El teatro de la Refinería, que fue el teatro de Penco, debió tener tantas historias como las personas que concurrieron allí a ver una película, un show de música, una revista o un espectáculo de magia. Estaba en la esquina de San Vicente con O'Higgins en el enorme edificio de una planta que incluía al centro deportivo. Esta foto, facilitada por José Vergara, está tomada desde la entrada a la platea, situada en la parte posterior de la sala y sobre un plano ligeramente inclinado. La galería o la galucha a la que acudía la "chusma" (yo entre ellos) estaba en la planta baja más allá del muro de separación y se prolongaba con bancos rústicos hasta el escenario.
Cuando la platea estaba semi vacía, los más audaces de la galería saltaban el muro y se instaban muy orondos en las cómodas butacas hechas de terciado doble, hasta que venía un guardia y los echaba con vientos fresco a su lugar.
Nótese que las cortinas que cubrían el escenario y el telón que eran de color rojo escuro tienen las iniciales TR con ambos caracteres sobrepuestos.
En realidad era incómodo para la "chusma", que pagaba menos, tener que sentarse en esas bancas y estar tan encima del telón, peor aun si uno tenía la mala suerte de tener que sentarse en las orillas. Las imágenes se veían en diagonal totalmente deformadas. Las películas se apreciaban mucho mejor desde atrás.
Esta distribución de las dos clases en la misma sala tenía inconvenientes para los espectáculos en vivo. Porque en esos casos, se veía mucho mejor desde abajo, en primera fila... pagando menos.
El teatro de la Refinería fue demolido. Justo es reconocer que hizo un gran aporte al desarrollo de la cultura de Penco y a la entretención de sus habitantes, al igual que el teatro y gimnasio del Sindicato de Fanaloza. Es ahora un desafío para las autoridades disponer de un recinto para estos propósitos en la comuna. ¿Lo tendrán en sus planes?
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