El actor Orson Welles en su interpretación de La Guerra de Los Mundos por la radio CBS en Nueva York (1938). |
El planeta Marte fotografiado por un telescopio. |
En 1957 el planeta Marte tuvo una de sus aproximaciones
periódicas a la Tierra, alcanzando una distancia de menos de sesenta millones
de kilómetros una noche de septiembre de ese año. Un astrónomo
diría “esto no tiene nada de extraño” porque ha sido siempre así y lo seguirá
siendo. En sus giros en torno al Sol, en algún momento ambos planetas se
encuentran y se alinean. En tal caso Marte se ve claramente arriba como un
lucero de tono anaranjado. Sin embargo, hay que prestar atención para
descubrirlo en medio de las estrellas. Eso fue lo que ocurrió esa noche, según
las noticias científicas.
Una radio de Concepción –entonces Penco no tenía emisora—
preparó una programación especial esa noche imitando el radioteatro de la
Guerra de Los Mundos de H.G. Wells que hizo temblar a Nueva York en octubre de 1938
con el escalofriante relato del actor Orson Welles acerca de la invasión
marciana. Fue una transmisión de la CBS que pasó a la historia por su impacto
emocional. Es probable que la emisora penquista que hizo la historia haya sido
la entonces radio Araucanía, con un locutor muy creativo o imitativo. Lo cierto
es que esa noche limpia y clara de primavera, el animador inició su relato
diciendo que debido a la proximidad de Marte su radio había establecido
contacto con una civilización marciana también muy atenta a lo que pasaba en la
Tierra. Y que un colega suyo de allá quería decir cosas sobre lo que ellos
veían que ocurría por aquí. En la noche marciana era posible distinguir la
Tierra, agregaba el personaje de otro mundo y añadía que veía mucha discordia y
falta de hermandad entre los terrícolas.
En los hogares de Penco, a esas alturas del programa, la
gente comenzó a aumentar el volumen de los receptores para escuchar mejor. El
diálogo estaba entretenido y amenazante porque el marciano decía que si las
cosas seguían mal por estos lados ellos tendrían que actuar. El locutor de Concepción
respondía diciendo que no era para tanto no fuera que los marcianos partieran
para acá en sus cohetes a poner orden. En medio de este relato radial, el
locutor penquista dijo que se interrumpía brevemente la comunicación para dar
paso a los comerciales. Rota la magia por los avisos pero con el suspenso en
aumento, nadie sabía si esperar a que volviera el cuento o si había que salir a
la calle para verificar esta situación. Fue de este modo. Hubo muchas personas mayores
y adultos jóvenes que dejaron sus hogares y se asomaron a la calle para mirar al cielo.
La noche despejada mostraba a Marte titilando en un cielo bellamente
estrellado. ¿Dónde está el cable de comunicaciones?, decían algunas personas.
¿Tiene que haber una línea telefónica entre la radio de Concepción y el
planeta?, decían otros…
Durante nuestra historia pencona de Marte, las comunicaciones por satélite aún no eran una realidad. |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario