El Chenko y su señora, Juanita Figueroa, de paseo en la playa de Penco una tarde de la primavera de 2015. |
Llegó a nuestra ciudad de niño, cuando su familia se mudó de
Yungay, en la provincia de Ñuble. Primero, los Muñoz Soufflet arrendaron unas
habitaciones donde Camarena en calle El Roble. Pero, cuando les pidieron la propiedad, la jefatura del antiguo hospital pencón le cedió temporalmente un espacio del recinto que no se usaba para atenciones médicas para acomodarse de emergencia, mientras les entregaban su
casa en la nueva población Perú que
estaba a punto de ser inaugurada. Don Óscar, su padre, trabajaba un camión y su
madre, la señora Zaida, era matrona de los servicios de salud de Penco. Chenko
es el tercero de once hermanos.
Nació en Tinguiririca, San Fernando en 1943. Su familia sufrió un impacto
fuerte en 1947 cuando el gobierno de González Videla, durante la persecución de
los comunistas, relegó a su padre a Pisagua. Entonces a la señora Zaida
Soufflet la derivaron a Yungay, donde sola debió mantener a sus hijos. Ella
era matrona de profesión, hija del agregado militar de la Embajada de Francia
en Santiago, Charles Soufflet, quien se casó en Chile con Águeda Ramírez Atria, proveniente de una
familia acomodada de la capital.
La señora Zaida Soufflet y su hijo Chenko, con uniforme de conscripto del Regimiento Silva Renard. |
FUE UN GUÍA DE NIÑOS Y JÓVENES PENCONES
"Me formé en la universidad de la calle", dijo el Chenko en una oportunidad a nuestro blog. |
Ex scouts de Penco recuerdan al Chenko dirigiendo las
patrullas a su cargo por los cerros de Primer Agua, Cieneguillas o las
desconocidas quebradas del cerro Copucho. Se sabía todas las canciones
escautivas que él enseñaba a sus dirigidos. Marchar detrás del Chenko
explorando el monte con pantalones cortos, bototos y sombreros era ir cantando… “aún, sin sol… nos vamos
todos de excursión; con esperanza amor y fe…”
HA SIDO UN CATÓLICO PRACTICANTE
El Chenko está dotado de un liderazgo natural.
Tiene sentido de autoridad siendo él una persona de comportamiento humilde. En los tiempos de los scouts supo corregir a sus dirigidos con discreta prudencia (he citado aquí a San Agustín). Estas
dos características despiertan el cariños de quienes han estado cerca suyo en
el desempeño de trabajos o en actividades deportivas. Es un hombre franco,
afable, sin dobleces ni posturas. Su lealtad no conoce límites por eso su vida
modesta ha sido fructífera y se ha granjeado el reconocimiento de todos.
El Chenko, a la izquierda, con el equipo de Coquimbo CRAV. |
Aquí nuestro Chenko viste la camiseta N° 8. |
UN ATLETA POR NATURALEZA
De complexión delgada y atlética, el Chenko practicó
todos los deportes: futbolista, basquetbolista, atletismo, salto alto, boxeo,
remo… Como trabajador de la Refinería de Azúcar, defendió los colores del
Coquimbo CRAV en el campeonato regional; integró también el quinteto del
Carvallo en las competencias locales de básquetbol. Subió tantas veces a los
cuadriláteros para boxear con un estilo rápido, eficaz y de gran técnica. En
las olimpiadas que celebraban las industrias de Fanaloza y la Refinería, para
canalizar la “rivalidad” que existía entre ambas, competía en remo, atletismo.
Integraba los equipos que tiraban de la cuerda y hasta entre quienes
participaban en las divertidas carreras de ensacados. También trabajó en
Fanaloza por lo tanto jugó en el equipo de esa industria desde el primer
momento de su incorporación.
Con el equipo de remo de la Refinería de Azúcar. |
Campeón en la carrera de ensacados. |
En años recientes se dedicó a dar clases de boxeo, en este
sentido, a sus pupilos les hacía ver que lo mejor era seguir el camino sano del
deporte, para no caer en el alcohol o en la droga. Cumplía esta dedicación con
un profundo sentido social. Quienes siguieron sus enseñanzas reconocen en él
todo lo aprendido y lo que les ha servido en la vida.
LAS ENFERMEDADES...
El Chenko no goza de buena salud, en especial a partir de 2012, pero ahí está luchando. Hace un par de
días asistió a la iglesia de Penco junto a su esposa Juanita Figueroa Fernández
para celebrar sus bodas de oro, cincuenta años de matrimonio, evento que ha
sido ampliamente difundido a través de las redes sociales.
Manuel Suárez, tesorero de la Sociedad de Historia de Penco; Chenko Muñoz; y el autor de esta nota. |
Juanita nos informa que cada día ella recibe a los
menos veinte llamados telefónicos de gente que quiere saber el estado de salud
del Chenko, sin contar los que van personalmente a la casa a imponerse de su
estado. En una conversación con este blog, nos dijo: “Son días de puras
emociones, de lágrimas no de tristeza, sino de alegría por el reconocimiento de
tanta gente, de quienes lo conocen, que lo quieren y que le desean fuerza para
sobrellevar esta enfermedad”.
Juanita Figueroa y Chenko Muñoz este diciembre de 2016, en la celebración de sus bodas de oro en la iglesia de Penco. (Foto de María Verónica Roa Durán, tomada de Facebook.) |
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