miércoles, enero 04, 2006

LA MUJER ENFERMA QUE INTENTÓ SALVAR A PENCO

Una mujer española enferma, que padecía su mal acostada en su cama, tuvo el valor de levantarse, tomar una espada y disponerse a enfrentar al mismísimo Lautaro y sus tropas para defender a Penco.

El episodio lo destaca la publicación Amanecer de Concepción (1989), de los autores Fernando Campos Harriet y Enrique Boccaletti Godoy, basada en La Araucana, de Alonso de Ercilla y Zúñiga.

Ocurrió después de la batalla de Marihueñu, camino a Lota, librada el 23 de noviembre de 1554, cuando los araucanos luego de derrotar a Francisco de Villagra avanzaron al norte y cruzaron el Bío Bío para saquear e incendiar la capital del sur: Penco.

La historia se refiere a una mujer española y penquista, doña Mencía de los Nidos. Ella padecía algún mal que la mantenía postrada. Dice el poema: “estando enferma y flaca en una cama, siente el gran alboroto y, esforzada asiendo de una espada y un escudo, salió tras los vecinos como pudo”.
Alegoría en la plaza de Badajoz, España. A la izquierda,
Mencía de los Nidos retando a los hombres en Penco.

Se dice que la señora Mencía se fue a la plaza de Penco con una valentía indescriptible desde donde arengaba a los hombres para impedir el desbande. Afirman que enfrentó al corregidor Villagra diciéndole en su cara que él era el responsable de la derrota de Marihueñu y de la inminente caída de Penco en manos de Lautaro.

Todo parece indicar que nadie hizo caso a la señora de los Nidos y que el sálvese quien pueda siguió adelante. Ercilla agrega que Mencía continuó arengando a los hombres a los que llamaba cobardes.

El poeta cita esta escena a media cuesta, lo que se podría interpretar como que la valerosa defensora de Penco gritaba para detener la hecatombe en el barrio Villarrica, en la parte alta del camino que va a Primer Agua. Imagino esto si nos atenemos al relato de Ercilla que dice que ya arriba de los cerros los pobladores volvían las cabezas para observar por última vez sus casas abandonadas “oyendo de gallinas mil graznidos; los gatos con voz hórrida aullaban, perros daban tristísimos aullidos”.

Lamento que no haya absolutamente nada en Penco que recuerde el valor de doña Mencía de Los Nidos. Ella trató en vano evitar que el pueblo fuera saqueado y quemado.

1 comentario:

Unknown dijo...

Estimado:
Felicitaciones por el material histótico publicado.
Realmente es una lástima que no preservemos nuestra historia.
También se sabe que una de las primeras Universidades de Chile (y de América Latina), la Universidad Pencopolitana, estaba en proceso de fundación en el Penco colonial, por iniciativa del Abate Molina.
No hay nada ni una placa siquiera que recuerde esos hechos históricos. Sospéchase que el local era en la calle Freire, cerca de la calle Talcahuano.
En los hechos históricos, el propio poema épico La Araucana, mundialmente famoso, y elogiado hasta por Cervantes, Penco es citado más de una vez.
Vale la pena también, y es justo, citar los actos heroicos de los araucanos, que defendían su tierra, y no sólo interpretar la historia bajo el punto de vista de los colonizadores.
En pleno siglo XXI, es medio anacrónico tratar a los araucanos como meros "asaltantes" y "saqueadores" de ciudades, ya que los invasores, en realidad, eran los europeos, que en ocasiones cometían genocidio con los nativos. Y así fue en todas las Américas.
Abrazos históricos:
Augusto.