Cincuenta años se cumplen de la tragedia. |
Este 22 de noviembre de 2013 se
cumplieron cincuenta años del asesinato del presidente norteamericano John F. Kennedy,
hecho horroroso ocurrido en la ciudad de Dallas, cuando el mandatario, su esposa
Jackeline Bouvier y su comitiva realizaban una visita oficial a Texas. El
atentado contra la vida del presidente se produjo a las 12.30 horas, cuando la
caravana que procedía del aeropuerto local Lovefield doblaba una esquina en la
plaza Dealey. El primer disparo le atravesó la garganta y el segundo le dio de
lleno en el cráneo… Media hora más tarde era declarado muerto.
Este doloroso episodio de la
historia norteamericana se supo en forma muy rápida. Las radios de Santiago
interrumpieron sus programaciones de música chilena, como todos los días al
mediodía, para dar lectura a un corto comunicado: “Urgente, atentan contra la
vida del presidente John Kennedy. El mandatario fue baleado en Dallas Texas,
hace breves minutos. Más tarde entregaremos más detalles”.
Las emisoras de Concepción se
hicieron eco de la noticia y también la comunicaron a los cuatro vientos. En
Penco, este hecho causó enorme impacto. Toda la gente comenzó a hablar del
hecho que recién se conocía y cual más cual menos sacaba conclusiones y
especulaba. Porque no había más información disponible. La preocupación crecía
porque apenas un año antes ese presidente había enfrentado la crisis de los
misiles soviéticos en la isla de Cuba, una situación que también se conoció en
Penco con angustia porque significaba el inicio de la tercera guerra mundial,
bombas nucleares incluidas.
Cerca de las dos de la tarde, nos
informamos del comunicado oficial norteamericano que confirmaba la muerte del
mandatario. Y algunas horas después la confirmación que Lyndon Johnson, el vicepresidente, había jurado como
nuevo presidente de Estados Unidos. En los días posteriores se conocieron los
antecedentes del atentado, de la detención casi inmediata del principal
sospechoso Lee Havey Oswald, y el funeral de Kennedy.
Han pasado cincuenta años de ese
horrible episodio y la especulación de la participación de un segundo francotirador
supuestamente escondido en esa plaza y de una conspiración siguen en
pie. Cierro esta nota recordando que Penco sufrió emocionalmente esta tragedia,
porque John Kennedy era un político joven, carismático y su mujer, la primera
dama, de gran belleza habían cautivado el corazón de casi el mundo entero.
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