sábado, diciembre 30, 2023

LAS LUMINARIAS DE AÑO NUEVO EN LOS BARRIOS DE PENCO

FIESTAS DE LA FOGATAS DE AÑO NUEVO, que se celebraba en el ex recinto Cosaf de Penco.
                     TEXTO Y FOTOS, ABEL SOTO MEDINA
                    

                    Quemar muñecos para despedir el año viejo, es una costumbre arraigada desde tiempos remotos, considerando que ya, los Celtas y los Romanos, los realizaban. En la península Ibérica existe una teoría que esta costumbre desde España pasó a Ecuador, y de ahí se ha expandido por América Latina. Después del previo comentario, me referiré a las Fogatas de Año Nuevo de Penco, que tienen también una larga data, a pesar que es una actividad que se está extinguiendo, sigue siendo una costumbre que se realiza como una religiosidad el día 31 de diciembre de cada año.

                    En cada barrio se vive la preparación de la fogata, y eligen a quien quemar, y principalmente las mujeres se encargan de confeccionar el Mono que representará al individuo malvado que se hizo acreedor de tal condena.

                    Las Fogatas las hay actualmente en los barrios de Villarrica, Membrillar, Gente de Mar, Cerro Verde Alto y Bajo, Playa Negra, Cementerio y todos los alrededores de Penco y Lirquén, cada uno quiere hacerla más grande, vistosa, y que sea apreciada desde cualquier punto que se mire, toda esta actividad está llena de emotividad en su creación, formación y finalidad, para quienes las realizan y cooperan en su confección, que generalmente es la juventud, que reuniendo entusiasmo y alegría la llevan a realizar. Hoy quienes los años nos han pasado, seguimos vibrando con esas sensaciones de alegría y nerviosismo, entre cuetes, fuegos artificiales, abrazos y lágrimas, cada 31 de diciembre indudablemente nos trae nostalgia, pero la nostalgia es parte de todo ser, y uno vive, aunque observando una misma Fogata, cada sueño es diferente, porque es de cada uno, pero la luz de la Fogata se encarga de alumbrar los sueños de cada cual.

                    Hace ya unos años, viví muy de cerca toda esta parafernalia de la Fogata en muchas ocasiones, y el lugar fue el Recinto Cosaf, en Playa Negra, y una vez, cuando ya no existía ése conjunto habitacional, en éstas fechas les quise recordar a mis hijos, y a otros hijos de trabajadores de la empresa, un relato, lo más parecido a lo que se vivía cada 31 de diciembre, preparando la fogata..

                    Después de los regalos de la Navidad, venía la recolección de ramas secas, para dar forma a la futura fogata del año, para ello se reunían en grupos los jóvenes y adolecentes para ir al cerro como se denominaba, y era común verlos llegar cada uno con un montón de ramas, generalmente secas, cada montón, indudablemente iba de acuerdo a las fuerzas de los recolectores, era un ir y venir mañana y tarde, regresaban a veces marcadas sus bocas con color del maqui, que aprovechaban comer cuando los senderos los llevaban a esos lugares….pero llegaba el día 31 y tipo 18 horas llegaban las últimas partidas, entonces los mayores y más robustos, se encargaban de ir a buscar el Mástil, que en torno a él se acumularían las ramas, previo amarre del Mono a Quemar…la hora avanzaba y el Choty, hombre fornido y encargado de ésa gestión, no llegaba con el mástil, había preocupación, hasta que de pronto, el grupo encabezados por el Choty, ya se hacía notar por el boche que traían, dónde las órdenes y risas no dejaban de parar, sumado a ello, la polvareda que provocaban el arrastrar el palo principal, junto al mechón de ramas que servirían para colgar adornos y al mono principal a quemar… ubicado en el lugar, ya se había cavado un hoyo para enterrar el palo mástil, que la mayor dificultad era ponerlo vertical, dado su porte y el peso, sumado a ello, que no estaba seco, por lo tanto, los que intervenían eran los dueños de casas, que con cordeles, ideas y maniobras, se procedía a ponerlo de pie, logrado eso, ya venía la tediosa acumulación de las ramas, entre tanto, las mamás, traían, jugos, bebidas, queques, sandwiches, y para los mayores algunas copitas de poche, que más de algún adolecente aprovechaba haciendo valer la ocasión para probar lo desconocido para él hasta ese entonces, finalizada la tarea de ubicar la última rama, venían con mayor fuerza los refrigerios y la tertulia, pronto llegaba la guitarra, algunos cánticos y al por mayor las conversaciones, anécdotas, todas ellas cargadas de nostalgia y emotividad… mientras tanto se acercaba rápidamente la noche y las voces de las mamas se hacían notar llamando a sus retoños para que se bañaran y así estar listo para la cena en cada hogar, no sólo a los hijos llamaban las mamás, sino que también a sus maridos… las ramas se quedaban quietas esperando la hoguera que llegaría con el nuevo año, …al momento de encender los jóvenes rodeaban la pira, cada uno con su antorcha y al toque de la Sirena de los Bomberos, que indicaba la media noche, procedían a encender las ramas con su mástil y mono en lo alto, rápidamente todo ése material se convertía en una hoguera, que acercaba el calor e iluminaban los rostros de cada uno, soñando y pudiendo que el año que entraba fuera mejor para sus sueños, terminaba allí el gran esfuerzo de toda una semana, pero el recorrido de un año”. En el intertanto los abrazos, de casa en casa, champagne, Ponche, bebidas, jugos, todo servía para abrazar la amistad y desear un Feliz Año Nuevo a cada integrante del Recinto Cosaf, que quisiera compartir la alegría que provocaba la Fogata.

POSANDO, AÑOS HA, JUNTO A LAS RAMAS APILADAS (QUE SE VEN ATRÁS) PARA LA FOGATA DE AÑO NUEVO EN COSAF: Arriba: José Alarcón, Osvaldo Thon, Janny o Carmen, Óscar Cid, Miguel Parra, Lily, Guillermo Salazar, Valeska, José Aguayo, Inocencio Campos y Abel Soto. Sentados en segunda fila: Manolo, Chity, "Pelao", Marcelo, Fernanda, Cristian Rossi, Emilio y Eva Saravia. En primera fila: Moncho, Leslie, Mauricio, Cynthia, Yasna, Mimi y Óscar Orellana chico.

                    Vaya un recuerdo a todos en los nombres de los jóvenes de entonces, Marcela, Mónica, Janny, Carmen, Ana María y Oscar Cid; Lilí y Emilio Thon; Cristian y Lily Rossi; Eva,Yasna y Patricia Saravia; Carlos y Janette Alarcón; Carmen, Ximena, Valeska Salazar; Moncho y Miguel Valencia: Carlos “Choty” Aguayo y su sobrino Manolo; Marcelo Cartes y sus Hermanas; Marco, Mauricio, Chechy, Fernanda Parra, Leslie, Cynthia, Christian “Pelao” Soto y entre los adultos Carlos Alarcón, Guillermo Salazar, José Aguayo, Víctor Cartes, Artemio Cerda, Osvaldo Thon, Celedonio Vega, Oscar Cid, Inocencio Campos, Miguel Parra….. y así tantos otros jóvenes y adultos no registrados pero que se deben identificar en los nombrados. Un bonito recuerdo que quise dar a conocer justo llegando estas fechas llenas de nostalgia y emoción, por todo lo que encierran.

Abel Soto Medina

Aficionado a la Historia


Penco, Diciembre 2023

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