ABEL SOTO |
NOTA DE LA EDITORIAL: El vecino de Penco de toda una vida, Abel Soto, ex empleado de ex Cosaf, nos ha hecho llegar este material de su autoría y que publicamos in extenso. Incluye la trayectoria marítima, portuaria e industrial de Playa Negra, muchas veces desconocida y también antecedentes sobre el puerto de Lirquén Una copia de este texto está desplegada en un marco en la sede de la administración de la ex Cosaf en Penco. En nombre del equipo agradecemos la colaboración que, además, proviene de una persona amiga de la Historia y seguidora de nuestro blog.
En 1891 la compañía comercial
inglesa Duncan Fox se instaló en el sector sur poniente de Penco, llamado Playa
Negra, por el color gris-pardo de sus arenas. Aquí la empresa edificó bodegas
para almacenar principalmente granos y construyó
un muelle de madera de unos 250 metros de largo con el fin de comercializar
dichos productos en otras zonas del país y también en el exterior. La mayor
parte de los granos correspondían a trigo, avena, cebada, lentejas, porotos y
otras legumbres, provenientes de la agricultura de la zona. También se comenzó
a embarcar harina de trigo elaborada por el molino El Globo que al poco tiempo
se instaló en el mismo lugar. El mayor volumen de los productos llegaba al
puerto vía ferrocarril que había sido inaugurado el 24 de noviembre de 1889. La Duncan Fox se
involucró en la tarea construir el tendido ferroviario Concepción–Estación
Playa Negra.
A fines de la década del 1930
las instalaciones fueron adquiridas por la Compañía Chilena de Bodegas y
Muelles, quienes siguieron ejerciendo la actividad marítima y portuaria hasta
el año 1941, cuando un fuerte temporal de viento y lluvia azotó la zona y
provocó que la motonave “Perú”, de bandera chilena, cortara sus cadenas
quedando a merced de la borrasca, lo cual causó su violenta colisión contra el
muelle y su posterior varamiento.
Ambos actores sucumbieron ese día, el muelle fue destruyéndose más
y más con el tiempo, al grado de desaparecer por completo, no dejando evidencia
de su existencia; sin embargo, la motonave “Perú”, sepultada en las arenas, se
deja ver, como mudo testigo de lo acontecido, quizás para disculparse por el
daño provocado, o para tratar de explicar lo ocurrido a quien le observe desde
la playa.
NACE LA COSAF
En 1955 don Alfonso Ardizzoni Quezada, encabezando un grupo de nuevos
visionarios, no quisieron que las instalaciones existentes en el lugar terminaran
en ruinas y crearon la Compañía Sud Americana de Fosfatos S.A. (COSAF S.A.). La
empresa se dedicó a la elaboración y comercialización de fertilizantes, con la
idea fija de construir un muelle nuevo que le permitiera descargar sus materias
primas, proyecto que se concretó el mes de junio de 1971. Entonces, la motonave
“Grand Justice” desembarcó 14.000 toneladas de roca fosfórica, reactivando las
tareas marítimas y portuarias del pueblo de Penco, actividades de nuestros
antepasados con los muelles de Duncan Fox y de la Refinería de Azúcar de Viña
del Mar (CRAV PENCO), ubicado este último en la prolongación de la calle
Talcahuano, con sus bodegas en el mismo sector. El muelle refinero que tampoco
existe fue destruido por otro temporal en 1945. Con el tiempo, las bodegas cedieron
su espacio a la ampliación del Liceo Pencopolitano.
La Capitanía de Puerto de Penco, que estaba en la primera cuadra de la
calle Membrillar, resultó dañada totalmente por el terremoto de 1960 razón por
la cual sus instalaciones se trasladaron a Lirquén, único lugar con actividad
marítima portuaria de la comuna durante esa década.
LOS EMBARQUES POR LIRQUÉN
En esa localidad, la Compañía Carbonífera de
Lirquén operaba un muelle para sus embarques de carbón en lanchones. Ese combustible sólido provenía de la explotación de las minas de Lirquén y Cerro Verde. En 1953 la empresa alargó
su muelle para permitir el atraque de las naves y poder embarcar de una manera
más rápida, dado que antes esa operación se efectuaba por medio de los ya mencionados lanchones, los que se cargaban junto al muelle y los remolcaban al lugar de fondeo del barco. El año 1955, el muelle se transformó
en puerto comercial, cuando la Compañía de Azúcar de Viña del Mar (CRAV PENCO),
comenzó a desestibar su materia prima, llamada
azúcar cruda, producto natural proveniente del cultivo de la caña de azúcar.
La COSAF también se sumó a los desembarcos en Lirquén trayendo por ese terminal
la roca fosfórica, usada como insumo en la elaboración de fertilizantes.
Ese mismo año las sociedades Forestal
y Carbonífera Lirquén, dieron paso a la creación de la empresa Muelles y
Bosques S.A. que en 1958, luego del cierre de la mina de carbón, se reconvirtió
a la explotación en mayor escala del muelle e inició los embarques de madera
aserrada de la Sociedad Agrícola y Forestal Colcura S.A. El año 1982, la
empresa adoptó su nombre actual: Puerto de Lirquén S.A. (PL S.A.).
El muelle fue alargado en otros 250 metros en 1984, agregando otros 2
sitios de atraque y reemplazando de paso antiguas estructuras de madera por
hormigón. En 1996 se construyó el segundo muelle en el sector cerro la Tosca, montículo que
se había formado por el material inerte extraído de las galerías de la mina de
carbón, pero que debió removerse para generar los actuales patios de acopio de
PL.
Parte del tendido del muelle de la ex Cosaf. En primer plano, un cisne nada plácidamente. |
DESEMBARCO DE GRANELES
Prosiguiendo con el motivo principal y que dio
origen a esta simple nota, me permito añadir que la ex COSAF S.A. en 1990 dio
paso a la formación de MUELLES DE PENCO S.A.,
actual propietaria del muelle de Penco. A contar de esa fecha la nueva administración y sus accionistas se propusieron un Plan de
Desarrollo para las Instalaciones Marítimo Portuarias, dentro de las cuales rondaba el viejo sueño de volver a embarcar granos. Para ese propósito se
invirtió en equipos que permitieran a los sistemas de correa transportadora funcionar
en ambos sentidos, y con ello lograr embarcar y desembarcar graneles sólidos,
complementados por la construcción de 4 silos de almacenamiento de granos, con
capacidad para recibir 15.000 toneladas.
Extremo del muelle pencón a unos 1.800 metros de la playa. |
El 3 de agosto de 2005, siendo las 19:15 horas el sueño y esfuerzo se vieron coronados
cuando la motonave “Balsas 52” de bandera panameña estibó la carga de avena pelada,
proveniente del cliente molino El Globo. Dicho producto se usa para la
elaboración de Avena Quaker. Las 6.200 toneladas embarcadas en Playa Negra en
esa oportunidad tenían como destinos 2 países sudamericanos. Tal fue un hito
importante en el nuevo uso del muelle. De ese modo, la paciente esperanza de poder nuevamente embarcar granos al
exterior, y que bruscamente interrumpiera la motonave “Perú” allá por los 40, se
había convertido en realidad, gracias al trabajo y aportes de muchos. Pero, quiero destacar
como ícono de este proceso a don Alfonso Ardizzoni Martín, presidente de Molino
El Globo, accionista de Muelles de Penco S. A., e hijo del forjador y constructor
del muelle de Penco.
Estas simples líneas sólo pretenden abrir una página olvidada de la
historia, y que el mantenerla abierta,
será siempre digno, para no olvidar los orígenes y la gestión de nuestros antecesores.
(Revisión de estilo del texto original: Nelson Palma).
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