miércoles, junio 10, 2009

CUENTO: GENTE BUENA PARA EL MATE


Relato literario de Iván Ramos Castro, colaborador pencón de este blog, radicado en Isla Margarita, Venezuela.

Ché botija, ¿te acordás aun del mate? Te cuento que hace bastantes años acompañaba a mi madre a tomar mate en torno al brasero encendido a la espera de mi viejo quién rondaba guardia por mi pueblo bajo cántaros de agua y frío inclemente. A veces le poníamos unas gotas de aguardiente para espantar los tiritones de frío, y si por casualidad debíamos salir a la intemperie por el patio de la casa, nos arropábamos cubriéndonos hasta la nariz para evitar un espasmo que nos dejara la trompa chulleca (torcida). Al crecer, tomamos conciencia que la palabra mate, podía significar una muchacha en estado virginal. "Estaba malecita la tonta..", o se tomó el agua del mate el solito..". ¡Claro que me acuerdo de los primeros mates, ja ja ja, es decir, tragar agua salada de manera involuntaria mientras nadábamos, o como también recibir un golpe en el "mate" (la nuca), en referencia a los cuernos. Sí, el mate, divina yerba que según se cuenta se descubrió en tierras paraguayas durante la colonia.., Vieja matera era sinónimo de "vieja chismosa" o "chismoso", como el vuelo de mi amigo Celso Alanis, quien volaba de palo a palo pero en dirección contraria al balón, razón por la cual el gran arquero brasileño Manga le recomendó dedicarse a la locución deportiva. Bueno, pero esa es otra historia. Como se acostumbra, para tomar mate, basta con más de uno sin importar el número, en torno a esta bebida se cultiva la amistad y el entendimiento entre las personas, quienes reunidas en círculo, incluso a veces sin emitir palabra, dejando solo al silbido del viento, el rechinar de las paredes de la casa o el vuelo de las calaminas, solo esto, pero unidos todos como uno solo en torno al mate, el fogón y la hirviente pava. Fuego y cenizas, vida y más vida en transformación eterna, que nos recuerda que somos habitantes de una misma tierra y un solo anhelo por la hermandad y la justicia. "Ché botija, ¿te acordás de la trancada que Montero Castillo le hizo a Pelé en el Centenario? No, Pelao, para ese entonces no había televisión en mi provincia y la onda de radio se escuchaba lejana, apenas audible diciendo de uno , dos o tres defensores charrúas en el piso del Centenario ante las endiabladas fintas de Edson Arantes y la goleada del Santos sobre... Callá desgraciado embustero, callá, y no le pongás tanta agua al mate que la yerba pierde.., pierde, bueno viejo, en torno al mate ganamos todos...
I.R.C.

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