jueves, diciembre 08, 2016

EJEMPLO DE BENEVOLENCIA EN UNA ESCUELA DE PENCO

Un curso de la Escuela N° 31 de Penco en los tiempos del episodio desarrollado en el presente post. Al centro, el director Amulio Leyton y el subdirector Miguel González. La foto fue cedida por el profesor Rosauro Montero.
            El propósito de la ley natural es permitir que las cosas alcancen su plenitud y la acción de favorecer su cumplimiento se llama benevolencia 1. Sin embargo, muchos tienen la idea que ley es prohibición y por tanto, sanción. Pero, no es necesariamente así. Manuel Suárez, de la Sociedad de Historia de Penco, me contó una experiencia que bien podría servir de ejemplo de la más espontánea y pura forma de benevolencia.
           Ocurrió en los años en que él fue alumno de una escuela local. Y a las escuelas, sabemos, concurrían niños de distintos estratos sociales. El establecimiento exigía que cada cual llegara a la sala con los útiles mínimos para tomar apuntes de la clase. Pues bien, aquel día del relato de Manuel, uno de los niños se presentó sin su lápiz (de madera y grafito) que la escuela le había entregado un par de días antes. El alumno, que provenía de una humilde familia de pescadores, lo había extraviado. Desamparado y muerto de timidez frente a su profesora no supo qué responder. Ella lo miró fijamente sabiéndose, a su vez, observada por el resto del alumnado. Con el fin de sentar precedente sobre el correcto sentido de la responsabilidad, le impuso el duro castigo de irse de la sala.
       El curso guardó silencio mientras el aludido  comenzó a ordenar sus pocas cosas para abandonar la sala, compungido en una humildad extrema y sin tener un solo argumento para apelar a la sanción. Y ocurrió que, mientras la profesora regresaba a su pupitre, el compañero de banco del afectado tomó una decisión relámpago: quebró su propio lápiz en dos y le pasó una mitad al aludido. Y entonces dijo en voz alta: “señorita, señorita, Pedro tiene lápiz, estaba entre sus cuadernos…” La profesora volvió, comprobó y Pedro pudo continuar en la sala.
          Sin saberlo, el compañero de banco ayudó a que se cumpliera la ley natural de cada individuo. Esto fue que su amigo no perdiera al menos una oportunidad en la vida para avanzar, igual que el resto, hacia el logro de su plenitud como persona. Según lo dicho al principio, al hacerlo de esa manera aquel alumno actuó en el marco de la absoluta benevolencia. 
       Es igualmente importante entender las connotaciones, benevolencia es parecida a caridad y a compasión. Esta última «es para el filósofo Francis Hutcheson un ‹instinto promotor› del bien ajeno y constituye el fundamento del sentido moral» 2.
        Este ejemplo notable se supo y se comentó incluso muchos años después de haber ocurrido en distintos círculos sociales de Penco.
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    Fundamentos de Antropología; Yepes, Ricardo; Aranguren, Javier.               11.1. Noción de ley y sus clases.
2     Diccionario de Filosofía, José Ferrater Mora.

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