jueves, septiembre 25, 2025

EL ¡SALUD! MÁS POPULAR DE PENCO

LOS RECORDADOS HERMANOS OLIVEROS, en un
simpático brindis para la foto en la barra del CAPRI.

TEXTO: ABEL SOTO MEDINA, Aficionado de la Historia.

                                   ¡SALUD POR LA COSAF!

        Es muy posible que la expresión, «Salud por la Cosaf», en Penco se haya escuchado en reuniones y/o actividades propias de los Directores y Ejecutivos de la Compañía Sud Americana de Fosfatos, COSAF. Si fue así, era para celebrar el éxito de las metas logradas por producciones, gestiones y resultados económicos.

        Sin embargo, el propósito de esta nota es resaltar la expresión señalada, como una fórmula transversal para justificar un brindis entre los habitués, algo así como un «aro, aro» o un «vamos con el trago del estribo». De ese modo «salud por la Cosaf», que se escuchaba en muchos lugares populares de Penco, pudo tener un autor anónimo, algún trabajador de la empresa, quien en un momento de emoción exultante a causa de un mosto renovador expresó a voces «¡Salud por la Cosaf!».

        Haberlo dicho en el momento y lugar oportunos, bastó para que quienes lo escucharon lo acopiaran como un sello. Así se fue arraigando en las numerosas picadas penconas, en que los trabajadores después de su jornada, pasaban a compartir un trago, con compañeros u otros parroquianos asiduos a degustar un rico tinto, blanco, chicha o chichón.

        Por largo tiempo, he tratado de averiguar quién fue el autor, pero mis investigaciones se difumaron en el ambiente, tampoco obtuve resultados cuando intenté saber dónde, en que «picá» se pronunció por primera vez. Debió ser tan original y convincente que se viralizó de inmediato, como se dice hoy. Escuchar la frase –que más bien parece un interjección imperativa–, era común no sólo entre los «cosacos», como se denominaba a los trabajadores del fosfato, sino también entre personas que nada tenían que ver con la empresa.

        Hoy en día, muchos años después del término de la producción de fertilizantes y de COSAF, un popular garzón de un afamado Casino de Penco, cuando me ve en el lugar con una copa en la mano, me dice con una franca sonrisa «Salud por la Cosaf».

        Conozco muchos lugares cuyas paredes sonoramente recibieron los ecos de este salud y como una forma de registrarlo para la historia popular y la memoria de Penco, citaré algunos que en ocasiones visité donde inevitablemente me invitaban a brindar por la Cosaf.

        Como indiqué, la icónica frase pudo haber nacido en cualquiera de estos lugares. Ahora simularé caminar desde la salida de la empresa en Playa Negra para encontrarnos con los siguientes puntos de reunión informal after office (como dicen los cuicos para significar después de la pega), unos con sus nombres y otros sólo con sus apodos:

        Donde la Señora Carlina, El Rincón de San Martín, Donde Le Chatán, El Agua de Pipa, El Siete Leguas, El Huaso Chico, El Casero Bueno, Señora Ester, Señora Celfa, El Che, Donde Salazar, La Cañada, Donde Palma, Donde Eriz. Para los más románticos: Boite El Pollo Dorado, la Señora Pepa, después fue Don Edmundo Espinoza, luego El Maña, terminando como Donde la Tía, El Pampa, El Gallo Venegas, Donde Jurado, El Radical de la Sra Inés, El Imperio, El famoso Rosal, Donde Don Hualo, La Oficina, Donde el Paletita, y la famosa Quinta de Recreo El Paragüita, El Rucio Muñoz, Donde Pedro Palma, Las Británicas, El Kinder, El Tinto con Piernas, El Popular, Donde el Teo, El Muerto, Don Leopo, La Señora Clarisa, La Nena Navaro, EL Galeón, El Pangal, El Otro Mundo, La Pata de Nalca, Donde Yévenes, Roberto Pillo, Huaso Retamal, Donde Gallardo, Donde la Laly o el Poca Luz, El Trompa de Mono, Donde Che Margot o Che Pepe, El Negro Olate, y en el centro de Penco, El Capri, Donde la Amanda Latorre, Dónde Urbina, El Hechizo y para no dejar de lado Lirquén, mencionaremos Donde Don Chefe, El Encarpao, el Rueda Tacha, y así, tantos lugares pintorescos y genuinos con pura expresión popular, que lo único que une a tantos parroquianos, son la calidad de los mostos, aguardientes, y otros licores de gran gama, que terminar siempre mezclados con Coca Cola, y que cualquiera de esos tragos, servían para alzar las copas, vasos y jarros, y brindar por la cosaf, expresando a viva voz, «Salud por la Cosaf».

        Vaya un saludo hoy, para tantos parroquianos que visitan nuevos y pintorescos lugares como, El Pozón de los Herrera, Entre Amigos, El Mala Bar, etc.

        Este Salud por la Cosaf sirvió para recordar a tantos y tantas personas que con esfuerzo y paciencia, encontraron en el negocio de los vinos y licores, un modo de vida, que acompañaban en las penas y grandes sueños de todos sus clientes. Sus visitantes, casi a diario, iban para disfrutar y comentar la vida, con temas simples, pero muy apasionados a veces con mucha vehemencia, pero que en torno a buen trago, se compartían las alegrías y se pasaban las penas, tal cual lo dice la canción mexicana «sírvete esta botella conmigo y en el último trago nos vamos».

        Debo mencionar, que la mayoría de los nombres de las picadas, bodegas y locales eran por identificación popular, y no encierran un menoscabo a las personas dueñas o a quienes los atendían, ni menos fueron nombrados con intención peyorativa.

EL LEGENDARIO BAR EL CAPRI, donde tantas veces se brindó por la COSAF.





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