Video que muestra la quietud y la soledad
de Coihueco a pocos minutos de Penco.
El lugar más apacible de Penco es
el fundo Coihueco. El valle, de donde proviene el estero, es pura quietud y
paz. Lo comprueba el caminante apenas adentrándose un centenar de metros más
allá de las trancas de la entrada al final de la calle Maipú y donde nace Penco
Chico. En ese punto, hay que girar a la izquierda e ingresar por un camino sinuoso,
en buenas condiciones, tapizado de maicillo y cascajos, usado en otros tiempos por
camiones madereros. Luego de solicitar permiso en la entrada, nos advierten que
está sucio por descuido de los visitantes y que por allí hay plagas de ratones. Así que
cuidado.
El espacio del inicio es
amplio. El baipás del camino al puerto de Lirquén que pasa como una vía elevada
a varios metros de altura no estorba y es –pareciera— el arco de bienvenida. El
estero serpentea cargado al norte. Había en esos años, una pequeña represa
natural ahí que llamaban la poza del chilco. Los niños disfrutaban de ese espejo
de agua limpia para bañarse y dueñas de casa aprovechaban la bondad del lugar para
lavar ropa, especialmente sábanas ésas que era más complicado escobillar en
artesas caseras.
Pero, si de respirar aire puro se
trata, desconectarse, inspirarse, meditar… prosiga usted caminando por esa senda
de cascajos. La ruta se va estrechando a medida que avanzamos. Por el lado
izquierdo se oye el estero al fondo de la quebrada. Es posible oírlo mas no
verlo, porque el área está cubierta de quilas y zarzas. En ese punto estuvo alguna vez el tranque de la Refinería para acopiar agua con el fin de utilizarla en los procesos de purificar azúcar. El silencio es
interrumpido con mucha frecuencia por los cantos de aves silvestres. Los
fío-fío y los chucaos compiten trinando escondidos en la espesura. El viento
aumenta su velocidad a medida que el
valle se va haciendo más angosto. El camino sube y baja, dobla ya sea a la izquierda o a la derecha.
Hoy no existen los bosques nativos
de años pasados. Los talaron y reemplazaron por pinos y eucaliptos. Pero, el
ámbito sigue siendo boscoso. El fuerte viento mueve acompasadamente las copas
de esos árboles. Un rato se inclinan hacia un lado, en seguida se agitan hacia
otro. El espectáculo natural de Coihueco no ha cambiado en su esencia por años
gracias a que el fundo se ha mantenido como empresa, esto es que no ha vendido espacios
en ese terreno para la instalación de poblaciones. Esa opción ha mantenido el
valle y la quebrada como un sitio quieto, alejado de bulla, detenido en el
tiempo. Muy de tarde en tarde un ciclista solitario se aventura por esas soledades a sólo minutos del centro de Penco.
Al cabo de unos mil quinientos
metros de marcha desde la entrada, se llega a una explanada con
el aspecto de un parador rodeada de árboles. El estero, que nos viene acompañando desde el
comienzo, ahora se abre a la derecha en un pequeño recodo, por eso debemos cruzar un puente de madera. El lugar es ideal
para hacer picnic, sólo que efectivamente los usuarios no se preocupan de la
limpieza, abandonan sus basuras ahí mismo. Los visitantes no recogen y se llevan lo que botaron. Tal
es la causa de la cantidad de ratones de la que nos advirtieron a la entrada. Pero, no vimos ninguno.
Aguas cristalinas en el curso superior del estero Penco. |
Luego de recorrer el parador y
comprobar lo apacible de la sombra y del remanso, es hora de volver. Me
informan que se puede seguir adentrándose siguiendo el camino que continúa por la
quebrada. El regreso hacia el punto de partida tiene un ingrediente a favor: el
sol que cae nos golpea de frente. Sus potentes rayos se filtran entre los pinos y
su luz recorta la silueta de los árboles nativos, que aún quedan al borde del camino. Si
usted acepta la invitación de recorrer Coihueco no haga como muchos, no
ensucie, llévese todo lo que no le sirve para que cuidemos lo que todavía nos ofrece
el fundo.
El sol del final del día se filtra entre los pinos del fundo Coihueco. Atractivo aspecto del lugar que hemos llamado "el parador", un sitio ideal para picnic junto al estero. |
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