Durante cinco días (9, 10, 11, 12 y 13 de septiembre de
2016), los tres especialistas del laboratorio de prospección arqueológica del
Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma
de México, Luis Barba, Agustín Ortiz y Jorge Blancas, con la ayuda de un sofisticado equipo de georradar, rastrearon tres
sitios históricos de Penco, con el fin de verificar la información disponible en
el mapa de Amadeo Frazier (1712) acerca del trazado original de Penco y sus construcciones
coloniales. En particular, un monasterio de Jesuitas, en la esquina de Chacabuco
y Las Heras; una catedral de Franciscanos en la cuadra de Las Heras entre calles
Penco y Maipú frente a la plaza; y el Palacio del Gobernador en Freire esquina
Penco. Rastrearon a lo menos 5 km lineales de terreno: en calles, en patios de
colegios y en casas cuyos moradores gustosos prestaron colaboración. Sólo la
clásica lluvia pencona de primavera interrumpió en parte las indagaciones, pero
brindó tiempo a los peritos mexicanos a descargar la data almacenada en la
memoria del georradar para hacer evaluaciones preliminares.
RESULTADOS ALENTADORES
Esa información generó sonrisas en el trío investigador que indicaban que ellos no habían perdido su tiempo viniendo a Penco
de tan lejos. Se observaban datos alentadores. Y por otra parte se acrecentó la expectativa por el futuro mapeo de esas zonas, una vez que
procesen la información en el laboratorio de Ciudad de México.
Los expertos
creen que esa tarea les tomará un par de meses. Se habló de la posibilidad de volver a
Penco para desarrollar nuevas prospecciones en una segunda etapa con el fin de
sondear zonas más acotadas o espacios que no fueron prospectados y que son de
interés histórico. Los expertos estiman que hay a lo menos cien lugares en Penco que merecerían ser analizados. El trabajo de prospección en desarrollo fue solicitado por la Municipalidad y su alcalde Víctor Hugo Figueroa a través de un convenio existente entre la Universidad de Concepción y la Universidad Nacional Autónoma de México en virtud del reconocido prestigio internacional que tiene esa casa de estudios en investigaciones arqueológicas. Le cupo participación también a la Sociedad de Historia de Penco.
El jefe del equipo de especialistas,
el doctor Luis Barba Pingarrón, concedió una entrevista a nuestro blog en el
aeropuerto internacional de Santiago momentos antes de embarcar para Ciudad de México.
Se refirió al estatus de Penco colonial: “No sé si entonces habría una ciudad más austral que
Penco. Pero, el hecho que aquí hubiera existido una universidad, la Pencopolitana; que
haya habido un hospital de la Orden de Juan de Dios; la casa del gobernador; un fuerte artillado como La
Planchada son realidades que me indican
que Penco fue muy importante a pesar que estaba tan retirado y bastante lejos
de Dios (sonrisas).”
El profesor Barba también nos dio su opinión de Penco actual luego de estar cinco días en nuestra ciudad. Destacó una característica: “Su capacidad para regenerarse. Penco es como
el ave fénix, le han tocado muchas catástrofes, le han tocado muchas ocasiones
de destrucción y de todas éstas se ha levantado y ahí está tratando de aprender
de esa historia y lo está logrando. Quizá por eso es que tiene tanto interés en
su pasado, lo aprecian mucho porque le ha costado mucho trabajo”.
MIRANDO BAJO EL PAVIMENTO
Y en un resumen de las observaciones realizadas, el jefe del
equipo mexicano, entregó un juicio de la
información que llevan de regreso para ser analizada e interpretada:
“Tenemos la esperanza de que encontremos los restos
arquitectónicos en primera instancia; pero si logramos definir espacios
interiores y exteriores de estas edificaciones, y algunos elementos alrededor
de estas estructuras es muy probable que lleguemos a interpretar fosas de
enterramientos que también es uno de los objetivos. Si logramos esto, algunos
de los personajes históricos de Penco podrían aparecer. O sea, observamos que
hay buena información y que es sólo cuestión de tiempo para entenderla por
completo.”
El equipo de mexicanos tiene tanta experiencia en este tipo
de trabajos –han realizado varios similares en otros puntos del planeta--. Tanto así, que sus
integrantes pareciera que ven bajo el pavimento gracias a la data desplegada en la pantalla del georradar. Sobre lo que esperaba encontrar y lo que 'vio', el profesor Barba nos dijo:
“Para nosotros en la universidad esto fue un reto, porque
teníamos información de los temblores y tsunamis que ha sufrido Penco en su
historia. Por tanto, yo esperaba ver más destrucción debajo del suelo. Pero, acá he podido
observar que por debajo de un metro y medio de capa de sedimento hay
información colonial importante. También veo que hay muros, que hay pisos. Y
los muros son pequeños, de no más de un metro. Pero, la situación no es caótica
y eso es muy favorable para una intervención posterior. Tampoco hay la cantidad
de sal que imaginé, por los tsunamis. Eso es muy bueno también.”
BÚSQUEDA DE
PERSONAJES
Para la posibilidad de que los investigadores den con las sepulturas de personajes importantes de la historia colonial –y ése es uno de los propósitos--, dentro de los recintos bajo observación, la universidad mexicana está en condiciones de arrojar luces de esas personas, de ser halladas, aunque no sus identidades:
“Hemos desarrollado muchas metodologías de estudio. Desde el
fondo del área donde están depositados los huesos se pueden tomar muestras que
podemos analizar en el laboratorio y ver, por ejemplo, qué tanto esa zona
estuvo enriquecida por la descomposición del cuerpo; normalmente se forma un
halo alrededor de los huesos que son residuos químicos que se incorporan al
suelo. Desde luego podemos hacer dataciones con carbono 14, se puede
identificar el ADN, se puede determinar el sexo de los restos óseos, qué edad
tenía esa persona, de qué enfermedades padecía, etc. Y además si hay elementos
materiales alrededor susceptibles de estudio para determinar si son europeos o
si son de Chile”.
HABRÁ EXCAVACIONES
Una vez que se conozca el primer informe, vendría una segunda
etapa exploratoria y una sugerencia de los espacios donde haya que hacer
excavaciones de verificación. El profesor Barba dijo que tal sugerencia indicará trabajar en lugares donde no haya casas. Bastará con cavar una superficie de 2
x 4 metros y remover unos seis metros cúbicos de material para llegar a la base
de los muros de las edificaciones coloniales en estudio. Tales restos de construcciones están entre 1,5 metros y 2,5 metros de profundidad. Sólo entonces comenzaremos a conocer la historia tangible de Penco.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario