1.- De izquierda a derecha: El ingeniero comercial Julio Méndez; el médico Julio César Arriagada; el ex prefecto de Investigaciones Hernán Ramos; el periodista Nelson Palma; el ex futbolista de Coquimbo Crav José "Chico" Pérez; el cantante Patricio Renán; El ingeniero Fernando Silva; el coronel en retiro del Ejército Miguel Avendaño; el ex ejecutivo del ex Banco Concepción Guillermo Cartes; y el ingeniero en prevención de riesgos y medio ambiente Juan Luis Quiroz.
2.-Departen en la mesa, el economista senior del Banco Central, Gerardo Aceituno; el ingeniero y piloto Fernando Silva; y el coronel de Ejército (R) Miguel Avendaño.
3.- Miguel Avendaño junto al cantante Patricio Renán.
4.- Nelson Palma, Juan Luis Quiroz y Hernán Ramos.
En un entretenido y fraternal encuentro pleno de recuerdos, historias personajes y anécdotas de Penco se convirtió la segunda cena de amigos pencones avecindados en Santiago, a la que concurrieron once personas y que se efectuó el viernes 13 de octubre en el Centro Vasco, de Avenida Vicuña Mackenna 547 de la capital.
Se incorporaron por primera vez a estos encuentros el médico Julio César Arriagada; el ex prefecto de Investigaciones, Hernán Ramos; el cantante Patricio Renán; y el ex medio campista del club Coquimbo CRAV, José "Chico" Pérez.
Los otros concurrentes fueron las siguientes personas: Julio Méndez, Juan Luis Quiroz; Miguel Avendaño, Fernando Silva; Guillermo "Memo" Cartes; Gerardo Aceituno; y Nelson Palma.
Entre las preguntas que se plantearon y sus respuestas, citamos:
--¿Quién era capaz de recordar los nombres de las calles?
--Patricio Renán las recitó de corrido, desde la línea férrea hasta el camino de Coihueco, desde la fábrica de loza hasta San Vicente, sin equivocarse.
--¿Cuántos peldaños tiene la escala ubicada al final de Alcázar que conduce al barrio Villarrica?
--214, dijo Hernán Ramos en voz alta. Nadie le discutió la cifra, porque la dio con mucha certeza.
-- ¡Qué levante la mano quien conozca Primer Agua!
--El primer brazo arriba fue el del doctor Arriagada, le siguieron todos los demás. "Memo" Cartes dijo, 'yo estuve hace poquito por allá'.
--¿Quién no había salido de madrugada a recolectar murtillas entre los claros de los bosques de pino durante Semana Santa?
--Penco entero desfilaba por los cerros, afirmó "Chico" Pérez.
--¿Cómo se llamaba el bar con puertas de vaivén que estaba en la esquina de Yerbas Buenas y Freire, antes que se construyera la población Perú?
--El Pobre diablo, respondió Ramos como consultando a Cartes con la mirada.
--Exacto, quedaba en el mismo sitio baldío donde se instalaban los circos--, agregó "Memo" a modo de información complementaria.
Pato Renán recordó también que en verano nos bañábamos en las cristalinas aguas del estero, en el sector de la poza, ingresando hacia el fundo Coihueco. Contó, a modo de anécdota, que era un riesgo intentar un piquero en el tranque, porque decían que andaba un cuero, un animal acuático que sería parecido a una manta raya o al monstruo del lago Ness, pero que existía más en la imaginación colectiva de Penco que en la realidad.
Preguntas sobre personas y personajes también formulaban los presentes a la comida. Las respuestas que surgían ahí mismo servían para refrescar la memoria, como imágenes descubiertas bajo el polvo acumulado por años.
Chumaco Jones; Romilio Pérez; el "Chiquitín" Zúñiga; Manuel Ulloa y don Licho, ambos de oficio carnicero; el "Mincho"; el "Alma Negra"; el negro Ciátera, un astro del saxofón; el arquero Piturra; el Peto Vega; el "Chueco" Avilés; la "Tuna", infaltable en las jornadas boxeriles donde exhibía en voz alta su florido vocabulario.
Al final de la cena, Pato Renán levantó la copa de vino para el brindis de cierre:
--Penco es amor, muchachos. Brindemos por nosotros, me refiero a los aquí presentes. Pero, también brindemos por los ausentes. Salud.
La reunión discurrió llena de recuerdos felices y otros no tanto. Pero, sin duda al término de ella, los presentes se sintieron reconfortados como si en aquella mesa todos hubieran recuperado parte del tiempo perdido. "¿Por qué en nuestros años en Penco no fuimos más amigos?". Gracias a que aún no es demasiado tarde, las promesas quedaron hechas para una nueva reunión en el futuro cercano. Ojalá más pencones pudieran incorporarse a estas tertulias.
Se incorporaron por primera vez a estos encuentros el médico Julio César Arriagada; el ex prefecto de Investigaciones, Hernán Ramos; el cantante Patricio Renán; y el ex medio campista del club Coquimbo CRAV, José "Chico" Pérez.
Los otros concurrentes fueron las siguientes personas: Julio Méndez, Juan Luis Quiroz; Miguel Avendaño, Fernando Silva; Guillermo "Memo" Cartes; Gerardo Aceituno; y Nelson Palma.
Entre las preguntas que se plantearon y sus respuestas, citamos:
--¿Quién era capaz de recordar los nombres de las calles?
--Patricio Renán las recitó de corrido, desde la línea férrea hasta el camino de Coihueco, desde la fábrica de loza hasta San Vicente, sin equivocarse.
--¿Cuántos peldaños tiene la escala ubicada al final de Alcázar que conduce al barrio Villarrica?
--214, dijo Hernán Ramos en voz alta. Nadie le discutió la cifra, porque la dio con mucha certeza.
-- ¡Qué levante la mano quien conozca Primer Agua!
--El primer brazo arriba fue el del doctor Arriagada, le siguieron todos los demás. "Memo" Cartes dijo, 'yo estuve hace poquito por allá'.
--¿Quién no había salido de madrugada a recolectar murtillas entre los claros de los bosques de pino durante Semana Santa?
--Penco entero desfilaba por los cerros, afirmó "Chico" Pérez.
--¿Cómo se llamaba el bar con puertas de vaivén que estaba en la esquina de Yerbas Buenas y Freire, antes que se construyera la población Perú?
--El Pobre diablo, respondió Ramos como consultando a Cartes con la mirada.
--Exacto, quedaba en el mismo sitio baldío donde se instalaban los circos--, agregó "Memo" a modo de información complementaria.
Pato Renán recordó también que en verano nos bañábamos en las cristalinas aguas del estero, en el sector de la poza, ingresando hacia el fundo Coihueco. Contó, a modo de anécdota, que era un riesgo intentar un piquero en el tranque, porque decían que andaba un cuero, un animal acuático que sería parecido a una manta raya o al monstruo del lago Ness, pero que existía más en la imaginación colectiva de Penco que en la realidad.
Preguntas sobre personas y personajes también formulaban los presentes a la comida. Las respuestas que surgían ahí mismo servían para refrescar la memoria, como imágenes descubiertas bajo el polvo acumulado por años.
Chumaco Jones; Romilio Pérez; el "Chiquitín" Zúñiga; Manuel Ulloa y don Licho, ambos de oficio carnicero; el "Mincho"; el "Alma Negra"; el negro Ciátera, un astro del saxofón; el arquero Piturra; el Peto Vega; el "Chueco" Avilés; la "Tuna", infaltable en las jornadas boxeriles donde exhibía en voz alta su florido vocabulario.
Al final de la cena, Pato Renán levantó la copa de vino para el brindis de cierre:
--Penco es amor, muchachos. Brindemos por nosotros, me refiero a los aquí presentes. Pero, también brindemos por los ausentes. Salud.
La reunión discurrió llena de recuerdos felices y otros no tanto. Pero, sin duda al término de ella, los presentes se sintieron reconfortados como si en aquella mesa todos hubieran recuperado parte del tiempo perdido. "¿Por qué en nuestros años en Penco no fuimos más amigos?". Gracias a que aún no es demasiado tarde, las promesas quedaron hechas para una nueva reunión en el futuro cercano. Ojalá más pencones pudieran incorporarse a estas tertulias.
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