En primer plano, algunas piedras con forma de esfera, en la costa de Penco. |
Las piedras que están en el fondo marino junto a la playa de
Penco y que afloran con las bajas mareas son redondeadas. Incluso, algunas
parecen perfectas esferas. ¿Por qué tienen ese aspecto si deberían ser
angulosas? No existen ríos torrentosos en la zona de la bahía de Concepción que
justifiquen la presencia de tales piedras. Se tiene por sabido que es en los ríos con gran pendiente donde
las rocas que se desprenden de los cerros terminan convertidas en piedras de
huevillo, por los golpes recibidos de la fuerza del arrastre. Así se puede observar en la mayoría de los caudales de la zona
central de nuestro país. Los aluviones liman las aristas y las
convierten en piedras de canto rodado. El agua sólo mueve esas piedras. Pero,
en Penco no tenemos una explicación para esas piedras suaves tan familiares…
En el desierto de Atacama hay piedras en medio de la pampa
que tienen sus cantos rodados. Y allí no hay ríos. ¿Entonces cómo es la cosa? Este hecho intrigó a
científicos norteamericanos quienes luego de estudios concluyeron que la causa de la suavidad
de las caras de esas enormes rocas tiene su explicación en los terremotos. Al agitarse
por los movimientos telúricos esas piedras chocan unas con otras y pulen sus
ángulos desplazándose por la arena. Claro que se necesitan millones de años
para que eso ocurra. Y curiosamente no es necesaria la acción del agua.
Llevemos esta explicación a las rocas del
fondo marino de Penco. Esas piedras, angulosas en origen, se golpean entre sí
con los terremotos y los maremotos posteriores las arrastran. De allí el ruido ronco
y profundo que acompaña a las salidas de mar. Una enorme cantidad de esas
piedras sueltas del fondo son empujadas por las poderosas corrientes convirtiendo
al lecho del mar en un aluvión. Las caóticas corrientes generadas por esos fenómenos arrancan piedras de todos los tamaños de sus ubicaciones
y las desplazan de un sitio a otro con enorme fuerza. Sin duda por los golpes logran la
limadura de sus aristas. Ésa sería, a mi modesto entender, por qué las
piedras del fondo marino pencón en algunos casos parecen pelotas de fútbol.
Las piedras sueltas no están siempre en
un mismo lugar, se mueven constantemente. Bueno es recordar que después del terremoto de 1960 se formó un
islote frente al edificio “los años locos”, al cabo de dos o tres décadas, ese
islote emigró.
Es cuestión de aritmética simple. Un terremoto dura tres minutos y se registran más o menos dos cada siglo (seis minutos de duro zamarreo cada cien años). En un milenio tendríamos una hora de movimiento. En un millón de años el tiempo de movimiento equivaldría a 41 días y algunas horas. Para nuestro cálculo bástenos con un millón de años, agréguele usted muchos millones más. Ese tiempo de fuerte agitación –como una coctelera—es más que suficiente para que se “fabriquen” las piedras de canto rodado en el mar de Penco. (Abajo un video con fotos de esas piedras)
Es cuestión de aritmética simple. Un terremoto dura tres minutos y se registran más o menos dos cada siglo (seis minutos de duro zamarreo cada cien años). En un milenio tendríamos una hora de movimiento. En un millón de años el tiempo de movimiento equivaldría a 41 días y algunas horas. Para nuestro cálculo bástenos con un millón de años, agréguele usted muchos millones más. Ese tiempo de fuerte agitación –como una coctelera—es más que suficiente para que se “fabriquen” las piedras de canto rodado en el mar de Penco. (Abajo un video con fotos de esas piedras)
1 comentario:
Nelson, no son los terremotos los que dan la forma redondeadas a las piedras, ya que al moverse durante este evento lo hacen en diferentes direcciones, incluso al desprenderse del fondo con un tsunami y chocar con otras, esto podría provocar trizaduras, o quebraduras bruscas. Pero para que una piedra pueda ser pulida, necesita de un roce constante con otras piedras, para eso tendríamos que tener terremotos anualmente y aunque así fuese tampoco sería esos los resultados
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