jueves, enero 18, 2024

EL RECUERDO DE LAS TÍAS DE LA GUARDERÍA

LA QUERIDAS EX TÍAS de la Guardería CRAV, Flor y Juanita Rossi.

 TEXTO Y FOTOS ABEL SOTO MEDINA

                    Si Ud. transita por la vereda oriente de la calle Heras en su primera cuadra, entre las calles san Vicente y Talcahuano, verá un moderno Jardín Infantil, que brinda cuidados a los niños del sector y de otros lugares de la comuna. Dicho lugar, tuvo su origen, en una antigua casa de propiedad de Crav Penco, y fue justamente la política social de la empresa que llevó, el año 1968, a transferir dicho bien raíz, para que siguiera operando ahí, un Jardín Infantil, porque originalmente se llamaba Guardería Crav. Dicho Jardín después del discurso del subgerente administrador de la Refinería don Raúl Gillet, éste pasaría a la comunidad. A través de la Fundación de Guarderías y Jardines Infantiles, transformándose desde ese momento en la primera Guardería Jardín infantil de la Región. A la ceremonia de traspaso e inauguración, asistieron autoridades comunales y regionales, entre los cuales estuvieron el Intendente subrogante Óscar Neira; el regidor Luis Pineda; el Comisario de Penco, capitán Humberto Rodríguez; el cura párroco padre Fajardo; el gerente de Vipla, Eduardo Muñoz; el gerente de Cap, Renato Orellana; el gerente de Endesa, el gerente de Enap, el sub secretario de Justicia, dirigentes sindicales, etc., y también el rector del Liceo, Ignacio Quezada. La mayoría de los nombrados asistió acompañado de sus esposas.

                    

                    Hasta ahí todo bien, pero los niños presentes en el evento no sabían de protocolo, ni aportes, ni quién compró la tiza, los juguetes, los cuadernos, los lápices, etc. Ellos están recién abriendo su capullo, en el ir y venir de la vida, y su mayor necesidad de alimentación, es la ternura, el cariño, la preocupación y el amor que los mayores encargados deben otorgarles y que ellos esperan sin querer, sin necesidad de pedirlo.

                    He aquí lo medular de pequeña nota. Todo sucede casi a diario, y en cualquier lugar, la plaza, saliendo del súper, o de la feria, en dichos lugares, siempre están juntas las hermanas Rossi, me refiero a la tía Flor y la tía Juanita… ¡Cuántas lágrimas enjugaron, a cuántos rostros de tristeza, le pusieron una sonrisa! Ellas por años trabajaron en la Guardería o Jardín Crav… vibraban con el éxito de cada uno de sus alumnos, porque aprendió a correr, saltar, jugar, reír, recitar, cantar… y ¡qué me dicen cuando debían «producirse» para cumpleaños, fiestas, visitas y paseos…


                    Hoy los años han pasado, hay un remodelado edificio, apto y ad hoc a las necesidades actuales, y las tías Rossi, ya no guían a los pequeños tomados del delantal, ellas ya hicieron y dieron todo por el futuro de tantos y tantas, hoy como decía anteriormente, se les ve caminando ágilmente, pero con la experiencia que dan los años. No es de extrañar que en cada desplazamiento por su calle Membrillar, la plaza o el paseo…quizás más de algún saludo reciben evocando sus rostro de los tiempos idos, pero que a ellas sin duda las alegra, cuando son reconocidas por su discípulos y discípulas.

                    Hoy existen otras tías, podrán llamarse Flor o Juanita, pero ya no serán aquellas que vi guiando a peques, que juntos forman un cúmulo de esperanza en este lento caminar por las calles de la vida.

                      Con mucho cariño esta simple nota escrita por haber visto ayer, salir del supermercado a las queridas y estimadas tías Flor y Juanita Rossi.



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