Penco durante el rebrote de focos en Primer Agua. Foto de Jaime Robles. |
El Copucho, la mayor elevación que hay en Penco en el
cordón de cerros paralelos al mar, por momentos parecía un volcán, según narra
Manuel Suárez, integrante de la directiva de la Sociedad de Historia, para
hacer referencia a los peores momentos del feroz incendio forestal que atacó
por varios flancos a la ciudad el 26 de enero de 2017. Los vientos
arremolinados convertían a los focos de llamas en torbellinos de fuego que
avanzaban y cambiaban caprichosamente de dirección en función del
comportamiento de esas corrientes de aire.
Durante los momentos más críticos, los vecinos con casas
próximas a los bosques amenazados, recibieron la instrucción de bomberos de
abandonar el lugar inmediatamente. Les dijeron: saquen sus cosas de valor
sentimental y huyan… Uno de esos vecinos, de la población Los Aromos, ubicada
metros más arriba de la “Desiderio Guzmán” le contó a Manuel Suárez su
experiencia cuando se vio enfrentado a tomar una decisión rápida.
“No hallé qué hacer, qué cosas tomar. Todo lo de mi casa es
importante. Pero, tuve que salir a la carrera con algunas fotos y otros
pequeños recuerdos. Pero, atrás se quedaban mi mesa, mis sillas que eran de mi
abuela y tantos otros objetos de valor emocional. Fue algo terrible. Y para
adónde me llevaba esas cosas. Las tenía en una bolsa y otras en mis manos sin
saber qué dirección tomar. Uno no sabe qué es lo más importante”.
Foto cerca de Lirquén, de Vane Velásquez tomada de FB. |
Mientras el calor del fuego y el horrible crepitar de los
árboles abrasados se sentían más cerca, los vecinos salían de sus casas. Fue
una experiencia semejante a una pesadilla real. Afortunadamente los bomberos de
las cuatro compañía de Penco, el apoyo del personal municipal más la participación de voluntarios de otras
comunas y brigadistas lograron contener el paso arrollador de las llamas y
controlar por fin esos malditos vórtices de fuego.
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