jueves, octubre 15, 2020

LA SOCIEDAD DE HISTORIA RECHAZA AGRESIVO PROYECTO MINERO

 

"El medio ambiente es un bien colectivo, patrimonio de toda la humanidad y responsabilidad de todos. Quien se apropia algo es sólo para administrarlo en bien de todos. Si no lo hacemos, cargamos sobre la conciencia el peso de negar la existencia de los otros" Papa Francisco.- Encíclica "Laudato Sí", Mayo de 2015.-


Porque nuestro desafío permanente ha sido el estudio y difusión del pasado, entendido como una sólida base de construcción de un presente y futuro prospero, es que la Sociedad de Historia de Penco, por medio de presente declaración desea manifestar en forma pública su opinión, respecto del riesgo latente al que nuestro territorio comunal se ha visto enfrentado los últimos años, producto de las presentaciones de diversos megaproyectos energéticos y extractivos, que han debido dar marcha atrás o retrasarse, por entrar en disonancia con el natural destino habitacional, turístico y patrimonial de nuestra ciudad y su entorno. 

Ante todo subrayar que en los estatutos fundacionales de nuestra institución, en el Art. 2°, declaramos nuestros 5 objetivos prioritarios, uno de los cuales enfatiza lo siguiente: 

c) Contribuir a la preservación del patrimonio histórico, natural, arqueológico, urbanístico y cultural de Penco. 

Por tanto, la Sociedad de Historia de Penco, ratifica que desde los mismos orígenes de ella, hace casi ya una década, ha estado presente como uno de sus lineamientos la defensa del patrimonio de todo carácter, siendo el natural o medioambiental, absolutamente fundamental para lograr un desarrollo armónico, sostenido y sostenible de Penco, nuestras vecinas, nuestros vecinos, y por sobre todo de las generaciones futuras, que esperan de nosotros heredarles un ecosistema de crecimiento y progreso, incluso mejor que al que hemos tenido acceso las actuales y pasadas generaciones. 

En nuestros distintos espacios de divulgación, de interacción con la comunidad, ya sea a través de programas de radio, en conversatorios, charlas, en redes sociales, nos hemos pronunciado respecto a la fragilidad de nuestro medioambiente, frente a la intervención desproporcionada e irresponsable del ser humano. 

Y en ello, también denunciamos todo maltrato ambiental, desde lo más elemental como es convertir espacios naturales, como bosques y humedales, en superficies para microbasurales. En esto, casos críticos y vergonzosos son los del camino costero hacia Cosmito, y el camino rural hacia Primer Agua. Probablemente la expresión "micro" ya este desfasada de la realidad, porque en ambos sectores, la extensión del vertimiento de desechos es abrumadora. A nivel urbano, también se han ido malformando estas áreas, reiteramos, generadas por personas que aún no comprenden que en el corto plazo significan un autodaño. El efecto nocivo para la salud física y mental de convivir en esos entornos, perjudica también a quienes los han ido haciendo parte de su cotidiano transitar, naturalizando su existencia.

Hemos querido referirnos primeramente a este aspecto del daño ecológico, para no perder de vista que no sólo las grandes empresas, o los grandes inversionistas deben ser objeto de la censura pública, cuando transgreden en bien vivir, las normas sociales o las leyes; sino que también las personas que se apropian de los espacios de todas y todos, del medioambiente de otros, para verter desperdicios, ya sea por comodidad o una economía mal entendida. Así como ponemos la mirada sobre lo que pueda suceder con nuestros entornos periféricos, también es nuestro menester levantar la voz por el maltrato a nuestra ciudad, al interior de ella misma, a sus calles, barrios y poblaciones. Avancemos a la ciudad limpia, ecológica y sustentable con la que todas y todos soñamos. 

En lo puntual, frente a la potencial instalación de una faena minera de extracción de tierras raras (Biolantánidos), desde que el proyecto en cuestión comenzó a ser vagamente conocido por la opinión pública, por informaciones de prensa, primero como una valorable investigación de carácter científica, respaldada por Corfo y la UdeC, hasta que pasó a una segunda etapa de presentarse como un proyecto de extracción a gran escala; nuestra institución ha estado alerta en socializar el conflicto que se presenta entre una explotación minera en los cerros de Penco, respecto a nuestra vocación de ciudad no industrial; muy por el contrario, proyectada en base a nuestros recursos naturales renovables. 

En el marco de las exigencias que el Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) le impone a todo proyecto, de presentar a la comunidad el desarrollo del mismo, la Sociedad de Historia de Penco se hizo presente en las dos instancias que se dieron, y en ambas, se indicó a los representantes de la empresa, dos puntos que a nuestro parecer eran (y son) de la mayor gravedad: que los tonelajes en el movimiento de tierras (240 toneladas por hora) era un volumen insostenible ecológicamente, al igual que los metros cúbicos por segundo pedidos para el uso del agua de los esteros "Penco" y "El Cabrito", que pondrían en riesgo el caudal mínimo que ambos esteros requieren para preservar su ecosistema. 

Estamos atentos a que éstas, como las múltiples observaciones que otras personas y organizaciones hicieron, sean satisfactoriamente resueltas por el titular del proyecto. Y en ello no nos referimos a que la respuesta sea bien redactada o entendible; sino que lo observado sea notablemente modificado para de ninguna manera afectar lo que ya hemos señalado como sagrado, nuestro patrimonio natural. 

Por lo mismo, entendemos que si muchas de las variables del proyecto no son modificables, sencillamente entonces, dicho proyecto termina siendo inviable, particularmente desde punto de vista de su rentabilidad social; concepto por el que abogamos para que en lo sucesivo sea parte de los requerimientos a los proyectos de este tipo, que suponen una inocuidad ambiental, difícil de sostener al interactuar con los recursos naturales propios de la comunidad. 

Hacemos uso de esta tribuna, para hacer un llamado al mundo empresarial a dar de aquí en adelante una nueva mirada a las relaciones con las comunidades, en donde avalúen establecer sus proyectos. 

Los casos que Penco ha conocido, termoeléctrica, gaseoducto y ahora la minera; han carecido de la empatía mínima para relacionarse de forma considerada con nosotros, las vecinas y los vecinos de Penco, nuestras organizaciones e instituciones. Se nos ha visto como sujetos pasivos, que debemos entrar en una lógica de autodefensa frente a lo desconocido. Se nos invita a conocer de tal o cual proyecto (por requerimiento del SEIA), cuando éste ya está avanzado, cuando sería de toda sensatez y respeto, establecer vínculos comunitarios, como parte del trabajo base y previo de un proyecto cualquiera. 

Por tanto, no se puede pretender tener una relación armónica con quien llega a una casa ajena y actúa en ella sin los modales mínimos de cortesía. Ese es un cambio urgente y necesario que no sólo Penco necesita, sino que aplica para todo nuestro país. 

En ese sentido, y porque la historia nos permite evaluar el presente y construir futuro, con los fundamentos de los hechos ya pasados, preguntamos: ¿Cuáles fueron las relaciones previas que tuvieron las comunidades de zonas, que hoy son llamadas de sacrificio, con las empresas que a la fecha están allí instaladas?

Queremos una comuna, un país desarrollado; pero con beneficios reales y directos para quienes habitan los territorios, beneficios proporcionalmente mayores, a los costos mitigados que se puedan generar, con involucramiento y competencia de las comunidades locales. Las confianzas no se imponen, se construyen. Esa sea una tarea y desafío para las nuevas inversiones que tengan a Penco como protagonista. Antes de cerrar estas líneas, y a modo de resumen de las mismas, consistente con todo lo ya argumentado, reiteramos que en el punto contingente que motiva esta declaración, la Sociedad de Historia de Penco plantea su más absoluto RECHAZO al Proyecto Biolantánidos. Fraternalmente, En nombre de las socias y los socios de la Sociedad de Historia de Penco,


1 comentario:

Unknown dijo...

Qué bien,muy clara la postura.
Esperemos que se escuche la voz y razón de todxs lxs habitantes de Penco
PENCO SIN MINERA