Aspecto de la reunión de la Sociedad de Historia de Penco, vecinos y estudiantes en defensa del patrimonio de la ciudad. Se dirige a los presentes Boris Márquez Ochoa. |
En el mediodía del sábado 31 de octubre de 2015, vecinos, estudiantes, profesores, dirigentes vecinales, y sobre todo ex refineros, sus hijos, nietos y bisnietos, hicieron un alto en el rutinario trajinar por la calle de acceso al Recinto Refinería, para revalorizar el patrimonio industrial de Penco, atendiendo a que en nuestra ciudad histórica, escasean los espacios e inmuebles que refrenden tal condición.
Es cierto, contamos
con el fuerte La Planchada, testimonio del pasado colonial; pero a excepción de
este monumento, y tal vez, el Boldo de la Ermita; no existe de ellos una real
conciencia ciudadana, de lo relevante que son los inmuebles que dan cuenta del
pasado de nuestro Penco, particularmente de la ciudad vinculada a los procesos
de industrialización. De ese Penco obrero, el que fue germen de la movilidad
social, que hoy muestra generaciones de técnicos y profesionales, descendientes
de hombres y mujeres que sentían una identificación tal con su empresa, que la
vida giraba en torno a ella misma. De ese Penco, ya perdimos lo que fueran las
oficinas de Fanaloza, de calle Infante esquina Cochrane, al igual que su la
sala de ventas. De la historia locera, quedan sus poblaciones, Juan Díaz y
Facundo Díaz, parte de las instalaciones de la Fábrica y, por la meritoria
labor sus dirigentes, el remozado Gimnasio del Hogar Sindicato Industrial
Fanaloza, frente al rio.
De la historia
Refinera, el recinto de Roberto Ovalle N°1, marca la ubicación de lo que fueran
las oficinas, desde las cuales se dirigieron los destinos de la Planta Penco,
de la Refinería de Azúcar de Viña del Mar; desde ese inmueble, sus máximos
ejecutivos marcaron un transitar de éxitos que sólo acabó, cuando las fuerzas
del mercado, ajenas de afectos, dieron fin a los sueños, a la orgullosa vida de
trabajo, poniendo en jaque un sistema de vida asociado inseparablemente a la
fabrica. El duelo ha sido largo, el 2016 se cumplirán 40 años, y durante estas
décadas, las ex trabajadoras y ex trabajadores, sus familias, y todo Penco,
mantuvieron retazos de la identidad refinera. De los espacios emblemáticos, se
perdió el estadio (llamado “El Fortín” en épocas de gloria) y con dolor, con
frustración, vimos como una de las víctimas del terremoto del 2010, fue el
gimnasio y lo que quedaba del cine Crav.
Otro ángulo de la reunión convocada por la SHP y al fondo el edificio de la ex administración de la Refinería. |
El ex edificio refinero en plena fase de desmantelamiento. |
Por ello, nos hemos
conmovido ante la escena de ver cómo se va desmantelando la techumbre de las ex
oficinas, un paso previo a la muy probable demolición del lugar. Hemos dado una
voz de alerta, y en esto la Sociedad de
Historia de Penco, ha recogido el sentir de diversas organizaciones sociales,
que reúnen a ciudadanos involucrados con el sano y armonioso desarrollo de la
ciudad. Nos llama la atención cómo en otras ciudades conviven los desarrollos
inmobiliarios, en sintonía con los elementos arquitectónicos identitarios de
las comunidades en donde se insertan los proyectos.
Vemos con sana envidia
a ciudades cercanas, como Lota, que cuenta con una decena de Monumentos
Nacionales, todos ellos motivo suficiente para visitar la comuna minera, lo que
implica desarrollo económico y social. Los lotinos, desde hace mucho, han
comprendido que el patrimonio es una oportunidad para la modernidad, y no un
estorbo.
Por tanto, invitamos a
reflexionar sobre qué estamos haciendo en Penco, para hacer la adecuada y
virtuosa mixtura, entre el ayer y el hoy. Y muy probablemente deberemos también
hacer un mea culpa, respecto a qué tan responsables somos de no haber comenzado
a promover antes estos conceptos. En fin, la herramienta que nos queda es
pronunciarnos, a través de los medios con que contamos hoy, y en ese sentido,
lo que hicimos el sábado 31 fue una muy gratificante experiencia.
En pocos días,
logramos coordinarnos con los dirigentes de las Juntas de Vecinos Recinto Crav,
Roberto Rossi y Los Radales, contando además con la muy voluntariosa
colaboración de la Directora de la Escuela República de Italia, Sra. Cecilia
Gallegos, quien nos facilitó la energía eléctrica, sillas y mesas. Así, entre
todos, pudimos llevar a cabo una muy significativa convocatoria ciudadana, que
contó con la exposición del Director de la Galería de la Historia de
Concepción, investigador y escritor de la historia de Penco, quien dio contexto
a ésta actividad con la Conferencia "Penco: Perspectivas históricas para
la valorización del patrimonio industrial". Gran oportunidad nos
dio Boris, de ir paso a paso sopesando lo que Penco ha sido como polo
industrial, y de la tarea que tenemos por delante para enaltecer este legado.
Así lucía el edificio ese sábado luego de años de abandono. |
Junto con los
representantes de las juntas de vecinos, también se hicieron presentes
directivos del Liceo Pencopolitano, de
las escuelas República de Italia y Jorge Montt; llamando la atención la
presencia de alumnos luciendo su uniforme, dando cuenta del respeto con que se
tomaron la asistencia a esta jornada. Son ellos precisamente los que recibirán
como herencia, lo que los adultos de hoy seamos capaces de preservar.
Mario Fuentealba, un
autodidacta coleccionista de piezas y documentos de la historia refinera, una
vez más puso a disposición del público, su amplia muestra de objetos que alguna
vez fueron parte fundamental de la actividad fabril. Se emocionó al recordar los tiempos en que el
mismo fuera un operario de Crav, trabajo que tomó en sus años mozos, casi como
refrendado la herencia paterna que significó para él la figura de su padre, Don
René Fuentealba, el eterno conductor de la micro que los estudiantes de ayer,
que hoy peinan canas, recordarán con afecto.
También hizo uso de la
palabra María Lorena Poblete Bustos, recordando sus años de infancia, y de
correrías por el barrio, con su padre refinero. Abogó también porque el
inmueble tenga un mejor destino que el de ser demolido, sentimiento compartido
por todos quienes concurrimos a este noble acto de reivindicación de la memoria
de un pueblo.
Otro aspecto de la reunión de la SHP. |
También queremos
agradecer la cobertura brindada por el Centro Cultural Pencopolitano, quienes
tienen la administración de la Radio Comunitaria de Penco (FM 107.9), Asistieron
parte de sus socios, y transmitieron segmentos de la actividad, hicieron
entrevistas sacadas en directo al aire, para que el resto de la comunidad
supiera lo que sucedía en el Barrio Refinería, a esas horas del mediodía.
Igualmente agradecer
la cobertura de este mismo Blog, del periodista Nelson Palma, quien además de
pertenecer a los registros de nuestra Sociedad de Historia de Penco, es un
ávido difusor de lo que ha pasado, lo que está pasando y lo que está por
suceder en Penco... gracias Nelson.
Finalmente, señalar
que actividades como esta no son más que la ratificación, del profundo interés
que nuestros coterráneos van manifestando en la revalorización del patrimonio;
y que por lo mismo, las autoridades competentes, deben estar un paso más
adelante en salvaguardarlo, haciendo convivir los nuevos proyectos de
modernización, con la preservación y dignificación de estos espacios, que como
ya indicáramos, para otras ciudades son verdaderos tesoros, y por tanto,
protegidos mediante alguna norma.
En estas líneas proponemos crear la categoría de Monumentos Históricos Comunales.
Puede ser un primer avance, creemos, en poner a resguardo y revalorizar lo poco
que nos va quedando de los inmuebles
patrimoniales pencones.
Jaime Robles Rivera
Presidente de la
Sociedad de Historia de Penco
Diplomado en Patrimonio Regional, U. de Concepción.
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