Don Manuel Rifo Pincheira junto a su esposa doña Rosa Benítez Meza. |
Fanaloza intentó emular a la refinería de azúcar y contar
también con una banda de músicos con la participación de su personal. Según antecedentes
el orfeón de CRAV se había iniciado en 1930 y la industria locera se puso en
campaña con el mismo fin en 1937 ó 1938. El proyecto de una nueva banda
trascendió los límites de Penco y despertó interés en otras localidades de la
zona.
El dato repercutió en Curanilahue donde don Manuel Rifo
Pincheira había desarrollado la habilidad de ejecutar instrumentos de bronce al
alero de la familia Benítez. Para él los Benítez se convirtieron en una buena
escuela para aprender a tocar y para conocer el lenguaje de la música. Sin
duda, con el tiempo Curanilahue ha dado testimonio de su historia musical, baste
ver y oír hoy en día a su Orquesta Juvenil Bicentenario. La ventaja de don
Manuel con esa familia fue que la joven Rosa Benítez Meza se convertiría muy
pronto en su esposa. Pero, la música había calado profundo en él transformándose
en una pasión.
Por esos días de finales de la década del treinta Manuel
Rifo Pincheira decidió mudarse a Penco con su familia alentado por la esperanza
de ser incorporado a la banda de Fanaloza en formación. Así en mayo de 1938
se presentó él con sus tres hijos también músicos: Manuel, Juanito y Orlando
para ofrecer integrarse al grupo musical. Con la incorporación de cuatro nuevos miembros la banda locera tomó más cuerpo. Pero el proyecto tuvo un final abrupto. La
empresa terminó con su banda como consecuencia del terremoto de 1939. Y en esa
tragedia falleció también Orlando Rifo Benítez.
En tal circunstancia don Manuel se postuló para el orfeón de
la CRAV donde fue bienvenido. También entraron sus hijos Juanito y Manuel. Rifo
Pincheira permaneció en la banda de la refinería hasta 1958. Durante ese tiempo
contribuyó a formar a nuevos integrantes del grupo y él a su vez siguió ejercitándose
en la ejecución de otros instrumentos. Pero, su fortaleza estaba en tocar el
bugle de tres pistones.
Bugle de bronce. |
Eran los tiempos de la predilección por las marchas
militares. Por tanto, los orfeones de Penco interpretaban ese género sin
incursionar en temas bailables o de fiestas populares. De este modo los músicos
en perfecta formación desfilaban por las calles o actuaban en las plazas bajo
la batuta de un director que iba a la cabeza. Uno de esos directores fue el recordado
maestro Candia.
Luego de dejar voluntariamente el orfeón de la CRAV, Manuel Rifo Pincheira regresó a Curanilahue,
la ciudad que lo vio nacer en 1895. Las autoridades de esa comuna carbonífera
lo habían invitado para que se abocara a la formación de una nueva banda. Lo
hizo gustoso y cumplió con su vocación. Sin embargo, dos años después cuando
cumplía 65 falleció dejando una estela de buenos recuerdos tanto en Penco como
en Curanilahue.
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NOTA DE LA REDACCIÓN: Los datos fueron aportados por Rosa Aqueveque Rifo, nieta del músico. Es evidente que en la historia de las bandas de Penco hay otros nombres de personas que hicieron valiosos aportes y que los publicaremos tan pronto dispongamos de antecedentes.
1 comentario:
así es Nelson,mi abuelo además de ser parte de la historia de las bandas de Penco,forma parte de la historia de la fotografía en nuestro natal Penco.no cabe duda que a lo menos,una foto del recuerdo tenga el sello de Manuel Rifo.gracias por los bellos artículos que nos compartes en el Blog,un pedazo de historia y nostalgia desde otra mirada,gracias por ello
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