miércoles, noviembre 22, 2023

CUANDO «LOS TRUENOS» TRONABAN EN PENCO

 

«LOS TRUENOS», en una actuación en el gimnasio del Deportivo de CRAV durante una velada bailable en mayo de 1965. El "crooner" (vocalista) de la banda es Jaime Alarcón Meléndez, quien me hizo llegar esta linda foto del recuerdo. Nótese la escenografía bajo un arco de básquetbol, con globos y el fondo de ramas de avellano.

                    «Los Truenos» es un nombre que nos remite a los estampidos en la atmósfera causados por descargas eléctricas. También nos evoca un súbito ruido ensordecedor. No obstante, en nuestro caso, se trató de un grupo musical. Por decisión de sus integrantes se adoptó ese nombre para la banda popular que se conoció en Penco en los años sesenta y que alcanzó buena fama en el medio local y en la zona. Infaltables eran «Los Truenos» en todos los malones y en las fiestas públicas de mayor volumen.

                    Sobre este asunto hace ya un tiempo recibí una nota firmada por un señor de nombre Jaime Alarcón Meléndez y cuyo texto fue el siguiente:

                    «Quizás me recuerdes, formamos un grupo musical por los años 60 LOS TRUENOS, junto a Omar Contreras, Mauro González, Pancho Martínez, mis primos Mario y Nelson Alarcón, de Lirquén, Ricardo (Chino) González y Juan Casanova ambos de Tomé. Un gran abrazo de un pencón. Jaime H. Alarcón Meléndez»

                    Y en el mail atachó una foto del grupo. Precisamente el vocalista o crooner de «Los Truenos» fue Jaime. Cuando se trataba de presentaciones en grande, como en los gimnasio de Fanaloza, CRAV o en Lirquén, la banda lucía trajes ad hoc: chaquetas brillantes, pantalón oscuro, zapatos lustrosos de charol e instrumentos relucientes. En lo musical estaban bien equipados: saxofones barítono y tenor, acordeón de teclado Honner grande, guitarra electrónica, un bajo y batería profesional. Cuando el equipo de audio entraba en on irrumpían «Los Truenos» a todo el volumen imaginable. Por cierto que nadie quedaba indiferente. Nadie se perdía el ritmo. A todos los invadían las ganas de bailar. Porque la banda cultivó el estilo popular sin encasillarse en un solo género. Ahí radicaba su fortaleza, melodías rítmicas, pegajosas de gusto transversal.

                    De sus integrantes sólo conocí personalmente a Mauro González, un compañero de curso de la ex Escuela 31. Mauro era más bien bajo, de tez morena y de personalidad afable, de pocas palabras, pero siempre alegre. Una vez lo visité en su casa en la esquina de Carreras con Yerbas Buenas. En el living había un piano negro brillante en impecable estado. Fue lo primero que atrajo mi atención. Y lo que me deslumbró inmediatamente, fue que Mauro se sentó al teclado y ejecutó con gran maestría un par de piezas conocidas. Entonces me di cuenta que mi amigo había estudiado música y sabía tocar piano. Una sorpresa, una gracia oculta de mi compañero de curso.

                    En consecuencia no fue de extrañar que él se haya integrado un grupo musical como lo hizo ayudando incluso a formar la banda «Los Truenos». Si nos fijamos en la fotografía, se obseva un atril con partituras, hecho que demuestra la formación y la calidad de los componentes de la banda. Su sólo nombre generaba expectación y era el plato fuerte en las veladas bailables de Penco.

                    Andy Urrutia, músico también y autor, no recuerda a ese grupo, que es anterior a su propia experiencia. Sin embargo, me dice que en la historia reciente de Penco hubo bandas que sonaron bien y que aún son recordadas como «Pauta 5» y otras. Andy es uno de los integrantes fundadores del conocido grupo pencón “Cangaceiro”, cuyo estilo es de rock progresivo con influencia altiplánica . En el presente, música local pencona hay y también la hubo, es cosa de trajinar en la historia escrita en partituras.


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