Junto a la desembocadura del estero Penco, quedan los vestigios de un antiguo humedal, que probablemente en el pasado fue de una dimensión mucho mayor. Debido al régimen de mareas, se forma una barra de arena, que impide la llegada directa al mar del agua del río, dando lugar a una pequeña laguna. La poza de agua dulce --no muy limpia-- da origen a la vegetación típica de un humedal en sus riberas, como se aprecia en esta foto, que tomé recientemente. Demás está decir, que este accidente de la naturaleza es muy atractivo para gaviotas y patos guanay.
1 comentario:
Esto me trae recuerdos cuando iba con mis amigos y hacer la nuestra!!!!una patota de 25 amigos de los cuales aun nos reunimos todos los veranos, este era un lugar favorito para los días de sol y playa, felicidades don Nelson!!!!
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