domingo, marzo 24, 2013

MUDANZAS NOCTURNAS EN PENCO


Cuando Penco tenía menos de diez mil habitantes, toda la gente se conocía, si no en profundidad, al menos de vista o de referencia. Se sabía más o menos dónde vivía cada persona y sus relaciones familiares o sociales. También sus inclinaciones políticas.

Cuando las familias tomaban la decisión de cambiar de domicilio adoptaban una modalidad que hoy día parecería incomprensible: hacían la mudanza durante la noche.

Nosotros nos cambiamos de noche desde nuestra dirección en calle O’Higgins con Robles a Alcázar con Freire. Y pregunté por qué no lo hacíamos de día. Obtuve por respuesta que la mudanza se hacía después de la caída del sol para reducir el número de testigos. La gente quería que su cambio de casa no fuera tema de comentario y comidillo. O sea, mejor era que todos se informaran cuando el cambio ya estaba cumplido. Y a partir de entonces lo comprobé después con muchas otras familias en plan de mudanza.

Otra razón probable, que entonces no escuché, pudo ser que la gente no quería exhibir sus enseres. De noche se cargaba el vehículo de mudanzas y de inmediato éste seguía rumbo a la nueva dirección donde los muebles se descargaban en la penumbra. Por esos años, el alumbrado público era escaso y en los vecindarios tampoco había muchas ampolletas como hoy. De manera que la oscuridad también permitía ocultar pobrezas que lesionaban la dignidad de las personas.

Dependiendo de la hora del cambio, los vecinos se daban cuenta a la mañana siguiente que habían recién llegados en la casa de al lado.

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