lunes, marzo 26, 2007

PENCO TUVO UN JUGADOR OLÍMPICO: IRINEO JARA

Por Max Wenger M.

PENCO TAMBIÉN
TUVO UN OLÍMPICO

La participación del fútbol amateur de Chile en los Juegos Olímpicos de Helsinki, en 1952, marcó un hito histórico, puesto que fue la primera vez que el balompié del país concurría a una justa de tal envergadura.

El equipo de Naval, reforzado, recibió esta difícil misión. Pero, lo que pocos siquiera pudieron imaginar, fue que el habilidoso puntero izquierdo de Fanaloza, Irineo Jara, sería incluido en el plantel para esa justa olímpica celebrada muy cerca del Polo Norte, en la capital de Finlandia (foto).

A su regreso, Irineo se reintegró al club de la franja azul de Fanaloza, pero fue por breve tiempo, porque, muy pronto, la grúa funcionó y el puntero zurdo se incorporó al Club Deportivo Lota de esa ciudad minera.

En todo caso, Irineo Jara dio lugar a muchos comentarios algunos de los cuales se constituyeron en verdaderos mitos.

El público no tardó en endosar el apodo de “El Olímpico” al talentoso jugador: Las razones variaban desde porque integró el equipo olímpico chileno hasta porque se decía que en su trayectoria había sido autor de numerosos goles olímpicos, es decir, originados directamente desde el punto del tiro de esquina, sin que ningún otro jugador interfiriera en la trayectoria de la pelota.

Algunos fueron más lejos, y repetían que Irineo había anotado goles olímpicos en los partidos que Chile jugó en Helsinki, especie que en esos años no se pudo comprobar.

De todos modos, hay algo objetivo: Penco tuvo su futbolista olímpico con Irineo Jara.-


LA DINASTÍA DEL “ZORRO”

Entre los deportistas que destacaron en el fútbol grande de Chile, en las décadas de los 30 y 40, el nombre de Carlos “Zorro” Vidal, sin duda que ocupa un lugar privilegiado.

Defensor de la camiseta de Colo-Colo y de la Selección Nacional, llegó a Schwager, en Coronel hacia fines de los 40, cuando su carrera ya llegaba a su fin.

Pese a ello, alcanzó a mostrar sus grandes condiciones y, sobre todo, su enorme temperamento dentro de la cancha, cuando la camiseta valía mucho más que cualquier otro elemento material.

Posteriormente, Carlos Vidal, se estableció con su familia en Penco.
Era frecuente ver su figura al mando de su camión Reo y , luego, en una antigua casona de calle Penco frente a la Plaza y vecina a la residencia del doctor Suárez, que había sido habitada antes por la familia Meza-Matus.

El retiro del deporte activo de Carlos “Zorro” Vidal, no hizo caer en el olvido su nombre y sus hazañas.

Dos de sus hijos siguieron sus pasos. Primero fue Carlitos Jr. que vistió por poco tiempo las camisetas de Fanaloza y de Coquimbo en Penco.
Quien sin embargo, iba a prolongar la verdadera leyenda de “El Zorro” fue otro de sus hijos, Mario, a quien la gente cariñosamente apodó “El Zorrito” Vidal. Mostró sus condiciones de goleador innato en Fanaloza, después en Huachipato, para concluir su carrera en el moderno Coquimbo-CRAV de los años 64-65.

Las estadísticas de goleadores que registraban los diarios y emisoras radiales de la época solían indicar, primero Mario Vidal con 26 ó 27 goles por temporada. Segundo, Alberto Wenger, del FIAP de Tomé con un gol menos. Al año siguiente, las posiciones se invertían. Hoy, el panorama en el fútbol ha cambiado . Los reporteros y editores elevan a la categoría de casi extra-terrestre al jugador que logra inscribirse con 15 goles por año.

Así el nombre y el legendario apodo de Carlos Vidal, se extendió por varias décadas en el fútbol de Penco, llenando de admiración a los aficionados.

FUTBOLISTAS EXTRANJEROS
SE LUCÍAN EN PENCO

En alguna crónica anterior, mencionábamos a algunos futbolistas extranjeros que llegaron a mostrar lo que les quedaba en su baúl de condiciones al público en los clubes de Penco.
Sin embargo, la afición tuvo más oportunidades de admirar los talentos de figuras venidas del exterior a otros clubes de la competencia regional.

Fue el caso, por ejemplo, del rosarino Rinaldi, en el “ Lord Cochrane” de Concepción, el también trasandino Giorgi, al “Schwager” de Coronel. En Tomé, en que co-existían dos clubes fuertes representando a las fábricas de paños FIAP y “Nacional”, hubo otros extranjeros cuyo juego y habilidades eran admirados. El uruguayo Lelio Rodríguez llegó al “Serrano” , pero pronto brilló en el FIAP, en tanto que también algunos recuerdan al morocho oriental Omar Cabral, que llamaba quizás más la atención entonces por el color de su piel que por sus aptitudes.

Al “Serrano” llegó por esos mismo años el argentino Elvio Villarroel, quien luego pasó al “Lord Cochrane” de Concepción. Cuando una vez le correspondió llegar de visita al “Caupolicán” de Chiguayante, de otra empresa textil, apareció el moreno peruano Arvínculas, de quien se decía que tenía los mismo hábitos que un célebre boxeador peso pesado de hace poco, Mike Tyson. Se comentaba que Arvínculas gustaba morder y casi arrancar las orejas de sus rivales. Su paso por el “Caupolicán”, fue breve.

En el “Vial”, que agrupaba a los ferroviarios de Concepción, brilló por su técnica y buen juego, el trasandino Alberto Fochi, quien provenía del “Ferrobádminton de Santiago, mientras que en la “U” penquista marcaron su presencia los argentinos Salcedo, ex - Católica y Balsa, ex - Coquimbo Unido de la Cuarta Región.

Seguramente algunos otros nombres se quedan en la historia del fútbol regional. Pero, no cabe duda que muchos de los extranjeros que llegaron a la zona, pusieron su cuota al éxito de la competencia de esos años.
¡ EXCELENCIA, QUEREMOS ESCUELAS !
Hacia fines de los 40, la opinión pública de Penco se movía entre algunos intereses muy disímiles. El deporte, sus dos grandes industrias, Fanaloza y Refinería, y la política electoral.
Corrían los tiempos del auge del radicalismo, que acaba de elegir para un tercer gobierno al controvertido Gabriel González Videla, después de los períodos de Pedro Aguirre Cerda y Juan Antonio Ríos.
A nivel comunal, había sido electo como alcalde tras dura lucha política un joven radical, Humberto Pantoja, quien superó a Juan Pérez Flores, candidato de la oposición liberal- conservadora.
Humberto Pantoja, lamentablemente, no pudo completar su período al fallecer a raíz de una cruel enfermedad.
En las campañas, aún se recuerdan anécdotas surgidas de la inexperiencia de algunos dirigentes políticos. Fue el caso de un conocido empresario de maderas, quien justificando su voto de abstención en una asamblea, dijo muy orondo: “Yo me “obtengo” (sic).
También se recuerdan algunas elecciones como la de una lucha interna del radicalismo entre Humberto Enríquez Froedden y Fernando Maira Castellón, quien aunque de raíces penquistas, se encontraba avecindado en Santiago, lo que al final le costó la derrota.
En una visita oficial a Penco a poco de asumido el mando, el Presidente González Videla concurrió a un acto en el local de la Escuela 31 y 32. Se recuerda que una niña de 7 años vistiendo impecable delantal blanco, se acercó al mandatario y le dijo: ¡Excelencia, queremos escuelas... ¡
El presidente, sorprendido, no atinó más que emitir su típica risita socarrona ¡Je, je, je, ...! y a acariciar el cabello de la chica.
Debieron pasar muchos años más para que una nueva escuela fuera construida próxima a la Plaza de Armas, cuando el gobierno del último presidente radical ya había terminado.

INSORPORTABLEMENTE
IMBATIBLES

Entre las historias del fútbol Regional , no podría dejarse en el olvido la presencia dos o tres veces al año del equipo de Naval de Talcahuano en la cancha del Fortín de la Refinería.
Venía el cuadro de la Armada a enfrentar como visita a los equipos de Penco: Fanaloza y Coquimbo; y de Lirquén Vipla y Minerales.

Los aficionados concurrían en masa a esos partidos con la esperanza vana, de ver caer al poderoso equipo náutico integrado, según se decía, por personal y conscriptos de la Armada que eran reclutados justamente con el ojo puesto en sus condiciones futbolísticas en distintos puntos del país.

En ese entonces, cada año la competencia poco menos que se hacía para dilucidar qué equipo alcanzaba el segundo lugar.
Naval era el cuadro que por muchos años se apropiaba del trofeo máximo como quedara escrito en los anales deportivos.
Por ello, los hinchas locales veían al equipo que dirigía Amadeo Silva, con admiración pero también con cierto grado de fastidio por su condición de imbatible.

Tanto era así, que para los Juegos Olímpicos de 1952 en Helsinki, la capital de Finlandia, la dirigencia nacional acordó que fuera Naval con el refuerzo de dos tres jugadores, el equipo que representara a Chile en esa justa mundial.

Para qué decir a su regreso, después de una actuación en que Naval echó de menos experiencia y roce internacional alcanzando según parece sólo un empate, que de todos modos hizo que los bonos de los navalinos siguieran en alza. Entre sus figuras, aparecían los nombres del arquero Roa, Nourdin , que venía del Vipla de Lirquén, Guerra, Lewis, “Chancharra” Leal”, “Caballito” Aedo, “Lenguado” Saavedra, Pillado, “Zoquete” González, José “Pinga” Bravo, Arnoldo Weber y el mismísimo “Marinero” Isaac Carrasco.

Los jugadores tan sólo con ingresar a la cancha refinera, dejaban en evidencia un estado atlético privilegiado, a pesar que varios de ellos eran de contextura gruesa y de poca estatura. Se decía que esa superioridad, de la que hacían gala masticando chicle permanentemente, era producto de la severa e intensa preparación física que les imponía su régimen de cuartel. Por otro lado esa misma realidad, les obligaba a una concentración no sólo los fines de semana, como se usa ahora, sino diariamente al interior de las unidades navales en Talcahuano, Isla Quiriquina incluida.
El equipo de Naval siguió logrando campeonato tras campeonato.

Sus dirigentes decidieron que el club debía ingresar al fútbol profesional, en el que se mantuvo en nivel mediano hasta que autoridades de la Armada dieron la orden de auto-marginarse de esa competencia por razones extra-deportivas ligadas a la circunstancia político-social en la década de los 80.-
-----

1 comentario:

La Columna Irreverente, por Enrique Puentes dijo...

Estimado Editor:

Me siento muy congratulado, más bien orgulloso, por el enlace a mi blog "Yo Soy El Pin" y la publicación de mi artículo "Eureka, tomé contacto con pencones de Chile", en ese magnífico espacio del Blog PENCO, así como las expresiones cariñosas hacia mi persona, que agradezco.

Deseo ofrecerte a tí y los amigos que colaboran, la libre disponibilidad de recoger, utilizar y disponer de mis escritos en mis dos páginas web de Blogger:http://editoremancipado.blogspot.com
y http://vengodepenco.blogspot.com, cuando lo estimen pertinente.

Además,enlazaré con vuestro blog todos los contactos que tenga con pencones que logre ubicar en la web.

Creo que si hacemos causa común y potenciamos un blog como el de ustedes,lo hacemos crecer y lo establecemos como punto de encuentro virtual de muchos bloggers de coterráneos que hoy escriben en numerosos países, nos ganaremos un espacio en Google para Penco, hoy inexistente, salvo un par de menciones y reconstruiremos parte de la historia del lugar que nos vió nacer, que comenzó con nuestros abuelos, siguió con nuestros padres y que en el presente para muchos constituye el lar de sus hijos y nietos, y para otros, el oasis donde aprendimos a soñar.

Viva Penco. Que viva por siempre.
Enrique Puentes