martes, diciembre 09, 2025

LA HUELLA DE EDGARDO HENRY RÍOS EN COPIAPÓ

EDGARDO HENRY RÍOS
 

El recordado profesor universitario Edgardo Henry Ríos tenía toda su familia en Penco. Sin embargo, de los Henry pencones era don Adrián a quien la gente local ubicaba más. Vivía en una linda casa quinta en la calle Membrillar, en el cerro, casi al llegar a Penco Chico. El profesor de la Universidad de Concepción, de la U Austral de Valdivia y de la U de Atacama visitaba con frecuencia a don Adrián y al resto de su parentela. Es decir, Edgardo Henry conocía Penco al revés y al derecho.
    En la U de Concepción se desempeñó como docente en la Escuela de Periodismo donde impartía el ramo de Redacción Periodística, en los sesentas. Generaciones de periodistas egresados de esa facultad lo recuerdan con respeto y reconocimiento por el gran aporte que para ellos significó su asignatura, una materia fundamental en la carrera: escribir correctamente.
   Don Edgardo vestía con elegancia, un bigote fino bien cuidado, zapatos lustrados. Se esmeraba por todos los detalles de su presentación personal. Tenía un ayudante de cátedra, quien también era profesor de castellano, Alfredo Barría. Para sus clases, el señor Henry seguía el formato de la academia decimonónica y que era el siguiente: Se presentaba puntual a su clase según el horario. Los alumnos, todos sentados en sus puestos. Henry y Barría salían de la sala de profesores para dirigirse al aula. Barría llevaba el libro de clases e ingresaba él primero a la sala. Henry esperaba afuera hasta que su ayudante cumpliera con las exigencias previas de rutina. Barría pasaba lista y una vez hechas las anotaciones, regresaba a la puerta, la abría e invitaba al profesor titular a que entrara y sólo entonces comenzaba la clase formal. Henry no hacía ruido, hablaba pausamente en un tono de voz no elevado. Algunas veces dejaba caer una broma liviana y sonreía con malicia. Educado, respetuoso, un hombre de buenos modales.
    Junto con ejercer la docencia, el señor Henry trabajó a lo menos en un par de publicaciones. Para la profesión periodística, escribió un ensayo muy interesante en la revista Atenea de la U penquista titulado Periodismo y Literatura. El texto presenta ideas novedosas, y las desarrolla con ejemplos, de por qué el periodismo es literatura, por un lado, y por qué no, por otro. Es un planteamiento dialéctico sobre ese tópico con final abierto. Y una segunda publicación suya es un libro: Poemario Familiar. Alguna vez, ya pasado los años y luego de estudiar su árbol genealógico, el profesor constató que en la familia había muchos miembros que escribían poesía, no porque fueran poetas sino porque les brindaba placer crear versos para ellos mismos. Así nació el Poemario. Y entre los Henry no sólo había poetas-puertas-adentro, sino que también había miembros con otras inclinaciones artísticas como músicos y pintores.
    El profesor Henry falleció en Copiapó. No sé que alguna vez haya expresado algún deseo particular por instalarse en esa ciudad. Pero, todo indica que quizá deseaba terminar sus días en la capital de Atacama. Teniendo en cuenta mi gran amistad con Juan Espinoza Pereira, también reconocido docente de Copiapó, le solicité si podía él conseguir información del señor Henry de sus últimos años en esa ciudad nortina. El profesor Espinoza, un ex vecino pencón, atendió mi inquietud, indagó y llegó donde el historiador Vidal Naveas, quién conoció a Edgardo Henry. Él a su vez investigó en internet, habló con otros historiadores copiapinos y revisó su abundamente acopio bibliográfico. Finalmente le entregó a Espinoza un reporte, que es el texto que agregamos a continuación. [Gracias profesor Espinoza, gracias señor Naveas].

EL PROFESOR EDGARDO HENRY RIOS

Por Vidal Naveas, desde Copiapó.

El señor Henry Ríos fue un destacado profesor, un maestro de la redacción, ortografía, gramática y la precisión lingüística. Un caballero por donde lo miren por su pulcritud y dedicación. Metódico, unía en sus clases la sencillez con el humor y la rigurosidad con la simpleza y la exigencia. Así dice su presentación en la revista de periodismo de la Universidad de Concepción. Desempeñó labores de docencia académica en la Universidad Austral de Valdivia, Universidad de Concepción y Universidad de Atacama, en Copiapó. Es el señor Henry autor de un poemario familiar muy desconocido y que fue lanzado en Copiapó, bajo el alero del SEA, Sociedad de Escritores de Atacama, entidad a la cual pertenecía.

    A raíz de lo señalado, el historiador más importante del Siglo XX en Atacama, Oriel Álvarez Gómez, dice en una publicación del 13 de febrero de 1992, en el diario Atacama de Copiapó –que Edgardo Mario Henry Ríos, es proveniente de una acentuada familia artística, donde hay pintores como su hermano Pedro León, radicado en Francia y poetas, como Cristóbal Fasce Henry, su sobrino y académico de varias universidades de América–, lógicamente esta vena artística viene de sus padres Ernesto Henry y Lucila Ríos, quienes también practicaban la poesía y componían canciones folclóricas.

    Uno de sus alumnos –el destacado poeta copiapino, Eduardo Aramburu García– señala que Henry Ríos era un personaje muy cercano, de mucha piel, pero exigente en su labor como educador. Dice también Eduardo, que fue profesor guía de su tesis, la que versó sobre el Cuento Minero de Atacama.

    El destacado periodista, folklorista y humorista copiapino, Ernesto Pluto Saavedra, fallecido a muy temprana edad y de un cáncer fulminante, dice en el diario Chañarcillo, que el Poemario Familiar fue lanzado el sábado 28 de diciembre de 1991 y está compuesto por 139 poemas, donde participaron 19 personas, todos ellos integrantes de la familia.

    El libro fue prologado por el poeta Tussel Caballero Iglesias y cuenta con 240 páginas. Participó como editor de los libros su sobrino Cristóbal Fasce Henry. Edgardo Mario Henry Ríos, nació en Concepción, sus padres fueron Ernesto Henry y Lucila Ríos.

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COMENTARIO: Qué bien que se reconozca la obra (y vida) de los profesores, los cuales forman parte de nuestras vidas. ¿Cuánto me costaría encontrar datos para recordar su obra en mí? Los recuerdo a todos y agradezco haber sido alumno de ellos. Profesor [Espinoza], gracias a usted por hacerme parte de esta leyenda, que fue don Edgardo. (Vidal Naveas).

    

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