Mi
amigo Abel Soto, que conoció la Cosaf como ninguno, me entregó una detallada
información de los camiones franceses Berliet que transportaron por años la «fosforita». En una nota
escrita por él y que se despliega a continuación, se rinde tributo a los
hombres de Penco que operaron esos camiones, máquinas enormes, de gran
tonelaje, que llegaron a formar parte por años de la fisonomía urbana de Penco
con sus ruidosos motores Diesel y esa presencia imponente.
Uno
de los choferes de estos gigantescos vehículos era el «Gitano», de gran físico
también, acorde con la fisonomía de los camiones. En los veranos era un cuadro clásico
ver al “Gitano” conduciendo su Berliet por calle Freire, con las ventanillas
abajo y sus dos muñequeras de cuero. Parecía un actor de cine tipo «Espartaco» luciendo sus lustrosas protecciones en los antebrazos. La lista de los
conductores y mecánicos de esos equipos franceses los incluye más abajo Abel
Soto en su nota.
A
fines de 1964, se exhibió en el teatro de la Refinería, la película francesa de
acción «100 Mil Dólares Bajo el Sol», con las actuaciones de Lino Ventura y
Jean Paul Belmondo, cuya trama se desarrollaba en el desierto de Marruecos. La producción fue una auténtica monografía de los camiones Berliet, mostrando todas sus
virtudes y capacidades de fuerza y velocidad. Durante una secuencia de persecución
y carreras de dos de estas máquinas a través de las arenas del norte africano, iguales a las que
transitaban por Penco, había gente «que echaba la talla» en la galería del teatro: «¡Dale 'Gitano', que a ti no te la gana nadie. Dale, dale, dale!» Los cinéfilos pencones, al salir del teatro, se encontraban con los Berliet de Cosaf, pero sin la bella Andrea Parisy a bordo, ésa que acompañaba a Belmondo. Tal era la «película» de la rutina de cada día en Penco, con los camiones circulando por ahí pero que nada tenía que ver con el filme francés. La cinta fue
postulada a la Palma de Oro, del Festival de Cannes, pero no alcanzó el
galardón. Y cómo pretendería ganarlo con un argumento pueril y más publicidad de vehículos de carga que contenido...
La
flota de Berliet pasaba todos los días con su carga de fosforita, cubierta por
una lona. Sin embargo, el material en forma de arenisca caía a la calzada y se
acumulaba en las cunetas. Algunos recogían eso y lo llevaban a sus huertas. Es probable que hayan sido los únicos camiones
de esa marca que operaron en Chile. Berliet tenía su factoría en la ciudad francesa de
Lyon. Esa empresa inició la fabricación de automóviles, buses y camiones a
escala comercial en 1901, la que se prolongó hasta 1974, cuando fue absorbida definitivamente
por la actual marca Renault.
Pues
bien, para terminar esta nota y antes de leer el texto preparado por Abel Soto,
volvemos al personaje «El Gitano», un hombre
popular en Playa Negra por su carácter y la excentricidad de sus muñequeras de
cuero, que lucía con orgullo al mando de su Berliet. De las personas
consultadas sobre este conductor tan especial, recuerdan su apodo de «El Gitano»,
pero nadie retiene hoy en la memoria su nombre verdadero. Seguiremos
averiguando…
CAMIONES BERLIET RUGIERON
EN PENCO
Por Abel Soto Medina
Entre
los años 1956 y 1970 la empresa Cosaf para acarrear su materia prima denominada
roca fosfórica o fosforita ─que se traía vía marítima desde África y se descargaba en el
Puerto de Lirquén─ tuvo que disponer de 4 camiones tolva de alto tonelaje para
la época.
Su
maciza estructura los hacía verse imponentes en su andar entre Lirquén y Penco.
Cada viaje transportaban unas 20
toneladas eran de fabricación francesa y su marca Berliet, todo ello por la
cercanía con la empresa de la misma
nacionalidad la «Compagnie Nord
Africaine de LHyperphosphate Reno», que aportó maquinarias y tecnología a
Cosaf. Para hacer una comparación de camiones podríamos volver la memoria a
esos tiempo y decir que en Penco Don
Abraham Retamal, comerciante y Rotario de la comuna, tenía un camión Ford de
color Rojo con una capacidad de 6 toneladas que disponía para sus negocios.
También la gente recordará que el
vehículo de carga se improvisaba para viajar
a Yumbel cada 20 de enero para pagar mandas a San Sebastián. Una situación
similar ocurría con el camión propiedad de don Mario Zúñiga. Al compararlos físicamente,
su diferencia era muy notoria, situación
que hacía aún más grande el impacto visual al ver a los Berliet, que se dejaban
admirar en sus recorridos de trabajo.
El
año 1971 al inaugurar Cosaf su Muelle Mecanizado y descargar a través de él su
materia prima llamada fosforita, los Berliet terminaron así su labor cumpliendo
plenamente su función y se enajenaron, quedando solamente los 4 de la 2da
partida ya que éstos eran de carrocería plana y con remolque. Así continuaron
en tareas de distribución de fertilizantes a clientes en los campos al sur de Concepción.
El
tiempo de funcionamiento de estos camiones se debe a sus buenos choferes y a
los mecánicos de mantención. Como estas máquinas fueron importantes en el
funcionamiento de la empresa hemos querido dedicarle estas palabras y también a través de ellas
queremos recordar a los varios de sus conductores y mecánicos que hicieron
posible operar y mantener estos equipos petroleros, nos referimos a:
Oscar
Rivas y su hermano, Arturo Ríos, José Herrera Osses, Víctor Godoy, Oscar
Ramírez y su padre, Américo Riffo Labraña, y el «Gitano», un personaje
por su físico y porque usaba una muñequeras de cuero; pero que no
pudimos recordar su nombre, Augusto Poblete, Jorge Garrido, Guillermo Salazar.
Muchos de los nombrados ya no están con nosotros, por tanto sea este texto un
recuerdo en su memoria y a los que quedan un reconocimiento.
(Abel Soto Medina, un aficionado de la historia).
Revisión de estilo: N.P.
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