martes, febrero 05, 2019

LAS CONVERSACIONES (IGNORADAS) DE LOS HOMBRES DE PLAYA NEGRA HACE 4.200 AÑOS

Los hombres de Playa Negra, en la desembocadura del río Andalién. 
(Fantasía recreada para ilustrar este relato).

Texto:          Nelson Palma
Producción: Manuel Suárez
               
          Hubo seres humanos que habitaron los cerros de Playa Negra hace 4.200 años (que hemos narrado en otro post*) y cuyos antecedentes los conocemos por un informe científico publicado en la revista Magallania (2007) de la Universidad de Punta Arenas por los arqueólogos que trabajaron en la investigación, la que se efectuó en unos conchales hallados fortuitamente durante la construcción de la carretera interportuaria en un lugar del lado norte de la ruta entre la loma del peaje y el puente La Ballena sobre el río Andalién.
               Este verano  visitamos el área en compañía de José Vergara, artista plástico de Penco, conocedor del tema, y Manuel Suárez, miembros de la Sociedad de Historia de Penco. José nos indicó el lugar exacto donde están los conchales, pero que por protocolo luego de la investigación el punto de interés científico fue tapado y hoy permanece cubierto de vegetación.
JOSÉ VERGARA
           «En esa remota época prehistórica, la gente que estuvo acá disponía de pescados, mariscos, tenía aves, huevos, seguramente roedores también, frutas silvestres. Para ellos éste era un lugar muy especial para vivir. Tenían todo a la mano», nos informa Vergara quien además durante la investigación conversó con el equipo de arqueólogos sobre los hallazgos .
               Según el informe de los científicos y lo que Vergara habló con ellos, más algunos detalles y una que otra conjetura, los moradores de los cerros, quienes en temporadas bajaban al plan para conseguir alimentos, dedicaban también parte de su tiempo a la fabricación de herramientas líticas (de piedra) tales como lastres para redes o puntas de flechas. Ese rincón, en la base del cerro, al abrigo de los vientos, era una fábrica de los elementos de trabajo imprescindibles para la recolección, la caza, la pesca y la defensa.
José Vergara indica el lugar de las excavaciones junto al lado norte de la carretera interportuaria.
              A esta conclusión llegaron los científicos luego de excavar y escarbar en el conchal y de someter a análisis de laboratorio los restos considerados de interés. Pero, quedan enormes lagunas sobre otros aspectos importantes en la interacción de aquellos seres humanos primitivos de Playa Negra. Por ejemplo, ¿qué lengua hablaban?, ¿cuáles eran sus dioses? Y José Vergara añade más preguntas: ¿manejaban algún tipo de escritura? o ¿tuvieron alguna inclinación al arte? ¿cantaban?
               Pero, ahondemos un poco más en estos vacíos que nos intrigan: para relacionarse necesitaban una lengua, no hay otra forma. Así, si uno de ellos, que las oficiaba de maestro y estaba ocupado en hacerle un agujero a una piedra para lastre de pesca, ¿cómo pediría ayuda a otro hombre de la comunidad en su tarea que le podía tomar meses? «Ahora te toca continuar a ti», por ejemplo, debió expresarlo. O, «Voy a dejar  mi piedra aquí y retomaré la tarea en unos días más», ¿de qué manera pudo transmitir esa idea al resto para que los otros no tocaran su material de trabajo? O, también si quería pedir prestado uno de esos lastres de red debió decir: «Amigo, por favor, présteme esa piedra para ir a pescar y yo se la devuelvo mañana». Para ese tipo de interacciones propias de un grupo humano necesitaron comunicarse…
Una herramienta lítica, piedra agujereada en el centro.
(Museo de la Historia de Penco).
               Una lengua se expresa de dos maneras: la voz o la escritura**, o ambas. ¿Usaron algún código con significación compartida para decirse cosas, por ejemplo «mañana», «hace un año», «ayer hubo una linda baja marea». Se necesita el lenguaje. En ese aspecto no sabemos mucho de los hombres de Playa Negra, aparte de lo que comían. Hoy en día, para trabajar en descifrar todo eso basta con observar y agregar un relato coherente. Nada más. Debemos respetar la memoria de esas comunidades. Como seres humanos del siglo XXI, con idiomas, tecnologías, satélites, organizaciones sociales, entrometernos en aquel mundo remoto para opinar cómo eran sus vidas y hasta juzgar sus costumbres o sus creencias sería injusto, por todos los avances que tenemos. Sin contar con que su presencia aquí tuvo una trayectoria en el tiempo bastante más larga que nuestra corta historia.
            Y para cerrar estas reflexiones in situ, José Vergara nos dice: «Sólo ellos podrían juzgarnos a nosotros: ‘Miren lo que han hecho con nuestra madre tierra, cómo han destruido esto que les heredamos’. En cambio, nosotros en nuestros días no tenemos derecho a decirles nada, salvo presentarles disculpas y hasta ruborizarnos porque tendrían toda la razón».
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* Post anterior:
https://penco-chile.blogspot.com/2018/05/habitantes-primitivos-de-penco-basados.html

**La ciencia aún no descifra si la primera lengua fue voz o escritura. (Bertrand Russell).
José Vergara, a la derecha, conversa con el autor de este post, cerca del conchal de Playa Negra. (Foto, Manuel Suárez.)



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