MAX WENGER 1942-2023 |
El jueves 27 de diciembre de 2023 ha dejado de existir Max Wenger, periodista, locutor y profesor, vastamente conocido en el medio periodístico penquista. Residía en Villarrica desde hacía años, ciudad en la que continuó trabajando. Wenger nació el 5 de agosto de 1942, tenía 81. Quienes lo conocimos de él estamos cargados de recuerdos, enseñanzas y anécdotas. Tenía un tono de voz grave y hablaba pausadamente. Admiré, entre otras de sus virtudes, su seguridad para leer noticias a micrófono abierto, para narrar un partido de fútbol de alta convocatoria, pero por sobre todo me sorprendía su humildad. Jamás se vanaglorió de esos talentos únicos que poseía. Era exigente en la redacción de textos, tanto con el uso de los signos como del vocabulario. Rechazaba las palabras vulgares, los lugares comunes. Y en el otro extremo descartaba las palabras rebuscadas que lindan en la siutequería por pretender ser poéticas. Muy buen maestro de práctica fue Max, hay muchísimos ex estudiantes de periodismo –me incluyo– que le agradecen sus certeras correcciones de textos, de contenidos, de dicción, de pronunciación y de presentación adecuada a la labor.
Había cumplido 62 años de trayectoria, profesor normalista, un par de años trabajó en comunicaciones para la Organización de Estados Americanos, OEA, fue también Director de Radio Parque Nacional de Villarrica por casi 20 años en esa ciudad. Igualmente, fue columnista del Diario Correo del Lago. Participó activamente en la continuación de ese medio local, luego del fallecimiento de su hermano menor Eduardo Wenger quien había sido el fundador. Se desempeñó como locutor y creador de programas radiales en esa ciudad de la Araucanía. Sin duda que Max participó en una infinidad de otros proyectos de comunicación, como hemos dicho, anteriores a su llegada a Villarrica.
El mayor reconocimiento se lo otorgaron las audiencias masivas. En Concepción relataba los partidos de fútbol como ninguno por la radio Simón Bolívar, propiedad de Antonio Jaén. Narró partidos desde la cancha de la Refinería, el Fortín pencón, en los tiempos del Regional de Fútbol, ésas fueron sus primeras incursiones en el micrófono y también las primeras transmisiones radiales desde el Fortín. Después la entrada del Club Deportes Concepción a las ligas mayores tuvo en los relatos de Wenger un gran impulsor. También narró partidos en televisoras de Santiago, donde había fijado su domicilio. Pero, el sur le atraía y desde su residencia en la capital optó por regresar pero no a Concepción sino que se radicó en Villarrica para iniciar ahí nuevos emprendimientos comunicacionales.
En la ciudad penquista Wenger, por otro lado, tuvo un público distinto, de otro carácter mientras se desempeñó como locutor y presentador en la Radio de la Universidad (RUC). Allí escribía libretos que él mismo leía para introducir magníficas producciones de ópera y sinfonías, temática esencial de difusión de esa radio, entonces orientada a la cultura de élite. En RUC integró un elenco de locutores de primerísimo nivel, entre ellos Fernando Álvarez, Francisco Miguieles, Sergio Lagos, Sergio Castillo.
Si desde el periodismo tratáramos de clasificar el perfil profesional de Wenger, sin duda perteneció al periodismo clásico, cuya senda iniciaron los hermanos Hernán y Enrique Osses Santa María, Pedro Pelén, José Cheché Martínez, Carlos Adolfo Vergara, Carlos Godoy, Pancho Bernasconi. Formado en la ortodoxia de aquella Escuela de Periodismo que dirigió Alfredo Pacheco Barrera nunca faltó a las exigencias de la profesión. Eran los tiempos de otros grandes periodistas penquistas que debo nombrar: Hernán Muñoz, Mauricio Montaldo, Luis García Díaz, Darío Rojas, Luis Délano, Christian Paulsen... la lista es muy larga. Max Wenger siguió disciplinadamente todas las premisas de la profesión de esos años: culto, ponderado, bajo perfil, pulcro en su presentación, apegado a las normas del lenguaje, a la verificación de los hechos, el respeto al derecho de autor, a la humildad en el trabajo. Era evidente el placer que sentía al escribir una crónica, al leer un informativo radial, al narrar un partido de fútbol, al presentar una sinfonía. Su acervo cultural era riquísimo.
Max Wenger (Enrique Maximiliano Wenger Meza) era de Penco. Su niñez y su juventud las vivió en una casa que hoy no existe, por calle Penco frente al río y a la plaza. Siguió la educación básica en la Escuela N° 31, cuyo director era el señor Amulio Leyton García.
El padre de Max fue empleado de Fanaloza por algunos años y después desarrolló un proyeto independiente de la industria. La madre, doña Adriana Meza, era profesora en la Escuela de Niñas N° 32 de Penco y ella tenía la afición de escribir poesía. Fue una poetisa reconocida por sus colegas y su producción poética alcanzó cierto renombre por competir en concursos literarios provinciales. De Penco la familia emigró a Concepción antes de los dos grandes terremotos de 1960.
Reproduzco parte de una entrevista para este blog publicada el 2008.
‒¿Cuándo decidiste dejar Santiago, por qué elegiste Villarrica?
‒Conocí esta hermosa zona del lago, el volcán y los ríos a mediados de los 60. Un gran amigo y compañero de universidad, vivía aquí y desde entonces vine todos los años. Resultado: me enamoré de Villarrica y me propuse que algún día me haría villarricense adoptivo.
‒Supongo que en tu corazón, Penco debe ocupar un rincón ¿grande?, ¿chico?
‒Penco tiene un lugar inamovible en mi corazón y en mis recuerdos de niñez, cuando la vida es todo inocencia y alegría. Dicen que la memoria se activa con las emociones y para mí Penco está lleno de emociones y ternura.
‒¿Desde cuándo no te das una vuelta por Penco?
‒Algunos meses solamente quise reconocer la ciudad con un paseo por sus calles y barrios. Recorrí la playa evocándola en sus días de esplendor.
‒Cuando te acuerdas de Penco, ¿qué es lo primero que se te viene a la mente?
‒Aquellas cálidas y apacibles mañanas de playa en el verano junto a mi familia, su plaza y las personas y personajes que desde la puerta de la casa que habitábamos en calle Penco, veíamos pasar. Las visitas a la cancha los domingos y los pitazos de las industrias que marcaban el ritmo de la ciudad.
‒¿Valió la pena dejar Santiago o te ha tratado bien Villarrica?
‒La experiencia de vivir dos décadas en Santiago es invaluable. Subsistir en Santiago es temerario. Y como a muchos les sucede, llega un momento en que se busca mayor cercanía con la naturaleza, con mejores condiciones ambientales y la tranquilidad que ofrece la vida en provincia.
‒Tú has escrito entretenidas historias en este blog. Pero, la pregunta es ¿Te han sorprendido otros contenidos?
‒Sin duda. Me han impresionado aquellos contenidos que rebosan humanidad y afecto por su ciudad natal y por su gente, que me han permitido conocer a la distancia los ideales de muchas personas, jóvenes de ayer, que llevan a Penco en un rincón del alma.
Por Héctor Alarcón Manzano, periodista
En la Región de las Araucanía, donde residió en sus últimos casi 30 años, fue despedido el destacado periodista y locutor chileno, Maximiliano Wenger Meza, fallecido el pasado miércoles. Fue acompañado por sus dos hijos, ex colaboradores de su emisora, amigos y autoridades de Villarrica.
En la Catedral de Villarrica se ofreció un responso final, donde la ex colaboradora de Radio Parque Nacional, Gladys Cárcamo, señaló que “lo despedimos, no como él realmente se lo merecía, por todo lo que le entregó a la comuna en su radio y como persona. En esa época se trajeron artistas nacionales, periodistas destacados para ayudarnos a realizar mejor nuestra labor, y se hicieron muchas campañas para colaborar con los más necesitados de Villarrica”.
También le dio el último adiós su hijo Ricardo, médico radicado en Valdivia, en nombre de su hermana Ingrid (quien vino desde Barcelona días antes, cuando supo la gravedad de su padre) y de Ninoska, compañera de Max. Además, se hicieron presentes vecinos, trabajadores de la radio y autoridades, entre ellos el ex jefe comunal, Pablo Astete, con quien se relacionó por varios años, considerando los períodos que la autoridad estuvo en el cargo.
El actual alcalde, Germán Vergara, que concurrió a presentar sus condolencias durante el velorio, señaló que la ciudad de “Villarrica, y por qué no decir el país, perdió a un profesional de mucho talento, que quizás aquí no fue valorado por lo que era. En lo personal, y como autoridad, lo lamento mucho porque en la radio y diario Correo del Lago se notaba su capacidad. Se le extrañará». Los restos de Max Wenger fueron trasladados a Temuco, capital de la Región de la Araucanía.
Max llegó a la ciudad lacustre en la última década del siglo pasado, donde fundó Radio Parque Nacional. Luego se desempeñó en los diarios Correo del Lago de Pitrufquén y Villarrica y radios del mismo nombre en esa zona. Falleció el pasado 27 de este mes, a los 81 años de edad.
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