El galeón español San José, cargado de oro, joyas y plata,
que fuera hundido por un buque de la armada británica –tal vez un barco
pirata—en 1708 fue encontrado por cazatesoros en el mar Caribe a la cuadra de
Cartagena, Colombia, en los primeros de diciembre de 2015. El anuncio lo hizo
jubiloso el presidente colombiano Juan Manuel Santos. No en vano, el cargamento
proveniente de las colonias españolas y con destino a la península ibérica, se
acercaría a los 17 mil millones de dólares (plata de hoy), según consigna la
revista The Economist.
Ahora el gobierno de Bogotá afirma que el tesoro pertenece
al estado colombiano porque está en el lecho marino de ese país; los cazadores
de barcos hundidos quienes gastaron 12 millones de dólares en la búsqueda,
afirman que el cargamento es de ellos en virtud de la ley de los hallazgos, que
no está escrita en ninguna parte pero que rige en todo el mundo; España por su lado afirma que el oro era propiedad del
rey Felipe V y por tanto el mejor derecho le corresponde a su descendiente,
Felipe VI…
Pero, dejemos esa parte de la historia hasta ahí…
Lo curioso es que entre quienes reclaman no haya nadie de las
ex colonias, Chile entre ellas, de donde se extraían esas riquezas. El
gigantesco tesoro consiste en barras de oro, joyas y monedas de plata. Sin duda
el galeón San José pasó por las costas de América del Sur recogiendo el
producto de la explotación minera. En nuestra zona el único puerto donde pudo
haber estado el barco fue Penco. Y aquí, se explotaba oro en los yacimientos que había en esos años. El fundador don Pedro
de Valdivia tenía minas auríferas en Quilacoya y en otros puntos. Una parte del
metal precioso que transportaba ese galeón hundido pudo haber sido embarcado en
Penco, aunque no tengamos ningún antecedente para afirmarlo. Pero, si aplicamos
la lógica, la respuesta sería positiva.
Ya que son varios los interesados en cobrar el total del
hallazgo, Chile también podría ponerse a la cola para estirar
la mano y recibir la parte que le corresponde…
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