domingo, octubre 19, 2025

DE LA CONQUISTA EN PENCO A UN BUSTO DE PRAT EN JAPÓN


LA HISTORIA OBLIGA

Por Abel Soto Medina, Aficionado de la Historia

La Historia obliga, bien podría ser el título de esta pequeña nota… Todo sucedió por una invitación del presidente de la Sociedad de Historia de Penco, Jaime Robles, a una charla de historia, acerca de los tiempos del Conquistador en esta zona, y basada en las versiones de Alonso de Góngora y Marmolejo, que escribió la Historia del Reyno de Chile, que abarcaba el período de 1536 al 1576. Además de Pedro Mariño de Lobera cuyos escritos fueron publicados poco antes de su muerte el año 1598. Sin embargo y que no fue tema de la conversación, existe un tercer cronista, que apenas 15 años después de la llegada de Valdivia, él ya había escrito Relación Copiosa del Reyno de Chile en 1558.

     Toda la charla fue muy rica en conocimientos. Pero, por sobre todo por el análisis de los diversos puntos de vista que tenían tanto De Góngora y Marmolejo como Mariño de Lobera respecto del tema de la Conquista. El expositor Iram Espinoza manejaba muchos antecedentes de esos acontecimientos, hecho que enriquecía su apreciación de lo escrito por ambos personajes históricos, más aún si ellos fueron soldados que estuvieron en la Conquista con Valdivia. Mis felicitaciones por la charla, y como en todo orden de cosas, siempre hay algo que queda.

     

BUSTO DE BRONCE del Capitán Prat en Japón.

    Una vez finalizado el evento, en seguida surgió otro tema: la figura de Arturo Prat Chacón. Jaime Robles trajo al tapete de la conversación que existe un busto del héroe chileno en Japón. Allí comparte honores con el almirante japonés Togo y el almirante inglés Nelson. El tema a decir verdad no me pilló tan desprevenido, algo sabía al respecto, lo que no estaba en ninguna parte de mi mente, fue que la revista Pan de Azúcar de CRAV incluyó este relato en una de sus ediciones de 1966 y transcribió un artículo de una revista naval japonesa al respecto. El siguiente texto es parte de la nota:

     «Numerosos barcos extranjeros han visitado mi país, pero nunca he oído o visto uno que haya llegado con tan alto espíritu, tanta disciplina y voluntad a un puerto japonés en nuestra milenaria historia como el buque escuela chileno “Esmeralda”»Estas frases cierran el artículo citado de la visita de la nave chilena al Japón. Dicha nota fue escrita por el oficial Sadao Imoo y publicada en la revista del Círculo de Oficiales de la Marina Japonesa Suiko.

     Todo esto acontecía en la mañana del 27 de mayo de 1966, aniversario de la gesta del almirante Togo, donde la Esmeralda llegaba para rendir honores. Más aún, el redactor Sadao Imoo expresa que el nombre Esmeralda, les trae a ellos los marinos japoneses, un recuerdo en la batalla de Tsushima, donde el crucero Izumi fue el líder de la victoria, similitud con la gesta del glorioso navío chileno.

     Imoo recuerda que el cariño por la oficialidad de la marina de Chile nació años atrás. Mientras estudiaba en EEUU conoció a un teniente naval chileno de apellido Martin. Posteriormente y con motivo de la visita oficial de La Esmeralda la amistad se afianzó más cuando se encontró con Martín quien integraba la tripulación chilena ese 27 de mayo de 1966. Los marinos del Buque Escuela nacional participaron en los actos programados para rendir honores a los Almirantes Togo y Nelson. En esa ceremonia ellos hicieron entrega del busto del Capitán Prat, que quedaría junto a los almirantes homenajeados. Desde entonces, las esculturas de los tres héroes se encuentran en el Museo de la Historia Naval de la Escuela Naval, en la Isla de Etajima.

     El editor de la revista Pan de Azúcar, muy orgullosamente manifiestó que los refineros saben perfectamente, que la amistad y admiración hacia los marinos chilenos, expresada por el Japonés Imoo, en la nota, tenía un agradable sabor dulce para Penco. Porque que el teniente Martin no era otro que John Martin Reynolds, un pencón con arraigo refinero, debido a que su madre la Señora Cecilia Reynolds Porter, más conocida para los azucareros como la Sra. Martin, fue una enfermera a cargo la Clínica de CRAV hasta aproximadamente el año 1959. Ella se fue a radicar en EEUU, volviendo precisamente el año 1966, que curiosamente el mismo número de la revista, hizo mención de su visita.

CECILIA REYNOLDS DE MARTIN
(foto tomada de Pan de Azúcar).

     Volviendo sobre el busto de Prat, dicha iniciativa se dio en alguna noche de tertulia, en el Club de La Unión de Santiago allá por  1960. Los gestores fueron el Ministro de Relaciones Exteriores de la época, Carlos Martínez Sotomayor, y los asiduos al Salón Arturo Prat, todo para profundizar los lazos de amistad entre Japón y Chile, aprovechando quizás la buena relación y por ser miembro del Club de la Unión, el Embajador Extraordinario y Plenipotenciario Ryozo Yaguchi.

     En Mayo de 1966, a la nave nipona Andesu Maru, le correspondió trasladar el busto del Capitán Prat, entregado por el Capitán de Fragata Roberto Kelly Vásquez junto al embajador de Chile Augusto Marambio Cabrera. Depositaria de la escultura chilena fue la Fuerza Marítima de Autodefensa del Japón. Agradeció en representación de la marina japonesa su Jefe de Estado Mayor Almirante T. Itaya.

     Lo comentado tangencialmente por el Presidente de la Sociedad de Historia de Penco, sirvió para llegar a redactar esta nota, que sin querer llegamos para recordar a dos personas que tuvieron fuertes lazos de cariño y amistad por esta tierra llamada Penco.



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