Nota editorial: Averigüé algunos aspectos divertidos de la vida de James Bond durante el rodaje de la película Quantum of Solace, que se filmó en cerro Paranal, en una visita que realicé a ese observatorio. Como pencón me sentí orgulloso de haber usado en ese lugar y sin quererlo la silla de Daniel Craig, el actor británico que encarnó a Bond en la película N° 22 de la saga del agente secreto.
Entrada del hotel Perla de las Dunas en Paranal, desierto de Atacama
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¿Qué es Paranal? ¿Un cerro? ¿Un observatorio astronómico? ¿Un estudio cinematográfico?
Respuesta: todas las anteriores.
El cerro Paranal está en la II Región cerca de la caleta de Paposo, 140 kilómetros al sur de Antofagasta. Tiene 2.600 metros de altitud. En la cumbre se yerguen cuatro enormes y modernos telescopios y desde ahí también se puede ver el mar.
En el cruce del desvío al observatorio con el camino que baja a la costa, hay un aeródromo. A medio andar entre el cruce y la cumbre del Paranal se abre un vallecito donde están las instalaciones de apoyo para el centro científico: laboratorios, equipos de mecánica y un gimnasio. También allí, pero orientado hacia el oeste, está semienterrado en la arena el hotel La Perla de Las Dunas.
Tres kilómetros más arriba se llega a los telescopios instalados dentro de esos edificios metálicos con aspecto de robot de 40 metros de altura cada uno, sin los domos de los observatorios tradicionales, porque éstos son instrumentos del siglo XXI. (Abajo, el tráiler de la película)
Aquí estoy yo en La Perla de Las Dunas. |
En ese ambiente cargado de científicos cosmopolitas, actores, actrices y profesionales de la industria del cine además de personal chileno se filmó “Quantum of Solace”.
La Perla de Las Dunas, el hotel escondido bajo tierra dispone de un microclima interior artificial, con abundante vegetación del trópico, --lo que resulta ser un espectáculo insólito para un recién llegado--. En el comedor de ese hotel se vieron las caras el personal del observatorio y los artistas, entre ellos Daniel Craig (James Bond), su doble –igualito, al decir de quienes los vieron—y la chica Bond, Olga Kurylenko (Camille) también con su doble.
La persona que me contó estos detalles trabajó hasta hace poco en Paranal y me dijo, durante el almuerzo que compartimos en La Perla de Las Dunas, que Bond se sentaba en el mismo asiento en el que me hallaba yo en ese momento para tomar su colación. Sobre esta observación no hice comentarios porque lo mejor era callar y oír esas historias de Bond fuera de pantalla.
Craig y Kurylenko en el desierto de Atacama. |
“Ten cuidado, no entusiasmes con las escenas del combate aéreo donde Bond y Kurylenco vuelan en un DC-3. La chica Bond se ve magnífica, pero, ¡ojo! No es ella, es un güeón vestido de mujer y con peluca. Cuidado con las sorpresas”, me advirtió mi amigo con picardía. En efecto, para la secuencia del avión, el director usó un Douglas que ya no hay operativos en Chile. Por esa razón la producción de la película tuvo que alquilar una de esas máquinas en Panamá y traerla volando a Antofagasta. Efectivamente la aeronave voló teniendo como base el aeródromo junto al camino que se aprecia en el filme.
Y continuó contándome mi amigo ingeniero mientras ya estábamos en los postres: “A Bond le costó pronunciar un parlamento que tenía que filmar junto a los telescopios. Era una frase cortita para amenazar a los malos. Pero, no le salía y repetía y repetía. En el intertanto a mí me encargaron subir un espejo astronómico en un camión hasta la cumbre, y tenía que pasar justo por el lugar donde se filmaba la escena. El camión llevaba balizas y escoltas porque la carga era cara y complicada. Esperé en el comienzo de la subida a que el director aprobara la toma. Y fue así como recibí la orden de iniciar la marcha. La advertencia era que un vez en camino el camión no se podía detener. Iba conduciendo súper concentrado cuando frente a mí apareció James Bond bajando en un boogie. Venía feliz de la vida, relajado. A mí me entró la preocupación porque el gallo manejaba el boogie por el medio de la pista. Entonces le tiré luces y saqué la cabeza por la ventanilla para gritarle: 'move aside!', 'move aside!' (¡sal de ahí!, ¡sal de ahí!) y el gil no me hizo caso. Como yo no podía detener el camión y Bond no se salía le grité en chileno: 'Sale de ahí concha de tu m…' Y se tiró para el lado el tipo y me quedó mirando como preguntándose ¿qué onda?”.
Las tallas de Bond seguirán recordándose por muchos años en cerro Paranal. Una construcción hecha especialmente para el personal de la película, en el vallecito donde están las instalaciones de apoyo, se llama hoy B-22 (Bond, película Nº 22).
Entonces le pregunté a mi amigo que me explicara la explosión que aparece en la película, que se registra cerca de los telescopios. Y me respondió casi alarmado:
“No, ahí el director Mark Forster se fue al chancho. La cagó, en la película hizo volar todo este hotel donde estamos almorzando. Lo hizo mierda. No quedó nada en pie. Claro que era una maqueta a escala construida aquí mismo, pero igua fue una lata que La Perla de las Dunas haya tenido ese final en la película.
Olga Kurylenko en la escena final de James Bond. |
Después de la pena nos reímos y le dije que en vez de llamarse Quantum of Solace, la película filmada en el desierto de Atacama de Chile debió titularse La Perla de las Dunas.
Y mi amigo estuvo muy de acuerdo.
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