Una plantación de caña de azúcar. Imagen referencial tomada de Internet. |
La historia no lo
menciona con fuerza, pero Chile intentó convertirse en un país productor de
azúcar de caña para dejar de depender de los vaivenes de los mercados
internacionales de ese producto. La CRAV, con sus plantas refineras de Penco,
Viña del Mar y Valdivia, desarrolló un proyecto para cultivar caña de azúcar en
nuestro territorio. Para este propósito CRAV eligió la provincia de Coquimbo, donde arrendó
un predio que estimó adecuado y encargó el plan al experto A.C.
Johansen. Se usaron las mejores técnicas para conseguir que plantas de caña
crecieran en esos terrenos. No hay datos acerca de cuánto se avanzó en este proyecto, en términos de
resultados. Sin embargo, la memoria de la compañía informa en su revista
oficial de 1933 que en vista de los magros frutos que se obtuvieron del
conjunto del proyecto desarrollado por Johansen, se decidió cerrar el capítulo en 1928.
La misma publicación añade, a renglón seguido, que más tarde en virtud de
acuerdos para intercambios de productos con Perú compensaron con creces el
escaso éxito conseguido en este intento de producir caña de azúcar chilena.
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