viernes, mayo 03, 2019

CAMIONES FRANCESES DE PELÍCULA PROTAGONIZARON SU PROPIA "PELÍCULA" EN PENCO

Los conductores de un camión Berliet de Cosaf, José Herrera Osses y Víctor Godoy, posan junto a su máquina, la N° 9 en el Salto del Laja, de regreso a Penco luego de realizar una entrega de fertilizantes  a clientes en el sur de Chile.  Los camiones eran de color ocre.
(Fotografía de Abel Soto).

          Mi amigo Abel Soto, que conoció la Cosaf como ninguno, me entregó una detallada información de los camiones franceses Berliet que transportaron por años la «fosforita». En una nota escrita por él y que se despliega a continuación, se rinde tributo a los hombres de Penco que operaron esos camiones, máquinas enormes, de gran tonelaje, que llegaron a formar parte por años de la fisonomía urbana de Penco con sus ruidosos motores Diesel y esa presencia imponente.
          Uno de los choferes de estos gigantescos vehículos era el «Gitano», de gran físico también, acorde con la fisonomía de los camiones. En los veranos era un cuadro clásico ver al “Gitano” conduciendo su Berliet por calle Freire, con las ventanillas abajo y sus dos muñequeras de cuero. Parecía un actor de cine tipo «Espartaco» luciendo sus lustrosas protecciones en los antebrazos. La lista de los conductores y mecánicos de esos equipos franceses los incluye más abajo Abel Soto en su nota.
El actor Jean Paul Belmondo observa a su pasajera Andrea Parisy, en la cabina de su camión Berliet. La escena corresponde a la película «100 Mil Dólares Bajo el Sol» que se exhibió en Penco en 1964, cuando los vehículos Berliet eran una imagen familiar en la comuna.
         A fines de 1964, se exhibió en el teatro de la Refinería, la película francesa de acción «100 Mil Dólares Bajo el Sol», con las actuaciones de Lino Ventura y Jean Paul Belmondo, cuya trama se desarrollaba en el desierto de Marruecos. La producción fue una auténtica monografía de los camiones Berliet, mostrando todas sus virtudes y capacidades de fuerza y velocidad. Durante una secuencia de persecución y carreras de dos de estas máquinas a través de las arenas del norte africano, iguales a las que transitaban por Penco, había gente «que echaba la talla» en la galería del teatro: «¡Dale 'Gitano', que a ti no te la gana nadie. Dale, dale, dale!» Los cinéfilos pencones, al salir del teatro, se encontraban con los Berliet de Cosaf, pero sin la bella Andrea Parisy a bordo, ésa que acompañaba a Belmondo. Tal era la «película» de la rutina de cada día en Penco, con los camiones circulando por ahí pero que nada tenía que ver con el filme francés. La cinta fue postulada a la Palma de Oro, del Festival de Cannes, pero no alcanzó el galardón. Y cómo pretendería ganarlo con un argumento pueril y más publicidad de vehículos de carga que contenido... 

          La flota de Berliet pasaba todos los días con su carga de fosforita, cubierta por una lona. Sin embargo, el material en forma de arenisca caía a la calzada y se acumulaba en las cunetas. Algunos recogían eso y lo llevaban a sus huertas. Es probable que hayan sido los únicos camiones de esa marca que operaron en Chile. Berliet tenía su factoría en la ciudad francesa de Lyon. Esa empresa inició la fabricación de automóviles, buses y camiones a escala comercial en 1901, la que se prolongó hasta 1974, cuando fue absorbida definitivamente por la actual marca Renault.
          Pues bien, para terminar esta nota y antes de leer el texto preparado por Abel Soto,  volvemos al personaje «El Gitano», un hombre popular en Playa Negra por su carácter y la excentricidad de sus muñequeras de cuero, que lucía con orgullo al mando de su Berliet. De las personas consultadas sobre este conductor tan especial, recuerdan su apodo de «El Gitano», pero nadie retiene hoy en la memoria su nombre verdadero. Seguiremos averiguando…
En la fotografía se observa parte del equipo de mantenimiento de la flota de Berliet en Playa Negra. De cotona blanca está don Miguel Parra; sobre la pisadera del camión se ve a don Guillermo Salazar; al centro, de buzo, don Sebastián Rebolledo «don Chabita» y a la derecha está don Jorge Garrido. Entre ambos se ve un tractor Benotto, de Cosaf y más atrás 2 camiones Berliet.
(Fotografía de Abel Soto). 

CAMIONES BERLIET RUGIERON 
EN PENCO

Por Abel Soto Medina


           Entre los años 1956 y 1970 la empresa Cosaf para acarrear su materia prima denominada roca fosfórica o fosforita ─que se traía vía marítima desde África y se descargaba en el Puerto de Lirquén─ tuvo que disponer de 4 camiones tolva de alto tonelaje para la época.
            Su maciza estructura los hacía verse imponentes en su andar entre Lirquén y Penco. Cada viaje transportaban  unas 20 toneladas eran de fabricación francesa y su marca Berliet, todo ello por la cercanía  con la empresa de la misma nacionalidad la «Compagnie  Nord Africaine de LHyperphosphate Reno», que aportó maquinarias y tecnología a Cosaf. Para hacer una comparación de camiones podríamos volver la memoria a esos tiempo y decir que en Penco  Don Abraham Retamal, comerciante y Rotario de la comuna, tenía un camión Ford de color Rojo con una capacidad de 6 toneladas que disponía para sus negocios. También la gente recordará  que el vehículo de carga se improvisaba para viajar  a Yumbel cada 20 de enero para pagar mandas a San Sebastián. Una situación similar ocurría con el camión propiedad de don Mario Zúñiga. Al compararlos físicamente, su diferencia era muy notoria,  situación que hacía aún más grande el impacto visual al ver a los Berliet, que se dejaban admirar en sus recorridos de trabajo.
          El año 1971 al inaugurar Cosaf su Muelle Mecanizado y descargar a través de él su materia prima llamada fosforita, los Berliet terminaron así su labor cumpliendo plenamente su función y se enajenaron, quedando solamente los 4 de la 2da partida ya que éstos eran de carrocería plana y con remolque. Así continuaron en tareas de distribución de fertilizantes a clientes en  los campos al sur de Concepción.
Los camiones de Cosaf tenían el mismo aspecto, incluso el color era igual, de la máquina que aparece en esta fotografía de Internet. Berliet tiene un museo de sus vehículos del siglo XX en Lyon, Francia.

            El tiempo de funcionamiento de estos camiones se debe a sus buenos choferes y a los mecánicos de mantención. Como estas máquinas fueron importantes en el funcionamiento de la empresa hemos querido dedicarle  estas palabras y también a través de ellas queremos recordar a los varios de sus conductores y mecánicos que hicieron posible operar y mantener estos equipos petroleros, nos referimos a:
            Oscar Rivas y su hermano, Arturo Ríos, José Herrera Osses, Víctor Godoy, Oscar Ramírez y su padre, Américo Riffo Labraña, y el «Gitano», un  personaje  por su físico y porque usaba una muñequeras de cuero; pero que no pudimos recordar su nombre, Augusto Poblete, Jorge Garrido, Guillermo Salazar. Muchos de los nombrados ya no están con nosotros, por tanto sea este texto un recuerdo en su memoria y a los que quedan un reconocimiento.
                             (Abel Soto Medina, un aficionado de la historia).

Revisión de estilo: N.P.





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