Francisco; las Saravia, Eva, Yasna y Patrica (la Pato); Los Sepúlveda, Andrea, Cristián y Hugo; Las Herrera Pedreros, Marcela, Paula y María Luisa (Mery; los Herrera Sanzana, Luis, Hernàn (Nancho) y Gisela; los Cid, Ana María, Carmen, Mónica, Alejandra (Janny), Marcela y Óscar; los Letelier, Carola y Camilo; los Vega, Bárbara, Daniela y Héctor (El Quico); los Cerda, Juan Pablo, Ricardo, Anita María y el Pedro Veloso (Peyo o Pirincho); los Matamala, Fabián, Silvana,Marcelo y Roberto; Los Valencia, Fermín (Nano), Rolando (Loly), Richard, Fabián, Adán, Iván (Moncho), Tilla, Miguel (Pipi) Irma, Las Salazar, Carmen, Ximena, Valeska y Cynthia (Chinita); Oscar, Macarena y César Orellana, y así tantos otros como, Pilar Peuker (Pily), Nelson Ulloa, Marco Antonio (Tonino), Angélica, Verónica y Sergio Véjar, Marcial y Betty Ríos, y otros que quedaron sin aparecer, pero espero se reflejen en los que están registrados, total, todos los sueños se unieron en el encuentro del año 2016, y como ya han pasado algunos años de la primera junta, quizás sea la hora, que los amantes de esos años, organicen una nueva junta y compartan hoy, muchos de ellos, con hijos, incluso con nietos, porque los años pasan para todos, y hagan recuerdos de sus infancias, adolescencias y juventudes, vividos en la Población COSAF.

                    Antes de terminar, debo nombrar a mis hijas Leslie y Cynthia, y mi buen hijo Christián «El Pelao» y Gustavo, por lo que ellos tuvieron que ver con muchos de estos recuerdos de la Población COSAF, de no hacerlo, me traería más de algún problema familiar.

A.S.M.

martes, febrero 04, 2025

LA LLEGADA DEL «CHILLANEJO» CAMBIÓ LA HISTORIA DE PENCO


POR JAIME ROBLES RIVERA, Presidente de la Sociedad de Historia de Penco.

        El 4 de febrero de 1916, en la presidencia de Juan Luis Sanfuentes entra en servicio “El Chillanejo”; uniendo los campos del secano interior de la entonces provincia de Ñuble, con los pueblos costeros de la provincia de Concepción.

          A partir de ese día 4 de febrero, habría una conexión directa entre los puertos de Penco y Tomé, el túnel de Punta de Parra construido en 1914, simbólicamente marcaría el tan esperado encuentro.

                    En 1865, se habían presentado los primeros estudios técnicos y financieros para desarrollar un ferrocarril que pudiera proyectar la modernidad de este medio de transporte, desde el rio Maule hasta el Bio Bio por la costa.

                    La topografía de la cordillera de la costa implicaba enfrentar elevados costos, con un trazado de muchas curvas, túneles y puentes.

                    Por ello, se privilegió la conectividad entre el valle central de Chile, con la zona pencopolitana, por la alternativa menos costosa y más rápida de ejecutar por los distintos gobiernos que apoyaron con decisión que los rieles y el progreso llegaran a todos los rincones de Chile. El 30 de marzo de 1874 se hace el viaje inaugural entre Concepción y Chillán, vía San Rosendo.

                    Producto de lo anterior, el “Ferrocarril Costero”, se vio largamente postergado. Para conectar Chillán con Concepción por este trazado debieron trascurrir 42 años, desde la puesta en operación del ferrocarril a Chillán por San Rosendo.

                    El auge industrial de Penco, la disponibilidad de carbón de piedra, de los yacimientos de Lirquén, Cerro Verde y Cosmito, apuraron la construcción del Ferrocarril Particular de Concepción a Penco.

                    Durante la administración del presidente José Manuel Balmaceda, el 24 de noviembre de 1889 se pone en servicio el Ferrocarril de Concepción a Penco, entre las estaciones de “La Pampa” en Concepción, con “Playa Negra”, en Penco.

                    Pocos años después en el gobierno del presidente Jorge Montt Álvarez, se impulsará la extensión de las vías hasta el puerto textil de Tomé.

                    Así es que el 22 de agosto de 1892, se concede permiso al industrial Julio Dittborn para construir un Ferrocarril a Vapor entre Penco y Tomé.

                    Decir que en la autorización se instruye que la trocha (ancho de vía entre rieles), sea la misma que la de los Ferrocarriles del Estado (trocha de 1676 mm), para asegurar que en algún momento el tren particular de Penco se pueda conectar con el ferrocarril estatal que partirá en Rucapequen.

                    Todo fue tremendamente demoroso; recién en 1906 la Empresa de Ferrocarriles del Estado, a través de concesionarios inicia las obras de la faja vía en Rucapequen. En 1909 se llegaba a Confluencia.

                    La construcción y diseño del ramal en el tramo inicial hasta Coelemu, se debió al ingeniero Jorge Vargas Salcedo En las labores de construcción le sucedió Pedro Soto. El tramo Coelemu-Menque fue diseñado por Miguel Ángel Droguett y el tramo Menque-Tomé-Lirquén-Cerro Verde por Juan Taulis. El último contratista designado fue el ingeniero Gabriel Quiroz.

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viernes, enero 24, 2025

LA FORMALIDAD DE LOS JÓVENES VS LA INFORMALIDAD DE LA AUTORIDAD

MERECE UN COMENTARIO la corrección del vestuario de los jóvenes pencones.

                                                    Por Abel Soto Medina

                    Hoy en día los que tenemos algunos años, hacemos esfuerzos para incorporarnos a la tecnología actual, pues el teléfono de hoy, lo es todo, prácticamente tu identidad, en él se registra todo, imagen, voz, conversaciones, acorta distancias entre las personas, pero también debemos admitir, que separa a los que están cerca. Son tantas las cosas que se exponen, en las plataformas, que cualquier imagen, ya no nos llama la atención, prácticamente de nada, más aún cuando las fotos, videos incluso comentarios, ya no nos distraen mayormente. Es aquí, donde los guías, padres, tías, profesores, jefes en los trabajos, autoridades en las diversas áreas del mundanal ruido, que deben según el infrascrito y en todo momentos de sus actos frente a sus discípulos, no pueden perder el norte.
                    Hoy, la educación pública, básica o media, la instruye el Estado, y ya hace algunos años, para no denigrar a nadie por sus ropas y que todos los alumnos vistieran igual, se ordenó que deberían vestir un Uniforme, el cuál incluía Chaqueta y Corbata, prenda ésta última, que las empezaron a usar la mujeres, mayormente, cuando los colegios comenzaron a aceptar, así como también la sociedad, que los establecimientos educacionales fueran mixto.
                    El pasado mes de diciembre, en las escuelas de Penco, se realizaron varias licenciaturas, dónde se pudo ver claramente la preocupación de cada madre, padre, profesor, inspector, director, para que cada Alumno, luciera con la mayor prestancia, y garbo posible, para que la escuela sacara pecho en un buen chileno frente a la comunidad… Y así se observaron, con prestancia, firmeza y glamour, para recibir el ansiado documento de Licenciatura, porque es posible que dicho Diploma, se lo entregue una autoridad comunal. Por eso ahí se les ve, prestos a escuchar su nombre para salir al estrado, al escuchar a la profesora maestra de ceremonia, la cual ha hecho también sus mejores esfuerzos para vestir de la mejor forma, pues la ocasión así lo exige.
                    Qué vemos cuando llegado el momento de Zacarías Concha, Juan Soto, Hipólito Cárdenas, Lucía Ávalos, Josefa Muñoz, o Victoria Riquelme, nombres sólo para el ejemplo, deben subir a la escena a recibir tan preciado Diploma que lo distingue, que ya concluyó un Ciclo de Enseñanza. Y qué vemos, a una Autoridad posando para la foto de la eternidad, vistiendo casual, de sport, y en el mejor de los caso, lleva una chaqueta, sin corbata y sin ninguna pisca de de Protocolo para el Evento, tan significativo e inmortal para los Alumnos Licenciados. Eso me da que pensar, para qué exigir uniforme con corbata a los alumnos, si la autoridad comunal, se viste como quiere, pues estamos en un mundo libre, basta ver a otros personeros con más altos cargos políticos, vestirse al talco, o sea tal como se levantó. Respecto de la Comuna, pareciera que el desprecio por los Educandos Pencones, tiene ya arraigo. Basta haber visto el Primer Concejo Municipal, dónde ninguno de los Concejales, al momento de elegir presidencia de comisiones, quiso asumir tal cargo, hasta que se eligieron las presidencias de las otras, y algo parecido pasó cuando correspondió elegir al Vicepresidente.


                    Dejo fuera de este comentario a las Damas integrantes del Concejo, pues ellas como mujeres, siempre deben estar bien presentadas y mejor para las ocasiones especiales como son Las Licenciaturas de los Octavos Años, y/o de Enseñanza Media.
                    En la Ceremonia de Juramento de Alcalde y Concejales, todos lucían como corresponde, elegantes, buena prestancia, respetables de presencia. ¿Qué diferencia tiene la Ceremonia de una Licenciatura de Estudio?, ¿es considerada acaso un actividad de menor grado y cada cual puede asistir como le dé la gana? (como decimos regionalmente). Más de alguien frente a esta nota quizás un poco abstracta, dirá, «desubicado, Chile cambió». Es más, por la vestimenta no se puede descriminar, y existe la ley y todas aquellas normas que no hay que menospreciar a nadie. Mi planteamiento es que justamente se descriminó y menospreció a los alumnos que se graduaron con una formación, en que la sociedad los obligó, y en su último día de aula, ve claramente que todo lo enseñado respecto a la presentación personal, se puede saltar, al momento de recibir la Licenciatura.
                    Finalmente, quiero hacer recuerdo de una frase ya muy vieja, «El Hábito, no hace al Monje», desprendiéndose, que no hay que juzgar a las personas, por su vestimenta, pues lo exterior no representa lo interior. Pero debemos coincidir también que el Hábito o Uniforme, identifica plenamente el interior de la persona, que lo lleva puesto, ejemplo simple, un cura sin sus atuendos, no es sacerdote, menos un Carabinero, sin su uniforme.
                    Como una de las Licenciaturas fue de la Escuela Isla de Pascua, (ex N°31 de Hombre y Ex N° 32 de Mujeres), les comparto las palabras finales de la alumna Cynthia Soto de un octavo año…precisamente de esa escuela. Quien melancólicamente decía: quería irme riendo, quería irme cantando, la emoción no me deja, mis ojos están llorando...


martes, enero 21, 2025

DESAFÍOS PARA VALIENTES EN PENCO

                 Recorrer el muelle más largo de Latinoamérica

                    Recorrer el muelle de Cosaf es un desafío, pero no se sabe si autorizan, como para desarrollar un programa de visitas. Cuando yo hice el recorrido en los setentas, las condiciones de seguridad eran muy precarias para una persona común y corriente. Recuerdo que desde el extremo del muelle, la vista de Penco resultaba muy interesante desde la altura de la plataforma de unos diez metros. La distancia total a recorrer es de unos 1.800 metros. Por esa longitud es considerado el muelle más largo de Latinoamérica. No es recomendable hacer el trayecto solo.

                        Cruzar el túnel aéreo de Fanaloza

                    Pocas personas nos podrían contar hoy en día, cómo era el túnel aéreo de Fanaloza, ése que cruzaba calle Freire con el letrero FANALOZA como aviso de pasa calle y que ya no existe. El ducto unía dos plantas de la empresa locera. Hemos sabido que pasar por allí no era gran cosa, como cruzar por un puente techado, que tenía un par de ventanas para mirar al exterior. La buena altura a que se encontraba lo preservó de golpes por camiones excedidos de norma. Los únicos que trajinaban por su interior eran trabajadores que rara vez iban de un lado a otro y por carros cargados con loza cruda para el cocido en los hornos. Por razones obvias este desafío no se puede cumplir hoy.

              Llegar a la cima del cerro Copucho

                    Dicen que desde la cumbre del cerro Copucho es posible ver el mar y la cordillera (no tengo esa experiencia). El Copucho es un macizo poblado de bosques y plantaciones, se puede decir que es el cerro de Penco. No destaca mayormente en la línea de elevaciones de la cordillera de la costa, pero no por eso es un cerro fome. Hay senderos que conducen a la parte más alta desde donde se aprecia toda la bahía de Concepción. Un paseo al Copucho es una buena alternativa para una caminata saludable, tomar fotos y para la inspiración. Demás está decir que te puedes encontrar con interesantes ejemplares de la fauna silvestre entre los recovecos del cerro.

                 Cruzar el túnel de Punta de Parra

                           El mayor de todos los retos era cruzar el túnel ferroviario de Punta de Parra (es todavía y seguirá siendo). Resulta curioso saber que ese túnel atrae a más gente de Penco que de Tomé. ¿Será porque Tomé tiene otro túnel ferroviario hacia el norte para ir a recorrerlo y que está más cerca? Pero, ése es otro asunto. Bien, entrar por el lado sur y salir por la otra boca es un propósito heavy. No es para intentarlo en soledad. Recomendable llevar una linterna o con la carga del celu full. La choreza del ducto radica en que no es recto, que permita ver la salida desde lejos, tiene una curva a la derecha por lo que hay un tramo largo en que la visibilidad es cero. Esto ya es un riesgo de tropezón y caída si pretendes avanzar sin iluminación. Como para todo hay una cuota de fantasía, cuentan historias de terror, por ejemplo que se ven figuras o luces en la oscuridad que no tienen explicación. Eso está en los mitos. Lo que sí es real es la posibilidad de sufrir un ataque de pánico, esto es que quieras salir urgentemente de ese encierro. Por eso es bueno conocerse a sí mismo para saber hasta dónde estamos en control de nuestros «turu-rurus». En el cruce hay que aventar los pensamientos traicioneros. La clave para los temerosos es voluntad y control. Otro riesgo real es el desprendimiento de material como piedras o cascotes que nos puedan caer y golpear en la oscuridad. Eso es más peligroso, todo lo demás es literatura. Por cierto que estamos hablando de la situación hoy en día (2025). Cuando hubo servicio ferroviario en el pasado, mucha gente contaba de casos de personas sorprendidas dentro del túnel durante la pasada de un tren, particularmente cuando las locomotoras funcionaban a vapor. El susto era grande, pero había que tener autocontrol para permanecer pegados contra los muros interiores y evitar el accidente. No nos han llegado relatos de esos años de algún atropellamientos en el interior.

                   Atravesar a nado el Andalién

                  No es una cosa del otro mundo cruzar nadando el Andalién en la desembocadura, pero hay que hacer primero una evaluación personal, un chequeo de las condiciones físicas, porque podría haber complicaciones en medio de la corriente, un calambre, un «mate» inesperado y demasiado largo, sentirse congelado, etc. Hasta si ves un pecado muy grande pasar cerca tuyo te puede causar susto. Hay nadadores que hacen ese ejercicio como una rutina y también son ellos los que cuentan historias tenebrosas de encuentros cercanos con «cueros», animales míticos que algunos le hallan la explicación diciendo que son mantas rayas. En fin, puede haber sorpresas. Por eso antes de intentar cruzar a nado el Andalién hay que considerar además el viaje de vuelta. Si llegaste con dificultades a la otra orilla y temes volver nadando, la recomendación es caminar por el borde del río aguas arriba hasta alcanzar un punto donde vadear sin riesgo. Cruzar a nado sólo para contar el hecho como una hazaña no tiene sentido.

                    Ir a mariscar a la isla-islote

                   Esta no es ninguna aventura especial en tiempo de normalidad y cuando la marea está de baja ir a la isla-islote que asoma frente a la cancha de Gente de Mar. Se puede llegar caminando sobre la arena, salvo cruzar algunos charcos a pie desnudo, no hay más. Entretenido es llegar allí donde se puede recorrer toda la superficie sorteando piedras y pozones de agua, porque el islote no se seca nunca totalmente. Se pueden recoger algunos mariscos sabrosos sin valor comercial (en buena hora) como caracoles de mar de tamaño pequeño, alguna almeja o un bagre. Nada más, suficiente para un aperitivo.

                            ¿Dónde radica la aventura, entonces? En primer lugar, si permaneces mucho tiempo, el mar subirá sin darte cuenta y ya no será tan fácil salir caminando seco por arena firme, como a la llegada. Si eso te ocurriera, tendrás que atravesar metiéndote hasta el cuello en el mar antes de alcanzar la tierra firme. Y el segundo inconveniente es menos probable, pero no por eso imposible. Podría sorprenderte un sismo fuerte, capaz de generar un tsunami.¿Qué hacer? Salir lo más pronto posible y huir a un lugar seguro, porque un mar caótico podría agarrarte. En la historia tampoco sabemos que algo semejante haya ocurrido. No es recomendable ir a la isla-islote durante períodos en que se registran temblores frecuentes.





lunes, enero 20, 2025

FIESTA DE ANIVERSARIO DE LA POBLACIÓN PERÚ CON SABOR A BARRIO

LA BANDA CANGACEIRO, de Andy Urrutia, en su actuación
en el aniversario de la Población Perú (Foto FB, de A. Urrutia).
 


                    Todo un acontecimiento social y de sentido de pertenencia al vecindario fue la celebración de los 70 años de la Población Perú de Penco. Sus vecinos festejaron en el amplio pasaje Tomas Jones, donde se instaló un escenario para las actuaciones de los grupos musicales que conformaron la parrilla del show, donde se desplegaron algunas carpas para protegerse ya fuera del sol o de la lluvia y se ordenaron filas de sillas para que las personas presenciaran el espectáculo. Y no sólo eso, también se habilitó una pista de baile para cerrar la fiesta.

                    La Población Perú ocupa la manzana entre las calles Freire, Alcázar, Cochrane y Yerbas Buenas. Hacia Freire las casas eran originalmente de dos pisos y para entonces el resto de las viviendas era de una sola planta. Con una línea arquitectónica de fachada continua la población se construyó en un sitio baldío que contaba con una depresión en el centro, la que con las lluvias se convertía en un espejo de agua rodeada de abundante pasto y algunas matas de totora. Por el lado de Freire había algunas casas en mal estado como consecuencia del terremo de 1939. Exactamente en la esquina de Freire y Yerbas Buenas, en una de las casas que había sobrevivido relativamente bien al violento sacudón funcionaba un restaurán con el atractivo nombre de El Pobre diablo. La entrada era de vaivén y rememoraba los bares de las películas westerns. En el espacio mayormente desocupado de esa manzana se instalaban las fondas y ramadas en Fiestas Patrias y en verano llegaban hasta ese lugar los gitanos con sus carpas y sus bailes.

LA MANZANA donde se levantó la Población Perú era un sitio baldío, donde para los 18 se instalaban las fondas y ramadas. (Foto José Riquelme).

                    Para construir el proyecto Población Perú toda esa manzana se cerró con un cerco de tablas dispuestas en forma vertical. Así comenzaron las obras hasta la entrega de las casas a sus dueños. El bautizo no fue para nada tranquilo, porque mucha gente, que no tenía arte ni parte, madrugó y se tomó muchas viviendas. Por eso hoy el alcalde de Penco, Rodrigo Vera, quien se presentó en la reunión aniversario para saludar a los vecinos allí reunidos dijo que ésa fue la primera toma de ese tipo registrada en la historia de Chile. El temor de una intentona parecida se manifestó a comienzos de los años 70 cuando estaban a punto de ser entregados los departamentos de la población Ñancahuazu, posterior Lord Cochrane. Aunque en este caso nada se materializó y todo no pasó de una amenaza fantasma, los vecinos asignados tenían fresca la experiencia de la Población Perú y temían una toma irregular.

EL CUIDADO DEL BARRIO. Una vecina de la Población Perú
barre su vereda en el pasaje Tomás Jones.

                    A lo largo de estos 70 años los vecinos y ex vecinos de la Población Perú desarrollaron amistades y relaciones en las que todos se conocen y comparten. Llegado el caso se prestan apoyo solidario enfrentados a los rigores de la naturaleza. Su mística giró en torno a la gruta de la Virgen de Fátima que en esos años los primeros vecinos levantaron en el pasaje Tomás Jones y que fue bendecida por la Iglesia. Hasta un libro con la historia de la población salió a la luz en fecha reciente. Los lazos de amistad y el cariño mutuo se hicieron cada vez más fuerte, hecho que quedó demostrado en la celebración de estos 70 años.

                    Para armar una fiesta aniversario entre vecinos y ex vecinos se requería de una iniciativa y empujes para la organización del evento. El propósito halló en el vecino Andy Urrutia Riquelme a la persona indicada para la puesta en escena de la idea.

                    Hubo que hacer gestiones ante el municipio para conseguir los toldos, las sillas, los sistemas de amplificación, el escenario... Crear el afiche de invitación, organizar la parrilla programática implicó trabajo. Fue así como cuatro agrupaciones musicales se incorporaron a la pauta: el Grupo Folklórico Peumayén, La Escena, Cancaceiro y la Nueva Banda San Diego participaron exitosamente.

LA FIESTA ANIVERSARIO finaliza con un movido
baile de cumbias, interpretados por la Nueva Banda San Diego.

                    Sólo en un pueblo como Penco estas iniciativas que emanan de la creatividad de la gente y no de la autoridad política agarran vuelo y se convierten en manifestaciones virtuosas del vecindario. Ocurrió algo parecido en 1951, cuando don José Riquelme (QEPD), tío de Andy Urrutia, organizó un carnaval en la desaparecida población de emergencia, en Alcázar y Freire, frente a la Población Perú. La inicitiva, cargada de esfuerzo y de uso de recursos propios, se convirtió en una gran fiesta de los vecinos, 20 familias en total, con elección de reina y rey. Testimonios de esa lejana fiesta permanecen en fotografías en blanco y negro. Esta capacidad de aunar voluntades en orden a pasar un buen momento juntos es parte del adn de Andy.

EL CARNAVAL, fiesta de vecinos de la población de Emergencia, organizada
y financiada por don José Riquelme allá por 1951. (Foto colección Andy Urrutia).

                    En esta ocasión se entregaron diplomas conmemorativos y las personas que asistieron tuvieron la ocasión de conocer la historia a través de fotografías de esos años colocadas en el lugar.

                    Saludos vecinos de la Población Perú. ¡A festejar de nuevo en diez años más!

martes, enero 07, 2025

LA GRANJA COSMITO FUE «SANDÍA CALADA»

EL EMBLEMÁTICO EDIFICIO principal de Cosmito (1945).
 

                    Me intrigaban algunas preguntas en torno a la Granja Modelo de Cosmito de los años 40, que implicó una gigantesca inversión por parte de CRAV y que tuvo un vuelo corto, no alcanzó a mantenerse como era el plan empresarial. ¿Cuál fue la idea para hacerla? Sabemos que la empresa propietaria de las refinerías de azúcar de Penco y Viña del Mar miraban con preocupación su propia existencia futura porque no estaba asegurado el suministro de azúcar de caña importada, materia prima de la azúcar de mesa. Había señales de que la regularidad de los envíos podría variar y con ello hacer tambalear el negocio de la refinación de azúcar. Más aún, los intentos por producir caña en el territorio nacional para independizarse fueron un fracaso. Por eso en el directorio se adoptó la decisión de invertir en una nueva empresa de alimentos distinta a la refinación. Pocos dudaron en crear una que produjera hortalizas, carnes y, por sobre todo, leche.

                    Eso es lo que sabemos. Pero, nos falta algo. ¿Cuál sería el modelo inspirador a seguir?¿Había en alguna parte una empresa de esas características que fuera exitosa? No se trataba tampoco de inventar la rueda y correr riesgos probando. Nada más seguro que una sandía calada, había que simplemente copiar. De eso trata esta crónica tardía, decenas de años después que cerró Cosmito. Y la siguiente es mi hipótesis.

LA ESTANCIA San Martín en Cañuelas, cerca de Buenos Aires con las instalaciones de La Martona. (Vista Aérea, primera mitad del siglo XX).

                    El modelo a seguir estaba en Argentina. En el vecino país gozaba de prestigio internacional una lechería industrial llamada La Martona, considerada una de las la mejores empresas lácteas del mundo. En 1889, el hacendado y político de Buenos Aires, Vicente Casares fundó La Martona, que fue la primera empresa industrial de productos lácteos en ese país. Su nombre se debió, cuenta la anécdota, al apodo cariñoso que una niñera inglesa le dio a Martha Ignacia Casares, por entonces bajo su cuidado, hija de Casares y futura madre del reconocido escritor Adolfo Bioy Casares.

La Martona tuvo un desarrollo espectacular gracias al olfato emprendedor de su fundador, quien entre otras cosas introdujo el uso del hielo para el transporte de la leche. Carros y vagones viajaban abarrotados de hielo entre los tarros lecheros. Tenía al inicio 5.000 vacas y un predio de 8 mil hectáreas en el sector de Las Cañuelas. Y llegó a contar con 20 puntos de venta de leche fluida a público en la ciudad de Buenos Aires.

                    Vicente Casares (en la foto aparece con sombrero de copa) recorrió las plantas productoras de leche tanto de Europa como de Estados Unidos con el fin de elevar la calidad de la producción y la higiene de la leche en La Martona. Concurrió a la Feria Universal de Paris en 1889 para ver y adquirir equipos necesarios para mejorar la producción. Tenía vacas Holstein, Suizas y Durham y después incorporó holandesas que cruzó con las Durham. La Martona también tuvo crianza de caballos y porcinos. Estos últimos eran alimentados mayormente con los sueros producidos a partir de la fabricación de mantequilla.

TRABAJADORES de La Martona (izquierda) y trabajadores de Cosmito (derecha).

                    La Martona no sólo produjo leche para el consumo sino todos sus derivados, hasta yourt recién comenzado el siglo XX. Sus instalaciones eran la visita obligada de políticos y emprendedores de todas partes. Entre los visitantes ilustres estuvo el ex presidente de Chile Pedro Montt. Sin duda, directores y gerentes de CRAV la deben haber visitado muchas veces antes de pensar en un proyecto parecido para aplicar en Chile, más concretamente en Penco y en particular en Cosmito. Todas estas opiniones gravitaron en la decisión del directorio de lanzarse a la piscina para crear la Granja Modelo de Cosmito. Sólo faltaba el líder que encabezara la realización del proyecto y ése fue Walter Zwillinger, un agrónomo austríaco que también seguramente sabía de La Martona y que incluso tal vez la conocía. La Martona, creada en 1889 era una empresa seria, probada y muy rentable. Cuando se construyó Cosmito, La Martona ya había cumplido 50 años.

DEMOSTRACIÓN de ordeña manual en La Martona (izquierda) y vacas traídas de Argentina en Cosmito (foto de la derecha). 

                    Y a modo de conclusión de esta hipótesis, otra pregunta que exige una respuesta. ¿Por qué el edificio gerencial de Cosmito en su arco central tenía escrito sobre relieve «LECHERÍA»? Porque pudo haber tenido otro nombre más genérico, por ejemplo Granja. Pero no, decía Lechería, lo que a mi entender revelaba el verdadero fundamento del proyecto, que Cosmito llegara a convertirse en una gran planta lechera. Fue precisamente desde La Martona que se importaron vacas para iniciar la producción en Penco.

LA ANTIGUA planta lechera de Cosmito, arriba y foto de abajo, tareas de ordeña manual y mecanizada en Cosmito.

                    Y para finalizar, el sueño de CRAV con Cosmito duró pocos años, no fue lo suficientemente rentable para compensar la enorme inversión. Pudo contribuir también los problemas de conectividad para llegar con facilidad a los mercados. O tal vez sabían producir leche, hortalizas y carnes pero no se propusieron comercializar convenientemente. La Martona vendía directamente a los consumidores en locales dedicados distribuidos por toda la ciudad de Buenos Aires. Cosmito nunca hizo eso. No tuvo establecimientos comerciales. Sólo llevaba hortalizas en un coloso para vender en la feria de Concepción, embarcaba cerdos en ferrocarril para su fanaenamiento en la región metropolitana, y vendía leche por litros en carretelas por las calles de Concepción y Penco.

                    La Martona fue a la quiebra en 1978, luego de casi 90 años de exitoso trabajo. Comito, pese a toda la inversión y la extraordinaria calidad de sus productos, duró alrededor de diez años al alero de CRAV, aunque después siguió pero bajo una nueva idea.

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Fuente: Argentina en la Memoria, @OldArg1810  (X).

sábado, enero 04, 2025

BARCOS FLUVIALES EN LA BAHÍA

 

                    Esta embarcación de propiedad privada, «El Coelemu», prestaba servicios de transporte de personas y carga entre el puerto de Talcahuano y Tomé a inicios del siglo XX. Tenía las características de nave fluvial, similar a las que trabajaron en Valdivia, en el Río Imperial, en el Río Bueno o en el lago Llanquihue. Nótese el techo en la cubierta para proteger a las personas que preferían disfrutar del panorama. El Coelemu disponía de una cabina bajo cubierta para sus viajeros, si interpretamos que esa fue la razón de las doce ventanas a cada lado que se observan en la proa. La fotografía original en blanco y negro fue colorizada por Pavm y corresponde a la colección Fotos Antiguas del Gran Concepción. La imagen data de 1911. Si observamos con detención, la nave no atracó al muelle de carga de Tomé sino que desembarcó a su pasaje en botes. Estas personas saltaban a la arena en la playa evitando mojarse en lo posible. Los gallardetes desplegados a ambos lados del mástil daban un cierto acento festivo al viaje.

                    Este servicio compensaba los caminos en no buenas condiciones de la época que iban orillando la bahía. Aunque no manejamos más antecedentes, salvo los contenidos en la misma foto, es posible que «El Coelemu» o algún otro similar de la empresa también atracaba en Punta de Parra para desembarcar y recoger personal de la Armada que trabajaba en el fuerte naval instalado en la parte alta de ese lugar. Es menos probable que la nave en ocasiones se haya acercado a Cerro Verde en Penco para abastecer de combustible al faro en la punta de Cerro Verde Bajo. ¿Cuánto habrá durado cada viaje entre Talcahuano y Tomé y vice versa? ¿Unas dos horas?   

miércoles, enero 01, 2025

EL CORAZÓN DE FANALOZA

 
                    Todo el trabajo creativo inicial se concentraba en hacer un buen molde. Ahí se aplicaba el máximo de inteligencia y de arte y ahí también se presentaban el estrés y los dolores de cabeza. Las matemáticas, la geometría, las leyes de la física, herramientas indispensables; el gusto estético y el sentido común también tenían voz. La perfección de una matriz bien lograda no tenía precio.

                    Primero se diseñaba en el papel el artefacto a construir, después siguiendo el modelo lo hacían a mano con greda. Se introducían correcciones en este prototipo y cuando no había opiniones en contrario se le sacaba el molde con yeso. Prototipo y molde equivalían al positivo y el negativo en una fotografía antigua. Cuando la matriz estaba seca era pulida por obreros especializados. Con una pasta suave de caolín, arcilla y feldespato se rellaba el molde y después que la pasta se secaba se obtenía el primer ejemplar. Luego del cocido al horno, se lo sometía a exigentes pruebas de resistencia, de funcionamiento y respuesta al uso cotidiano antes de iniciar la producción en serie. Ya no bastaba con el buen molde, había que confrontar el producto que se obtenía de él con la realidad.

                    En la fabricación de los moldes descansaba la esencia de la fábrica, como hemos dicho, por eso ahí estaban los hermanos Díaz, Reginald, Facundo, Juan opinando y haciendo, se planteaban consultas técnicas, apreciaciones de mercado y finalmente se adoptaban decisiones. La sección moldes fue el corazón de Fanaloza. Cuánto conocimiento, cuánto saber hacer, cuánto de ingeniería y de arte que se ha ido con la desaparición de esta orgullosa ex fábrica pencona.


domingo, diciembre 15, 2024

LA MEMORIA DETRÁS DE UN BARQUILLO DE BOCADO


                    El barquillo de bocado, de la heladería REX se cuenta entre los sabores distintivos e históricos de Penco. El bocado era una combinación de proporciones exactas de leche entera, azúcar y vainilla, proporciones que eran el secreto mejor guardado de Rex, como la fórmula de la Coca Cola. La combinación resultaba en una pasta cremosa que se enfriaba al contacto con las paredes refrigeradas de la cubeta que la contenía y que giraba constantamente. Esta mezcla de color crema muy agradable hizo las delicias de miles de niños y adultos a lo largo de los años no sólo en Penco. Y tan exitoso debió ser este helado que los potenciales imitadores, si alguna vez los hubo, nunca dieron en el clavo con la «proporción áurea».  

                    El sabor bocado se convirtió en el caballito de batalla de Rex, propiedad en los inicios de la familia Zunino. Don Jerónimo Zunino inició la fabricación de helados en tres variedades clásicas: plátano, chocolate y bocado –obvio– que él vendía a la mesa en copas de vidrio en su salón de té en la década de los 40. Bastante experiencia en helados debió tener don Jerónimo, sin duda, obtenida en su Italia natal, donde las gelaterías han gozado desde siempre de fama internacional. Don Jerónimo tenía un hermano, don Atilio Zunino, quien luego de llegar de la península con forma de bota, terminada la segunda Guerra Mundial, se instaló con un negocio de abarrotes muy bien abastecido en la esquina de Alcázar con la línea. La estrategia comercial exitosa de don Atilio fue atender a los campesinos que bajaban de los cerros al pueblo para surtirse.

                    Pero, volvamos a la heladería. La fábrica heladera siempre estuvo ahí en su local situado por calle Penco entre Freire y la línea. De las manos de Zunino la heladería pasó a poder de don Ramón Marcos, un comerciante que administraba un negocio de otro rubro en Lirquén. Nunca pensó don Ramón que el cambio de giro le daría tanto reconocimiento a él como renombre a su producto. Porque en Rex don Ramón incorporó un cucurucho de masa de galleta crocante para sostener en el extremo superior un bolo de helado. Así saltó al estrellato el barquillo de bocado de la heladería pencona que trascendió en el tiempo y aún más allá de Penco.

RAMÓN MARCOS ACKEL

                    Estamos hablando de la historia de la fábrica de los años 60, no en lo que derivó hacia el presente. Ramón Marcos destacó en Rex por su afable personalidad y el cariño hacia sus clientes y sus trabajadores. «Si un niño llega sin dinero suficiente para comprar un barquillo, dale uno a nombre mío, para que no salga del negocio sin su helado», parecía ser instrucción para el vendedor, según recuerda hoy uno de sus empleados y administrador de entonces don José Medina Cruz (conocido como el Patricio Medina), con 34 años de servicio cumplidos en la heladería Rex. Don Pato está retirado desde el inicio de la pandemia, es casado con Gladyz Cifuentes Osorio. El matrimonio tiene cuatro hijas, todas profesionales. Patricio Medina tuvo 18 hermanos de los cuales quedan cinco, tres mujeres y dos hombres.

                    Mientras para los amantes de los helados lo importante de esta historia fue el barquillo de bocado, para don Patricio, la actividad de fabricar y vender también lo fue pero por sobre ella, estuvo siempre la persona de Ramón Marcos, su patrón, amigo y consejero.

PATRICIO MEDINA 

                    El corresponsal de nuestro blog, Abel Soto M., se encontró con el ex heladero en la feria de Penco y sostuvo con él una conversación sobre la historia de la fábrica. El siguiente es un resumen de lo que hablaron.

                    PREGUNTA: «Díganos algo de su experiencia en la fábrica...».

                    RESPUESTA: «En la heladería Rex empecé a trabajar a los nueve años como barrendero y después, a los 17, quedé a cargo de la fábrica. Don Ramón como patrón fue como mi papá. Era una persona muy educada, tranquila, amable con todo el mundo. De él aprendí mucho, incluidos sus buenos modales. Cuando falleció allá por el dos mil, Penco se despobló porque él se había ganado el corazón de la gente, a mí se me cayeron las lágrimas».

                    PREGUNTA: «¿Cómo influyó él en su vida como persona?».

                    RESPUESTA: «Sin duda, no sólo eso. Recordemos que fue reconocido dos veces como hijo ilustre. Fue un hombre bendecido. En los tiempos difíciles de Penco por problemas en las fábricas de Loza o la Refinería, él colaborada con la gente. Aportaba con su saco de papas o con 30 o 40 kilos de fideos para darle a los más necesitados. Le daba comida hasta algún gato que veía con hambre. Por eso don Ramón Marcos fue un hombre muy querido en Penco».

                    PREGUNTA: «¿Pero a usted, lo ayudó él?».

                    RESPUESTA: «Absolutamente, como que me ayudó a hacer mi casa. Él me daba consejos, yo fui un poquito loco en esos años, pero gracias a él me ordené, de él aprendí a comportarme y hoy soy el que soy».

                    PREGUNTA: «¿Qué le enseñó a usted esa heladería?».

                    RESPUESTA: «A llevarme bien con la gente, a mantener las cosas en orden, todo bien aseado. Nunca tuve problemas con salubridad. Cada vez que nos visitaban para inspeccionar nos hacían sugerencias que nosotros las aplicábamos de inmediato. La regla de oro de don Ramón Marcos era mantener la fábrica estable y en buenas condiciones para poder seguir trabajando».

                    La fábrica también vendía paletas de helados de agua, hechos con jarabes frutosos. Estos se vendían mayormente en la calle o en la playa. Uno de esos vendedores callejeros fue también muy conocido: Manuel Jara Cartes, alias el chupete helado. La actividad heladera continúa administrada hoy en día por uno de los hijos de Ramón Marcos, Maximiliano Marcos. Y los barquillos de bocado se han actualizado a barquillos de vainilla junto con muchos otros sabores todos de gran calidad.

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COMENTARIO:  Muchas gracias, nunca nadie se había dado el trabajo de hacer una nota sobre el trabajo y sacrificio que hizo mi padre por la fábrica de helados.

Siempre agradecidos de don Ramón quien siempre fue muy bueno con mi papito.
Mil gracias.
Ximena Medina (hija).