domingo, mayo 26, 2013

EN PENCO EL FUTURO COMENZÓ EN EL GIMNASIO DE FANALOZA


El remozado Gimnasio de Fanaloza, enero de 2015.

      En 1962 la televisión comenzaba a conocerse en Santiago, pero en Penco se sabía poco de este nuevo medio de comunicaciones salvo lo que se veía en las películas que se exhibían en el teatro de la Refinería. Porque en esas películas se mostraban los aparatos de tv encendidos en las casas donde se desarrollaba la trama. Y fue justamente ese año que también en el mundo comenzaron las transmisiones de televisión vía satélite. Por primera vez fue posible ver imágenes  en tiempo real entre Estados Unidos y Europa gracias al satélite Telstar I, lanzado al espacio en el mes abril del 62. El servicio se inauguró con un mensaje del presidente John F. Kennedy.

                                        Este era el contenido de las películas que nos
                                         permitieron adivinar cómo venía el futuro en Penco.


        Y aunque la TV en Penco, como decíamos, no era aún una realidad cotidiana sino sólo un rumor mágico que corría de boca en boca, un día de ese año tuvimos la oportunidad de conocer con detalles cómo venía la mano en el asuntos de comunicaciones. Ese día nos dimos cuenta que el futuro estaba a la vuelta de la esquina. 

        El Departamento de Estado de Estados Unidos tenía un programa de difusión de temas educativos, culturales, noticiosos y propagandísticos basado en la producción de películas que distribuía a través de sus embajadas. Por tanto el consulado norteamericano en Concepción recibía ese material y lo difundía entre grupos de personas interesadas en ver películas gratis. 

           Todas las semanas iba a Penco un funcionario del consulado, quien llegaba en su auto y lo estacionaba en la calle Penco frente al Gimnasio de Fanaloza. Seguramente a través de un convenio con el Sindicato de Obreros, el recinto era facilitado para la proyección de ese material audiovisual. Esta persona del consulado se bajaba con una gran maleta negra y varias latas con cintas de películas bajo el brazo. A media tarde, el gimnasio estaba lleno de gente, mayormente niños.  
En la maleta venía el proyector y las películas se exhibían en el gran telón de que disponía el sindicato. Fue entonces que vimos la noticia del satélite Telstar I que había hecho posible por primera vez  mostrar imágenes en vivo entre Estados Unidos y Europa.  “Hola Nueva York, aquí Londres”, decía el presentador al tiempo que giraba sobre sí mismo para mostrar la ciudad londinenses a sus espaldas en ese momento. Increíble. Había comenzado la globalización. Y lo que nosotros veíamos en el Gimnasio de Fanaloza había ocurrido apenas unas semanas antes. Sin imaginarlo y sin que siquiera hubiera llegado la televisión a Penco, ese día supimos que también para nosotros el futuro en el mundo había comenzado. 
Otro momento en la historia del Gimnasio de Fanaloza (2009).

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