Clavos hechizos que se usaron para construir la desaparecida Refinería de Penco. |
Conservo tres clavos recogidos en agosto de 2012 en la
Refinería de Azúcar de Penco durante su demolición. Decenas de ellos estaban
desparramados en el suelo junto a los tablones del desmantelamiento. Se los usó para sujetar los gruesos maderos de las estructuras de la planta. Se trató de
clavos hechizos, de alambre grueso común y moldeados al rojo. Operadores de fraguas los fabricaron a golpe de combo contra yunque ahí mismo porque no había
ferreterías donde comprarlos. Por eso su aspecto es irregular, no los hicieron
en serie. Cada clavo es una pieza única. Esa sola característica remonta su edad a finales del siglo XIX o
comienzos del XX. Así se levantó esa industria.
Pero, permítame querido lector, centrarme en los clavos que
los guardo envueltos en papel como un recuerdo personal de la vieja Refinería.
Son tres y quien me los alcanzó fue Manuel Suárez, debido a que yo en ese
momento estaba preocupado grabando un video. Los tomé, me los eché al bolsillo
y aquí los tengo. Los tres clavos vienen al presente por el símbolo, porque evocan las
celebraciones cristianas de Semana Santa…
Me dicen que los trabajadores
de las antiguas fraguas que funcionaron ahí durante la construcción de la
Refinería los llamaban “los clavos de Cristo”. Y al verlos, claro que
retrotraen la mirada a la pasión de nuestro Señor. Ni las fraguas, ni los herreros, ni la Refinería existen ya.
Un aspecto de la demolición de la ex Refinería de Penco. Foto captada en agosto de 2012. |
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