viernes, enero 19, 2024

LOS ORÍGENES DE LOS MUELLES DE PENCO Y LIRQUÉN

PUERTO PENCO Y LIRQUÉN con sus tres muelles.


            Q
uienes escribimos gotas de historia, humildemente por cierto, en general lo hacemos considerando dos tipos de temáticas: por un lado, comentamos algunas leyendas locales que no se esfuman de la memoria y permanecen alojadas allí; y por otro, abordamos hechos reales que sí han existido pero que, por diversas razones, con el paso del tiempo se van olvidando. Por ahora me enfocaré en este segundo aspecto.

                    Dentro de lo que existió y que ya no está, Penco podría dar cátedra: en tiempos de la colonia aquí hubo conventos, una Universidad, y después fuentes productivas como molinos, obras de tejas y ladrillos, fábricas de molienda de huesos, producción de cal a base de conchas marinas, barracas de maderas, con la ex Fanaloza hubo plantas de vajillería, azulejos, cerámica bone China y las piezas de sanitarios que fue el último rubro que esa industria produjo aquí. Por su parte tuvimos la empresa Crav con la refinación de azúcar de caña, y producción de alcohol. Cosaf con su producción de fertilizantes y las minas de carbón de Cosmito, Cerro Verde y Lirquén, junto a los muelles de Crav y el Duncan Fox en Playa Negra, todas esas importantes actividades económicas están archivadas en los recuerdos.

                    Sin embargo, al partir quiero mencionar a una empresa desconocida, pero que fue una alternativa eficaz de trabajo en momentos críticos para Penco, me refiero a la firma Nun y German, ¿alguien la recuerda? Bueno, esbozaré algunas líneas sobre ella:

                    Nun y German fue una empresa que arrendó las bodegas que tenía la Crav en la calle Talcahuano, entre, la línea férrea y calle Freire, sus primeras operaciones consistieron en pelletizar afrechillo, sub producto obtenido en la producción de harina de trigo, cuyos abastecedores principales eran el Molino Coronel y Molino El Globo. El proceso productivo consistía en aglutinar mediante vapor el afrechillo, que no es otra cosa, que la corteza del trigo. Con esa técnica se transformaba en pellets. Ya en ese estado el afrechillo era más maniobrable para su envasado y transporte, evitando volumen y pérdidas de volatilidad. Al igual que hoy, tenemos en este formato, los alimentos para perros y gatos. En Penco Nun y German lo hizo para alimentar ganado y cerdos. La producción de Pellets de afrechillo iba a exportación, principalmente al mercado asiático. Como anécdota a los trabajadores se les identificaba como «Los Bollocos». Debo recordar también que como empresa participaron también en alguna olimpiada industrial de Penco.


                    La cara visible, administrador y gestor del giro de la empresa, que también incluía la comercialización de fertilizantes, era una persona que identificaba a Nun y German, en el sector portuario, y en la comunidad de Penco, don Alejandro Landerretche, un abogado que posterior al cierre de su empresa, se dedicó a su profesión, vivió en el Recinto Crav, en una casa que fuera anteriormente para los ejecutivos de la empresa azucarera, una persona Jovial, de fácil sonrisa, agradable y siempre alegre, vaya un bonito recuerdo a su memoria y a todos sus colaboradores, y en los nombres de Francisco Ferrada, Roberto Pardo, Willy Smith, Mario Aguilera, el «Codito» Contreras (hijo), la Srta. Lily (Secretaria-Administrativa), se sientan identificados. Un buen recuerdo para los olvidados por la historia.

LAS EMPRESAS MAYORES

                    Ahora, vamos con la empresas grandes, los puertos de Penco y Lirquén, cuyos orígenes son similares y ambos datan del siglo XIX (1891 y 1843). Intentaré sintetizar su creación y desarrollo pasando por los momentos intermedios, que también fueron importantes para conducir los pasos necesarios hacia las instalaciones que lucen hoy.

INGRESO AL MUELLE N°2 del Puerto Lirquén.

                    DP WORLD LIRQUEN. Quizás el nombre todavía no pega en la memoria colectiva ni de Lirquén, menos de Penco, salvo, quienes tienen relación con las actividades marítimo portuarias actuales. Para la historia, retrocedamos a la antigua mina de carbón y recordemos que tenía un muelle. La actividad extractiva estaba en el mismo lugar dónde hoy se emplazan las instalaciones del puerto. Entonces la empresa se llamaba Compañía Carbonífera de Lirquén, que después de un siglo de actividad cerró en 1958. Como el muelle ya había prestado servicios a terceros, incluidas las descargas de azúcar para Crav y roca fosfórica para Cosaf, y para otras empresas, se creó un nuevo giro y nació Muelles y Bosques. Se transformaron las antiguas bodegas las que se adaptaron a las nuevas exigencias y comenzó a tomar vida, generando trabajo para ex mineros y gente especializada en las actividades portuarias. Con el tiempo hubo que remozar el viejo muelle, incluso extenderlo, hasta conseguir instalaciones modernas que permitieron operar 4 sitios de atraque, convirtiéndose en esos entonces como el mayor puerto privado del país. Habían pasado 20 años del cierre de la mina.

                    En 1990 se llamaba Puerto de Lirquén S.A. y poseía facilidades para descarga y envasado de fertilizantes, recepción de contenedores, consolidación de carga sofisticada, servicios aduaneros, descortezadora de rollizos, y todo los servicios para planificación naviera. Ante el buen desempeño del Puerto de Lirquén, el año 1994, lanzó su ambicioso proyecto del segundo muelle, con una capacidad de 4 sitios de atraque para naves de una mayor eslora (largo) lo que permitiría la competencia con otros puertos a iguales o mejores condiciones de infraestructura. Todo estas nuevas actividades sin duda, constituían nuevas fuentes de trabajo. Para resolver las exigencias ambientales que comenzaban a ser importantes para la protección del entorno, el Centro de Ciencias Ambientales-EULA de la Universidad de Concepción entregó asesorías en este campo como ente consultor. Realizó un imprescindible y necesario Estudio de Impacto Ambiental de la época para este gran nuevo proyecto portuario. El plan fue aprobado y se pudo llevar a efecto el Proyecto del Muelle 2, del puerto. Pero, la empresa necesitaba más espacio físico para patios de acopio y decidió aplanar el cerro La Tosca, una elevación artificial que se formó con el material estéril de la mina. Pero, ya formaba parte del paisaje costero y varias generaciones lo retuvieron en sus retinas. Fue sin duda un lugar que apoyaba al turismo de Cerro Verde y así como creció por obra del hombre, éste mismo lo eliminó para sus intereses, siempre contrarios a los de la naturaleza.

LA PLAYA de Cerro Verde y el cerro La Tosca, hoy desaparecido.

                    Hoy el Puerto de Lirquén, en busca de nuevos horizontes, cambia de nombre por el actual, DP WORLD LIRQUEN, empresa con nuevos inversionistas, pretende ser gravitante en la actividad marítimo portuaria de la Región y por ende a nivel nacional.

                    Antes de terminar el relato del muelle lirquenino, diremos que ya el año 1958 la Compañía Forestal y la Carbonífera Lirquén diero paso a Muelles y Bosques, y el año 1982 se creó Puerto de Lirquén S.A, en este último período es importante en el desarrollo del puerto. Quisiera recordar a dos personas identificadas por el puerto y la comunidad de Lirquén, me refiero al administrador don Jorge Baksai Márquez y al presidente del Directorio y gestor importante en la expansión y modernización del puerto, don Jaime Lea Plaza.

MUELLES DE PENCO

                    Muelles de Penco S.A. Aquí estamos frente a un caso muy similar a la experiencia del Puerto de Lirquén, como lo había enunciado más arriba. Si bien en Penco mismo no hubo un gran mineral de carbón como fue el caso de Lirquén que indujera el emplazamiento de un puerto, sí existió un pique carbonífero de propiedad de don Federico Schwager. Esa actividad estuvo ubicada en el cerro que los lugareños de entonces llamaban «el pique» y que tenía su entrada, unos metros más allá del sector norte de la actual multi cancha de la población Villa Belén, quedando casi al centro de la actual calle Playa. Ahí existió una construcción de ladrillos tipo portal, y que durante muchos años, también sirvió como cascada de las vertientes naturales provenientes de las quebradas de cerros cercanos o –por qué no– de algún desagüe subterráneo originado en la mítica laguna La Coña. Ese espejo de agua, que ya no existe, se desplegaba muy cerca del actual reconstrucción de la Empalizada que recuerda al primer fuerte que los conquistadores españoles levantaron en Penco. No podría dejar de agregar que esa misma agua que discurría por esa pequeña cascada, sirvió por mucho tiempo al abastecimiento de agua para las locomotoras a vapor de ferrocarriles principalmente cuando dichas máquinas arrastraban carros de carga.

                    Siguiendo con la mina de carbón del señor Schwager, ésta no prosperó, pero los lugares planos del sector próximo a la desembocadura del río Andalién abrieron la imaginación a unos coterráneos de don Federico Schwager, me refiero a la empresa inglesa Duncan Fox & Cia, que adquirió ese terreno en 1891, para instalar ahí bodegas y construir un muelle que les permitiera manejar de mejor forma sus actividades comerciales. Representaban a empresas con la producción de ciertos artículos exclusivos, como también generaban comercio con los productos importados por ellos. Constituyeron esta empresa los socios David Duncan y Henry Frederick Fox, en Liverpool, Inglaterra en 1864, y desde entonces estableció contactos con Valparaíso para internacionalizar sus actividades. En 1876 abrió sucursales en Lima, Perú, y en Manchester, Inglaterra en 1879. A nuestra ciudad de Concepción Duncan Fox llegó en 1878 y en 1900 se estableció en Santiago; en 1906 lo hizo en Antofagasta, desde donde posteriormente, abrieron sucursales en La Paz y Oruro, Bolivia. En Londres recién se instaló en 1910. De ese modo, Duncan Fox estuvo presente en Santiago, Talca, Concepción y Talcahuano copando también Punta Arenas, sin dejar de lado las ciudades peruanas de Lima, Callao y Piura.

                    Como hemos dicho, al igual que el puerto de Lirquén se inició por una mina de carbón, en el caso de Penco la mina no prosperó, sin embargo, igualmente dio inicio inició a la actividad marítimo portuaria en Playa Negra. Las gotitas de historia nos cuentan que el muelle de Duncan Fox sirvió para el embarque de cereales y harina de trigo, ésta última proveniente del Molino de la Compañía Molinera El Globo S.A. Que estaba instalado ahí mismo, en Playa Negra. Pero, desapareció por un incendio que lo destruyó en 1920. Veintiún años después, lamentablemente para la época, el muelle de Duncan Fox también vio terminada su actividad en forma abrupta. El vapor «Perú» colisionó contra la frágil estructura del muelle durante un furioso temporal en 1941. Este accidente inutilizó el muelle. Como consecuencia Duncan Fox vendió y cedió sus derechos a la empresa siguiente la Compañía Chilena de Bodegas y Muelles SAC, la que prosiguió con el mismo rubro, pero el muelle no volvió a operar en plenitud.


LA COSAF A LA VISTA

                    Dado que el tiempo no se detiene, y mientras se acercaba el cierre de la mina de carbón de Lirquén, en Playa Negra, se estaba augurando la esperanza de una fuente laboral para la comuna, pues comenzaba a aglutinarse capital para dar inicio a un desafío novedoso y grande, que era producir aquí en Penco, abonos fosfatados para la agricultura. Todo indicaba que sería un acierto, por el desarrollo que estaba teniendo la agricultura, dado el requerimiento cada vez mayor de este tipo de fertilizantes, que se importaban, generalmente a través del Departamento Agrícola del Banco del Estado, o de empresas como Saavedra Benard u otras.

                    Resumamos, estaba naciendo la Compañía Sud Americana de Fosfatos SA.(Cosaf), estamos hablando de 1955. Un año después se dio comienzo a la producción de hiperfosfato y con ello se iniciaba una nueva era para la agricultura. Posteriormente en 1968, se ampliaron las instalaciones, quedando éstas como un complejo químico industrial de gran envergadura, para sucumbir diez años más tarde (1978). Sin embargo, de todo lo malo acontecido, quedó una huella que sería la tabla salvadora: el nuevo muelle, o sea sucedió todo lo contrario, cuando el vapor «Perú» destruyó el antiguo muelle, la salvación fueron las instalaciones, ahora para salvar las instalaciones un muelle tecnificado fue la prioridad.

                    Después del proceso de quiebra de Cosaf, la empresa gestionó con sus acreedores mayores y alcanzó un acuerdo, así el tribunal que llevaba la quiebra devolvió las instalaciones a sus dueños es decir a Cosaf, el 01 de enero de 1981. Como durante la quiebra de Cosaf, y ante la gestión del síndico hubo hechos que devolvieron las esperanzas de trabajo. Creo necesario sacarlos del baúl de los recuerdos porque para eso está la historia.

                    Andimar Ltda. fue una empresa del área marítima proveniente de San Antonio y Valparaíso, que apareció en Penco después de la quiebra de Cosaf (enero 1978), dado que las instalaciones y bodegas estaban bajo la custodia de la Sindicatura de Quiebras. Ésta, en resguardo de los intereses de todos, arrendó las bodegas, muelle e instalaciones marítimas a Andimar, hecho que permitió la reapertura de la actividad portuaria para Penco.

                    El dueño y gerente de Andimar fue don Evaristo Benavides, hombre de carácter fuerte, de decisiones y con una gran vitalidad, incisivo y directo, cualidades que le permitieron rápidamente iniciar gestiones para explotar las instalaciones, y que operacionalmente se diera comienzo a una nueva fuente laboral, muy disminuida por cierto. Fue así que sus principales trabajadores fueron los mismo que laboraban para Cosaf, pero ahora en las áreas correspondientes al nuevo giro. La reapertura vino a aliviar económicamente a las familias de los ex cosafinos o cosacos para otros. Aquello fue un aporte invaluable y renovador de esperanzas. Durante el tiempo que duró la gestión de Benavides, fue un aporte valiosísimo para todos quienes de una u otra forma dependían de eso. Andimar nos hacía trabajar a través de descargas de trigo, fertilizantes, ensacado de productos, y con ello, movilizaba a ferrocarriles, camiones, y algunos emprendimientos caseros como alojamiento, colaciones y almuerzos para atender a personal flotante. Tenemos un gran recuerdo de gratitud a todos quienes participaron con la empresa Andimar en especial a la memoria de don Evaristo Benavides.

EMPRESAS DE TRANSICIÓN

                    Hualpén Ltda. Ésta fue una empresa marítimo portuaria, creada por la Agencia Marítima SAAM y la Cía. Portuaria de Talcahuano. Vino a desarrollar la misma actividad en las instalaciones de Cosaf, una vez que se finiquitó a Andimar Ltda. Poseía una mejor organización y personal especializado en el negocio del rubro, su gerencia se encontraba en Talcahuano, su primer gerente fue don Felipe Barahona del Río y el sub gerente fue don Antonio Álvarez D'Arcangeli. En la operación en Penco, puedo recordar a Pedro Gouet, Ignacio del Solar, Sebastián de Andraca, Nelson Rondanelli, pero hubo una etapa más dilatada, la que realizó Víctor Rojas Cubillos.

                    Hualpén estaba tan posicionado en sus gestiones. Tenía contratos con los importadores de fertilizantes como Soquimich, Grace, Cargill, Vial Trading, Nun y German, etc, situación que se mantuvo en el tiempo. Cosaf en esos entonces (1990), ya había decidido separar las instalaciones y crear dos empresas: Cia Sud Americana de Fertilizantes y Muelles de Penco, con la mirada fija obviamente en administrar sus propias instalaciones. Fue así que Muelles de Penco, que es la continuadora legal de Compañía Sud Americana de Fosfatos (Cosaf) tomó la determinación de dar término al contrato con Hualpén Ltda. e iniciar por sí misma la actividad marítimo portuaria que hoy sigue desarrollando.

                    La nota obviamente es válida, porque en los momentos difíciles de fuentes laborales, Hualpén vino a cubrir una necesidad imperiosa para tantos trabajadores estables o esporádicos, y que a veces la historia olvida con tanta facilidad.

                    

                    Los dueños de Cosaf, con la determinación de cerrar la producción de fertilizantes definitivamente, tomaron el control de Muelles de Penco S.A. y el año 1997, dieron comienzo a la gestión portuaria actualmente en operaciones. Hay que hacer notar que desde entonces se han producido grandes avances en la modernización de sus instalaciones, una por renovación y otra por agregarle cada día una mejora continua, como por ejemplo, la instalación de 4 silos para granos, que se inauguraron justamente con la instalación de motores y otros que permitieran no sólo desembarcar, sino que embarcar productos. De esa forma se adquiere plenamente el nombre de puerto. Se añadió a eso las construcciones de bodegas y plantas mezcladoras, como sistemas de descarga terrestre de granos, etc. Todo ello en beneficio de los clientes, y por ende en más fuentes de trabajo y desarrollo para la comunidad pencona.

                    Con lo expuesto espero haber aportado un grano más de historia de nuestro Penco, al hacer una similitud en el nacimiento de nuestros dos puertos ya que ambos supieron sobrevivir a los «oscuros» días del carbón.



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