martes, marzo 21, 2017

PARA LLEGAR A PENCO POR PRIMERA VEZ, LOS CONQUISTADORES USARON UN SENDERO QUE YA ESTABA HECHO

La estatua ecuestre de Pedro de Valdivia en la plaza de Santiago.
          Cuesta imaginar cómo llegaron los conquistadores por primera vez a Penco viajando por tierra. La historia no es muy explícita para explicar cómo se orientaron y si avanzaron a campo traviesa, abriéndose paso por los bosques con hachas y machetes. Sólo libros más especializados entran en esa materia. ¿Avanzaron a tientas por la espesura y llegaron justo a nuestro valle de Peguco sin equivocarse? ¿Pero, cómo?
          Pues bien ésta fue la pregunta que le formulé al arqueólogo Rubén Stehberg, jefe de Arqueología del Museo Nacional de Historia Natural, situado en Quinta Normal en Santiago. El profesor Stehberg es un especialista en la geografía prehispánica del valle del Mapocho con un importante descubrimiento reciente de la existencia de un tambo incaico bajo el suelo de la plaza de armas de la capital. Este hecho demostró que los españoles fundaron la ciudad en un lugar donde ya había construcciones indígenas plenamente vigentes.
        A mi pregunta, Rubén Stehberg respondió: “Desde el mismo momento en que apareció la raza humana sobre la faz de la tierra, hubo senderos. El hombre así como los animales necesitan caminos para desplazarse. Esto es lo primordial, después vinieron las culturas y en el caso chileno para el tiempo de la conquista había una red de caminos y sendas, sin duda. Entonces Pedro de Valdivia y su gente viajaron a Concepción por una ruta que ya estaba hecha. Por cierto que llevaba indios que lo iban guiando, pero camino había. No llegó a ese lugar abriéndose paso a través de selva...”
          El arqueólogo nos dice que el único inconveniente era el cruce de los ríos, pero, este problema también había sido resuelto por los originarios. En los cauces había “canogas”, así las llamaban, que servían para cruzar gente. Estas canoas o “canogas” eran hechas de troncos ahuecados de entre diez y quince metros, donde perfectamente podían tomar ubicación unas quince o veinte personas, nos aclara el experto. Las “canogas” que movían a remos o probablemente las tiraban con cuerdas. Una vez que se usaban quedaban en la playa dispuestas para que otro grupo cruzara de vuelta. Sin embargo, dependiendo de la época del año era factible vadear algunos ríos.
El arqueólogo Rubén Stehberg, con una pieza incaica hallada en una excavación en Santiago.
          Si tenemos en cuenta esta afirmación, Pedro de Valdivia y su séquito llegaron a Penco provenientes de Santiago por el camino de Villarrica, que después se conoció como el camino real*, pero que en realidad era una senda indígena que ya existía. La red de senderos fue el resultado de las necesidades de comunidades aborígenes que la usaban para su supervivencia.
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                                     * Camino real aparece en El Quijote de La                                        Mancha como sinónimo de camino principal.

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