Un horno calero de España. (Foto tomada de www.mondoñedo.net). |
La historia también se conoce a través
del arte, la poesía. Los versos de Homero, por ejemplo, han servido
para conocer la guerra de Troya, hecho acaecido en la nebulosa de los tiempos. El
trabajo del historiador es estudiar el poema, seleccionar los datos
razonables y coherentes y construir un modelo aceptable del pasado
del que no se dispone de más información para triangular. A escala
nuestra y muchísimo más reciente, no tenemos una prosa que nos
aporte pistas, por ejemplo de unos hornos para fabricar cal que hubo
en Penco, conocidos entonces como hornos caleros. A riesgo de
incurrir en una exageración y tal vez en una irreverencia al citar a
Homero en esta nota, podemos decir que hemos hallado información de
los mencionados hornos en una poesía del profesor pencón Enrique Fernández escrita en 1990.
Los hornos caleros de Penco estaban en
el talud entre la línea del tren y la playa en el camino a Cerro Verde. Eran de estructura
circular y construidos, al parecer, con ladrillos refractarios. Los
obreros caleros cargaban la capacidad de los hornos con conchas
mayormente de locos y en la base les allegaban fuego. El proceso de
transtormación de las conchas en cal tardaba 3 días, puesto que los
hornos debían alcanzar altas temperaturas para lograr el proceso
químico de conversión del carbonato de calcio en óxido de calcio. Una vez alcanzado el máximo de calor, que se advertía por la tonalidad blanca de los ladrillos, los hornos se apagaban y se
esperaba el enfriamiento total durante otros tres días.
Transcurrido ese tiempo se retiraba la cal. Esta se utilizaba en
blanquear fachadas y también con fines de higiene. Existía un mercado para el producto en Penco y concepción.
Los hornos caleros de Penco fueron
abandonados durante los años 50 y después desmantelados para usar
esos espacios en la edifición de casas. Los dos hornos se ubicaban
entre la línea y la playa a unos 100 metros al norte del cruce ferroviario de
calle Infante por el camino a Cerro Verde.
A continuación reprocimos los versos
del profesor Fernández sobre esos hornos:
HORNOS CALEROS
Por Enrique Fernández Salgado (Penco, 1990)
Progenie formal de familia Roa, con
tesón,
en 1850, auscultando el ambiente
trabajador,
moluscos, dureza triturada, Cal de
Concha ideó.
…..
En 1934, siguieron moliendas de
caparazones.
Don Pedro Roa Valenzuela (hijo),
continuó
igual obra, la Línea Férrea-Infante,
al fondo.
Instaló dos Hornos Caleros, aplicando
hombro.
La Cal de Concha se vendía bastante en
Penco,
codiciada en Concepción, “La Mocha”
del tiempo.
Su padre daba ritmo a: pesca, teja y
ladrillo.
Original escrito por el profesor Fernández. Este material fue cedido a nuestro blog por Luis Navarrete. |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario