Botadura de la lancha «Calcon» en Cerro Verde en febrero de 2008. |
Volvamos sobre la primera idea y
citemos casos de este sueño del paseo marítimo que intuimos existe entre los
pencones. Al ex alcalde José Meza se le ocurrió construir un club de yates entre
Gente de Mar y Cerro Verde. Quería levantar socialmente el sector con un
espacio dedicado a embarcaciones deportivas para la práctica de la navegación
amateur. Lo apoyaron los regidores de la época. Y fue todavía más allá, llamó a
un concurso para arquitectos interesados en desarrollar un proyecto para yates.
Se presentaron maquetas, pero, hasta ahí llegó el impulso.
En los setenta el entusiasta jefe
scout Hernán Lagos, quien dirigiera por años el grupo «Armando Legrand», quiso tener
su propio grupo con indumentaria marinera. Así creó la agrupación de scouts
marinos de Penco. Materializó una idea que le rondaba desde hacía tiempo:
vincular a niños y niñas con el mar dentro de la disciplina scout. Salvo que,
por las carencias nunca pudo llevar a sus dirigidos a paseos por
la bahía. Se contentaron con realizar sus actividades en la playa.
ALMA NAVEGANTE
En un post anterior recordamos la
figura del vecino don Félix Bustos, quien allá por los cincuenta fabricó con
sus manos y sus herramientas una enorme embarcación en el patio delantero de su
casa, en calle El Roble, al llegar a Freire. Aquel debió ser un esfuerzo
astronómico para un hombre con muchos hijos que sobrevivía de su modesto oficio
de mueblista. Pero, le ganó al destino y construyó su pequeño barco para
paseos. Sabemos que sólo lo usó una vez. Un verano se fue con su familia
bordeando la costa y ancló en Dichato. Luego de regresar, abandonó la nave y
ésta «murió» en la playa, cerca de Gente de Mar.
Un botón de muestra adicional de
esta inclinación «pro marinera» la brindó el cantante pencón Patricio Renán en
sus años de gloria. Produjo el single «Me Gusta El Mar», que entre sus versos
dice: «Me gusta el mar / tengo alma de
navegante / mi bandera va adelante y /mi corazón detrás»… Otro cantante
local, Mario Rey (Heriberto Ramos) construyó con sus manos varios kayacks que
arrendaba en la playa en la temporada estival en los sesenta.
Don José Calzadilla, en su taller, de calle Membrillar, trabajando para su lancha. |
UN ASTILLERO EN MEMBRILLAR
Pero, el ejemplo más reciente de
este amor por la bahía, lo dio don José Calzadilla, un ex trabajador de Fanaloza,
quien construyó una lancha para él, con todas las de la ley, en el patio de su
casa de calle Membrillar. De esto hace más de diez años. Antes de poner manos a
la obra, habilitó un espacio al lado de un pequeño taller que convirtió en su
astillero particular. Luego de darle vueltas al proyecto concluyó que el mejor
material para construir era la fibra de vidrio, en lugar de la madera. De a
poco, sin prisa fue avanzando en su trabajo; armó la estructura, diseñó la
cabina, las ventanas, el casco, el espacio para el motor y los asientos por las
bandas para unas diez personas.
La lancha "Calcón" baja por Membrillar arrastrada por una camioneta rumbo a Cerro Verde. |
Fue así como pasó el tiempo y en febrero
de 2008 se realizó la botadura de la lancha «Calcon», de su propiedad, en la
pequeña rada situada al sur de Cerro Verde. El nombre es la combinación de las
primeras sílabas de los apellidos Calzadilla (de don José) y Constanzo (de la
señora María, su esposa). El lugar se decidió por la existencia de la rampa del
Sindicato de Pescadores que fue facilitada. El traslado se hizo en un carro
especialmente adaptado para la embarcación y la camioneta de arrastre. El
trayecto desde su domicilio al punto de botadura es de aproximadamente dos mil
metros. Demás está decir que varios vehículos integraron la alegre caravana.
La caravana la integraron amigos, familiares y vecinos de calle Membrillar. |
El lanzamiento de “Calcon” al mar
ocurrió en la mañana del sábado 2 de febrero de 2008. Fue todo un
acontecimiento familiar y de los vecinos. El procedimiento tomó tres días:
primero ensayar el recorrido; después montar la lancha en el carro y conducirla
para dejarla en Cerro Verde y; esperar el día siguiente para echarla al agua. Sin
embargo, la idea de fabricarla había
comenzado a tomar cuerpo muchos años antes. Don José Calzadilla alguna
experiencia tenía en esto de embarcaciones, porque allá por los sesenta había
construido un bote pequeño a remos para pasear con sus hijos por la orilla del
mar pencón. Pero, ahora el proyecto era más ambicioso: fabricar una lancha de
envergadura mayor que sirviera a más gente para dar paseos.
BAUTIZO CON CHAMPAÑA
Otra escena del día de la botadura. |
La nave fue dotada de un motor
Nissan diésel de 2.000 cc. Después del lanzamiento permaneció anclada durante
una semana «tiempo suficiente para que le robaran la batería y otros elementos»,
recuerda Javier Matamala, nieto de don José Calzadilla. Para evitar más molestias
hubo que sacarla del agua y trasladarla de regreso a Membrillar. Allí permanece
ya por más de nueve años sin uso. Para que pueda servir a la comunidad
interesada en navegar por la bahía son necesarias tres condiciones: disponer de
un lugar seguro en el mar para su permanencia; que obtenga las certificaciones
que concede la Capitanía de Puerto en este caso de Lirquén (una cuestión
indispensable); y que haya una tripulación que tenga las licencias para
operarla.
Don José Calzadilla con su primer bote en Penco y dos de sus seis hijos: Miriam y José, este último fallecido. |
Don José durante las pruebas de su lancha en el "astillero" de su casa en Membrillar. |
NOTA DE LA EDITORIAL: Agradecemos toda la información y las fotografías facilitadas por la familia Calzadilla Constanzo para la preparación de este texto, en particular a don Javier Matamala, nieto de don José Calzadilla Soto.
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