jueves, diciembre 25, 2014

EL CARBÓN EN CERRO VERDE Y EL PIQUE QUE TODAVÍA ESTÁ AHÍ

La desaparecida Tosca de Lirquén, formada con el material inerte extraído de la mina.
Este es un plano más abierto de la misma perspectiva, pero en el presente. La Tosca desapareció.
La entonces extensa playa de Cerro Verde que se iniciaba en la Tosca de Lirquén y terminaba en la punta del faro estaba comúnmente tapizada de carbón de piedra en trozos de diversos tamaños. Bastaba un saco y paciencia para ir por la arena recogiendo ese combustible arrojado por las olas. ¿De dónde provenía? Sin duda de la Tosca, ese montículo cónico que se fue formando con los años por los desechos provenientes de la mina de Lirquén que la empresa lanzaba al mar y que hoy ya no existe. Unos carros como un funicular subían la pendiente inclinada y en la cima del cono botaban su carga la que consistía de material inútil. Pero, en la carga también iban piedras de carbón. Luego de rodar por la ladera llegaban al mar y las corrientes marinas hacían lo demás: trasladaban el carbón y algunas piedras menos densas a la playa de Cerro Verde. Y allí estaba la gente paciente para recoger este producto. A veces había tanto carbón que los cerroverdinos se daban el gusto de escoger los trozos más negros, grandes y brillantes. Otras personas iban en botes directamente a la base del cono de la Tosca a aprovisionarse del carbón puesto que allí la concentración era mayor.
Un vecino del Cerro Verde nos habla --a Manuel Suárez y al autor de esta nota-- acerca de la ubicación
de los piques de carbón.
Pero, la historia oral del siglo XX cuenta de la existencia de dos fuentes de carbón de piedra que hubo en el mismo Cerro Verde. Los dos piques se ubicaban en sitios opuestos. El primero de ellos estaba a pocos metros del camino que viene desde Penco. El acceso se ubicaba en el patio de una casa particular cerca del comienzo del rompeolas. Por allí ingresaban y salían los mineros y también el producto de las galerías. El segundo de los piques se ubicaba al borde de la playa en los alrededores de donde hoy existe una señalética para buques mercantes. Si bien ambos piques funcionaron en Cerro Verde los accesos estaban distanciados el uno del otro. Con el tiempo los dos puntos de faenas mineras dejaron de ser rentables y cerraron.
Alrededor de este lugar estuvo el segundo de los piques de Cerro Verde. Al lado derecho de la foto, la playa que normalmente estaba tapizada de carbón que derivaba desde la Tosca.
Sin embargo, la historia no había terminado del todo. Testimonios que recogimos entre los vecinos de Cerro Verde nos señalaron que la violencia del terremoto del 27 de febrero de 2010 revivió el recuerdo de al menos el primero de los piques. Nos indicaron que el maremoto que siguió al movimiento telúrico hizo que las galerías subterráneas de esas minas olvidadas recibieran el impacto del agua de mar y que de algún modo esos pasadizos inundados lanzaron hacia afuera enormes cantidades de agua rompiendo las tapias y los sellos e inundando un amplio sector de Cerro Verde.

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