jueves, enero 31, 2019

REENCUENTRO CON PENCO LUEGO DE 62 AÑOS

El profesor Rosauro Montero, su esposa, la señora Lidia Donoso, y el ingeniero químico, don Fernando Pulgar Ávalos, durante un té en casa de los Montero-Donoso en Penco.

   NOTA DE LA EDITORIAL: El texto que está a continuación nos lo envió don Fernando Pulgar Ávalos, ex ingeniero químico de Fanaloza, industria en la que trabajó entre 1953 y 1957. Ese año se trasladó a Viña del Mar donde reside; allí trabajó en la Refinería de Petróleos de Concón. En enero de este año hizo un viaje a Penco, el primero en 62 años. En este relato nos habla de las emociones en su reencuentro con Penco, otros lugares de la zona y sus grandes amigos de entonces.

¡CÓMO HAN CAMBIADO LOS TIEMPOS!
Por Fernando Pulgar Ávalos
    Invitado gentilmente por el matrimonio de Luis Quiñones Escobar y esposa Julia Constanzo, amigos de larga data, arribé a Concepción el 9 de Enero del 2019.
    Ellos son oriundos de Valparaíso y ambos, profesionales titulados en la Universidad Católica del puerto. Ahora están radicados en Concepción, donde él es docente de su Universidad.
Al día siguiente, recorrimos el Campus Universitario en torno al Campanil y las Facultades en los cerros que le rodean. Acogedor ambiente de jardines, lagunas y lugares recreacionales y culturales, siendo de especial atención el Memorial en recuerdo de las personas de esta Universidad caídas durante la dictadura cívico-militar desde 1973 a 1980.
       En la mañana del 11 de enero fuimos Talcahuano: la Ventoteca, tradicional por sus pescados y mariscos, la ciudad y sus cerros. Llegamos hasta la caleta de Tumbes, muy bien reconstruida, como otras caletas y ciudades costeras devastadas por el maremoto (tsunami) del 2010. Regresamos a Concepción con dos grandes sierras para el consumo hogareño.
      Por la tarde fuimos a PENCO, a la casa del profesor normalista Rosauro Montero Henríquez y su esposa Lidia Donoso Aguayo en calle Maipú 325, junto a la plaza.
Durante una rica y conversada once, recordamos los altibajos históricos que enfrentaron sus habitantes, provocados por la naturaleza y por seres humanos, en especial en lo político, laboral, educacional y social.
     En 1953 conocí a Rosauro, hijo, recién recibido de profesor normalista y a sus padres y hermano, pues fui pensionista en su hogar, cuando yo empezaba a trabajar en FANALOZA.  Ese mismo año llegó también a Penco Juan Arroyo Menke, colega ingeniero químico que trabajó por 3 décadas en esa industria. Él tuvo además una destacada labor social y educacional, entre ellas contribuyendo a crear junto a Rosauro Montero Henríquez, el Dr. Emilio Suárez y otros, el primer Liceo de Penco.
Juan Arroyo Menke.
       El colega y amigo Juan Arroyo Menke  falleció en Santiago en el 2018.
     Otras personas recordadas en esta ocasión fueron: Mario Rojas Ibáñez y esposa Brunilda Bustos, Carlos Ibáñez Paredes y esposa América Petinelli, Cecilia Martin Reynolds, enfermera jefe de entonces  Clínica CRAV, Delia Concha, matrona de esa misma clínica.
      Roberto Navarrete, contador de CRAV, Ema Cortés Recabarren, también contadora de CRAV, Armando Jofré, dueño de Panadería.
En esos años ya Penco tenía 30 mil habitantes y en plena actividad, 2 importantes industrias: la Refinería de Azúcar CRAV y la de cerámica FANALOZA, desaparecida la primera por varias razones...
     PENCO es hoy una ciudad moderna y progresista, orgullosa de su antigua historia (Museo); su hermosa Plaza rediseñada y su estero navegable por 2 “Góndolas Venecianas".
     El sábado 12 de Enero nos dirigimos a Chillán, recorriendo su polifacético Mercado de frutas, verduras, artesanías, muebles, ropas, etc. Recordemos que en 1905 FANALOZA producía ya "porcelana dura" de aspecto fino y elegante que se vendía en Concepción y ciudades vecinas. Pero el éxito detonante fue la entrada de esa loza de PENCO en la Feria Tradicional de Chillán. Muchas personas se negaban a creer que fuera hecha en el país.  La loza de Penco llevó desde su nacimiento su sitio de origen y su calidad de chilena. 
      ¡Cómo han cambiado los tiempos!
Don Fernando Pulgar observa la bahía desde la costanera de Cocholgüe, en Tomé.
    Nuestro viaje al sur de recuerdos culminó el domingo 13 de enero del 2019 en la Caleta Cocholgüe, más allá de Tomé.
Allí se reconstruyó también este lugar turístico muy visitado por los penquistas.
       En el restaurant EL PARRÓN tuvimos un regio almuerzo junto al mar, con la grata compañía de toda la familia Quiñones  Constanzo.          
                             
(Nota: Gracias a todos los amigos y amigas por las atenciones recibidas en mi visita. Saludos y hasta vista: Fernando).

2 comentarios:

Unknown dijo...

Muchas gracias por las entrevistas realizadas a mi padre Sr. Fernando Pulgar Avalos.

Hoy se cumple un agno de su partida y su legado cultural, politico y familiar seguira entre los que estuvimos cercanos a el.

El estuvo muy motivado y gratificado con vuestra visita.. Conversacion que le hizo recordar sus inicios y desarrollos profesionales.


Nelson Palma dijo...

Hola, ante todo mis condolencias, aunque un poco tardías porque carecía de la información de su fallecimiento. Don Fernando dejó muchos amigos en Penco, la mayoría de los cuales ya han partido. Él fue muy cordial en la visita que realicé a su casa en Viña así como en la correspondencia que sostuvimos a lo largo de un par de años. Saludos.