domingo, enero 12, 2020

PUENTES PEATONALES DE ARCO EVOCAN UN AMBIENTE VENECIANO EN PENCO

Manuel Suárez en los escalones del umbral del nuevo puente. (Foto de Cristina Suárez).

         Los sueños si no se materializan se relegan en el sótano de la memoria y por último se olvidan porque el tiempo termina por borrarlos. Para el vecino pencón Manuel Suárez, además directivo de la Sociedad de Historia, quien vive en calle Penco 260, el domingo 12 de enero de 2020, uno de sus sueños de niño de unir la puerta de su casa con la plaza que él ya había olvidado, de pronto más de 60 años después se hizo realidad. Así que ese día tras desayunar, abrió la puerta, cruzó la calle, subió 7 escalones del umbral del nuevo puente de arco, lo cruzó y llegó a la plaza. Desde su mampara había dado 74 pasos para llegar al paseo público sin tener que ir a los puentes de O'Higgins o Las Heras.
          Sin rimbombo la Municipalidad de Penco abrió al uso público 2 puentes peatonales, uno frente al número 260, como hemos dicho y el otro a las puertas del Hogar Sindicato de Trabajadores de Fanaloza. Ha trascendido que el municipio tiene la idea de convertir a la calle Penco entre O'Higgins y Freire en un boulevar y que los puentes terminarán con la separación de la calzada con la vereda de la otra orilla del estero. Entre tanto durante el verano 2 tomas retienen las aguas convirtiendo 2 piscinas navegables de 120 metros de largo por 12 de ancho. Así el modesto río de agua limpia se suma ya por tecer año a los proyectos turísticos de Penco creando un ambiente veneciano donde un par de góndolas van y vienen con personas para paseos y para tomarse fotos. Los puentes en arco a su vez permiten el paso de las embarcaciones con sus gondoleros de pie, como es la tradición italiana.
Otra vista del puente peatonal de arco. (Foto Cristina Suárez).
            La nueva conexión que se ubica entre O'Higgins y Las Heras, integra desde ahora calle Penco con la plaza. Así, sin pensarlo ni menos haberlo imaginado, Manuel Suárez, salió de la puerta de su casa y se encontró con que su sueño de infancia que permanecía olvidado ese 12 de enero era un hecho tangible, tanto así que para comprobarlo lo cruzó de ida y de regreso. Las fotos que le tomó su hija Cristina las envió a su hermano el médico Donato Suárez, quien vive en Curicó. Porque en 1950 cuando eran niños ambos comentaban en su casa familiar lo lindo que sería tener un puente exclusivo para cruzarlo con la bici o el scooter e ir a jugar a la plaza.
               Las 2 estructuras metálicas fueron construidas por una maestranza pencona, ubicada al norte de la población Desiderio Guzmán.    

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