martes, diciembre 27, 2022

PADRES E HIJOS JUGADORES Y CRACKS DEL COQUIMBO REFINERO

 TEXTO: ABEL SOTO MEDINA

        El hincha del fútbol aprecia y disfruta el talento de algún jugador, ya sea por sus condiciones técnicas, sus pases, sus toques, driblings, o regates como llaman hoy día, gambeta, cabezazo, etc. Por tanto, ese aficionado quisiera que los hijos de sus ídolos heredaran sus mismas condiciones y virtudes para jugar al fútbol. Que vengan con esos genes de crack, palabra que siempre sale a la palestra cuando se trata de algún destacado, un poco distinto al común de la gente. Se dio algo así en Penco y en esta corta nota –aunque ya ha pasado el tiempo– recordamos lo que ocurrió en el Coquimbo primero y después en el Coquimbo Crav (1963).

        El año 1939 el equipo refinero, o sea el Coquimbo (así se llamaba entonces) obtuvo el Campeonato de la Asociación de Concepción, y en sus filas defendían los colores azucareros los jugadores Héctor Vaca Pardo y Alfonso Navarro, así como también Carlos Zorro Vidal y el talentoso de Carlos Varela, entre otros. Allá por el año 1943 don Heriberto Villegas también formó parte del plantel dulce de Crav.

        En 1968, hubo una crónica en la revista de la empresa refinera Pan de Azúcar, donde registra una fotografía con tres jugadores del plantel con que el equipo ahora Coquimbo Crav, participando en el Campeonato Regional de Fútbol. En dicha fotografía que incluimos acá están los jugadores:

        Eduardo Duardi Villegas, Roberto Chueco Pardo, y Alfonso Pocho Navarro, y destaca la nota que habían comenzado venciendo a Lota, una especie de Bestia Negra de Coquimbo Crav en esos entonces, pero el objetivo principal del texto, era que juntaron a ellos tres, dado que sus padres alguna vez lo hicieron en el Coquimbo viejo, en la Asociación de Penco, o en las competencias de Concepción. Dicha nota partía diciendo «Como hace 20 años, en la escuadra refinera alinearán en 1968: Villegas, Pardo y Navarro. Padres e hijos saldrán conformes, pues la hinchada respalda a éstos jugadores jóvenes con el mismo cariño que se le dispensó a los padres, porque supieron derrochar cariño a la camiseta y calidad».

        Así fue, hubo cariño a la camiseta y se derrochó calidad, pues el Coquimbo Crav ese año (1968), conseguía su tercera Estrella de Campeón Regional.

        Quizás, esto mismo ha ocurrido en otras latitudes, pero como fue un hecho de futbolistas pencones, he querido abrir esta ventana del recuerdo. Para que la historia no oculte a quienes la escribieron directamente y que en otras épocas dieron gloria y alegría al fútbol de Penco.



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