domingo, diciembre 04, 2022

EL MUELLE INDUSTRIAL QUE TUVO CRAV

 EL DESAPARECIDO MUELLE DE CRAV.

                                                                            Por Abel Soto Medina

            Cuando existe algún vestigio de algo se debe investigar qué hay detrás de eso que vemos porque está ahí y debe tener un relato; en nuestro caso como pencones, lo comprobamos con el casco del vapor Perú, que el mar y la arena aún conservan –aunque sean sólo sus restos– en el sector de Playa Negra. Pero cuando nada queda en el lugar, como es el caso del muelle CRAV, es la historia la encargada de recordarnos que existió y precisarnos el sitio que algún día ocupó.

    Comenzaremos señalando la historia: el 3 de diciembre de 1887, en el diario El Sur de Concepción publicaba bajo la columna Telegramas la información siguiente:

    «Concedióse permiso a don Teodoro Plate, jestor de la refinería de azúcar de Penco, para construir un muelle en la playa de ese puerto con arreglo a la lei del cinco de julio del 83».


    Dicho muelle sería la piedra angular para la recién formada industria azucarera local, cuyo nombre era de Compañía Sud-Americana de Azúcar de Penco, bajo la firma Plate, Mengelbier y Cia., pues daría el pie inicial al abastecimiento de la materia prima que consistía en la azúcar cruda, proveniente de Ecuador y Perú, principalmente.

    Fue un muelle hecho con pilotes metálicos (rieles ferroviarios) y una cubierta de tablones. En su cabezal había 3 grúas, que en la jerga marítima o popular se les denominaba burros, las que servían para levantar la carga desde los lanchones atracados al costado de éste. Recordemos que la única forma física de transportar el granel en esos entonces era envasarlos en sacos de yute, un cáñamo que se explotaba en la India y Paquistán, de dónde provenían la mayor parte de estos envases, que se amarraban unos tres a cuatro sacos, dado que su peso era aproximadamente de unos 120 kilos.

    En la cubierta del muelle había tendidos de líneas férreas que permitían acercar al terminal carros planos y descubiertos para ser cargados y posteriormente las máquinas los arrastraban en un convoy hacia las bodegas de la empresa.

    Dicho muelle tenía un largo aproximado de unos 350 metros, y estaba ubicado en la prolongación de la calle Talcahuano, que si miráramos hoy desde su cubierta hacía la calle O'Higgins, veríamos al fondo la entrada a la industria, que hoy ocupa un conjunto habitacional. En la primera cuadra entre la línea férrea y Freire, a la izquierda había un desvío al sector llamado La Cajonería, nombre que provenía de la fabricación de estos contenedores de madera para empacar la azúcar ya refinada. En ese sector actualmente se encuentra la Villa Marina, debemos recordar que en el lugar, pero por el lado de calle Membrillar, estuvo la Clínica para atención de los trabajadores de la refinería, después que el terremoto del año 1939 destruyera la Clinica original ubicada en calle Las Heras con San Vicente. El sector del muelle tuvo también una dependencia para la Capitanía de Puerto, pero más cerca de la línea férrea por Membrillar. Posteriormente ambas instalaciones se vieron muy afectadas con los terremotos del 21 y 22 de mayo de 1960. Siempre mirando desde el muelle hacia el oriente, a nuestra derecha estarían las enormes bodegas de almacenamiento que abarcaban toda la cuadra, hoy en ese mismo se levanta el edificio del Liceo Pencopolitano y por la misma calle (Talcahuano), en nuestra imaginación vemos desfilar a las locomotoras, que eran las máquinas que arrastraban los trenes y sus ruidosas sirenas a vapor que atraían a los visitantes y especialmente a los niños, alguien al leer estas simples líneas se recordará a la Laurita, Olga y Wernecking. Cabe en este punto también recordar al remolcador Penco, que se su línea lo hacía distinguirse entre otros, así cómo además mencionar a los barquitos Lebu, Tomé, Tirúa, encargados de hacer el cabotaje de azúcar refinada, trasladando la carga a otros puertos de la zona sur para cumplir con la distribución.

FOTO DE LA IZQUIERDA, el lugar por donde el muelle se adentraba en el mar. Foto del centro, vista del sector. Foto derecha, la calle Talcahuano en la actualidad. (Fotos, A. Soto).

    El objetivo de mi nota es sólo traer a la memoria el muelle que tenía la CRAV Penco, pero para ello los invito a plumas más decorativas que con mucha propiedad hicieron notas al respecto, me refiero a los temas El antiguo muelle que tenía la refinería, o Pintoresca e Intensa Actividad portuaria tuvo Penco en aquellos años de la refinería y también un trozo de latón en Playa Negra nos recuerda…

    Cumpliéndose el objetivo y a 135 años de la publicación del diario El Sur sobre la autirzación para su construcción bien vale recordar al muelle de la ex CRAV Penco.

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Revisión de estilo, N.Palma.






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