lunes, marzo 19, 2012

LA FAMILIA WEDEL QUE SE AFINCÓ EN PENCO Y LIRQUÉN

Nota de la editorial: Nos permitimos publicar este mail enviado desde Penco. Muchas gracias.

Estimado Sr. Palma:


Junto con saludarlo lo felicito por tan magnífico Blog de nuestro querido Penco, usted dice todo lo que uno como oriundo de esa Ciudad pudo vivir, desde la niñez hasta los días de hoy, mi nombre es Carlos Wedel, nacido en Lirquén en 1964 y a los 4 años mis padres se vinieron a Penco y desde esos días es que tengo bellos recuerdos de mi pueblo, viví en Centroamérica un tiempo, que es donde se instalo la rama alemana de la familia de mi padre, pude quedarme, pero preferí mi pueblo, trabaje en muchos lugares fuera de este, pero siempre regrese, ahora que ya no están mis padres me podría ir, pero sigo enraizado en mi Penco querido.

Mi padre, Don Carlos Wedel Portilla, llego a Penco el año 1936, a la edad de 6 años, junto a su padre, el Ing. Otto Wedel Quiros, de doble nacionalidad (alemana y Costarricense) , mi abuelo según tengo entendido, tuvo un pequeño cine, con un proyector que le enviaron desde Alemania algunos amigos de el, también una fábrica de jabones (jabón Gringo), que luego vendió, también construyo un pequeño muelle, casi al lado del que fuera el emisario de la fábrica CRAV de Penco y también el Hotel “ El Popular”, que estaba en calle Freire.

Uno de los hermanos de mi padre se fue a vivir a Costa Rica, donde se caso, luego se fue a EEUU, pero el venia a vernos todos los años y cuando se retiro lo hacía hasta 6 veces al año, gustaba de paseos por la playa junto a mi viejo y recordando la niñez en ella, entre cuentos, anécdotas y vivencias, creo que fueron muy felices en este mi Penco, el cual no quiero dejar hoy y no pretendo.

Un perro vago de paseo frente al municipio.

Pero hoy las cosas son muy diferentes, ya de apoco las casa se cubren de rejas y los paseo por la playa en las noches entre febrero y marzo son imposibles, también la mugre es un descontrol, en mi barrio nunca se habían apilado deshechos, tampoco se veía tanto perro en descontrol, la Plaza se veía hermosa, como plaza rural, pero limpia y ordenada, no como ahora, que lo de las baldosas fue un muy mal chiste, solo tirar recursos, donde quedaron los adoquines que le sacaron a las calles, en la plaza tendrían que haberlos puesto, como patrimonio, pero en fin, el poder corrompe.

Los cerros hoy atestados de empaques de cerveza y plástico por todos lados, pero yo me he dado cuenta que no es gente que ha nacido en este pueblo, porque como yo no lo harían, y la playa es un desastre, a grandes rasgos en Penco no se ha realizado nada, el antes hermoso y pasivo estero de Penco, tampoco se ha hecho nada por el.

Bueno estimado, solo quería agradecer cada nota que usted ingresa en su Blog y que las leo muy detenidamente y se las envío a mis familiares que se encuentran fuera y que añoran poder regresar algún día.

Muy cordialmente,

Carlos Wedel Muñoz



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