miércoles, noviembre 13, 2024

ESA BAHÍA QUE TRANQUILA TE BAÑA

LA ISLA ROCUANT, curiosa isla rodeada de agua salada y agua dulce.
 

                    Si nuestra bahía de Penco (de Concepción) estuviera cerrada al océano, sería un lago con una capacidad de 4.500 millones de metros cúbicos de agua salada con una superficie de 180 kilómetros cuadrados. Una profesora de la Universidad de Concepción decía que nuestra bahía era como un mar interior. Bueno, casi un mar interior, porque tiene dos «compuertas»: la boca chica y la boca grande por donde se conecta con el gran océano, el más grande del mundo, el Pacífico. La profundidad promedio es de unos 25 a 30 metros, con una máxima de 50 metros cerca del cabo norte de la isla Quiriquina.

                    Estudios realizados por científicos de la Universidad Católica y de la Universidad de Concepción detectaron una estructura vertical de dos capas de agua, que salen y entran por la señaladas «compuertas». Primero, los trabajos de investigación marítima establecieron que el agua del mar abierto ingresa por una capa situada entre los diez metros de profundidad y el fondo marino y que sale por la capa de la superficie. Este ir y venir, alentado por los vientos del suroeste y el ritmo de las mareas, permite que el agua de la bahía se renueve aproximadamente cada 77 horas, esto es cada 3,2 días. Sin embargo, es preciso indicar que a este respecto falta información más actualizada.

UNA BARRERA de aves marina en el delta de río Andalién.

                    Nuestra bahía tiene dos islas. La más importante es la Quriquina, que es la que genera las dos bocas, la grande y la chica. Esta última la separa de la península de Tumbes y la grande, la separa de punta Cocholgüe. La más interesante del par de islas es Rocuant, porque justamente no parece una isla. Sin embargo, porque está rodeada de cuerpos de agua y pantanos que la separan de tierra firme no queda más opción que admitir que es una isla. Su curiosidad estriba en que por el lado norte la baña el mar y por el oriente y el poniente la aislan el río Andalién y el estero los Batros. Los pajonales divisorios se despliegan por el sur. Debe haber pocas islas de esta naturaleza en el mundo. De allí su interés. La isla Rocuant es un paraíso de aves silvestres de todo tipo.

                    La temperatura del agua de la bahía de Penco (de Concepción), oscila anualmente entre los 13 grados centígrados y los 17 grados centígrados. Aunque en verano puede llegar a los 18 grados centígrados ni siquiera podríamos decir que el agua es tibia, es definitivamente fría. Se debe a la corriente de Humboldt que arrastra aguas gélidas de la Antártida a prácticamente toda la costa de Chile y Penco no es la excepción.

LA PLAYA  DE PENCO y a la distancia la Boca Chica de la Bahía.

                    El río Andalién tiene un rol importante en las características de la bahía. Aporta agua dulce con un promedio diario de un millón de metros cúbicos. El flujo del Andalién añade turbidez al mar y agrega fango al fondo marino puesto que trae desechos ricos en nutrientes de zonas agrícolas y en parte urbanas. Estudios dicen que el agua del río penetra al mar hacia el norte y que después se gira al este. Este movimiento no es extraño en Penco puesto que en invierno, con las crecidas el mar arroja troncos de árboles a la playa que llegaron allí navegando por el Andalién. Durante los meses invernales es fácil de comprobar la turbidez en la línea de la costa a causa de las crecidas del río.

                    Mar interior, o lago salado, la bahía de Concepción le ha dado un toque a la personalidad de nuestros habitantes, es el eje en el que gira toda la geografía pencona, es el horizonte de la comuna y parte de su cosmología. Está en nuestro adn desde la llegada de los conquistadores. Este mar ha moldeado la historia, baste recordar que un maremoto (de tantos) obligó a la mudanza del antiguo Concepción desde Penco al valle de La Mocha. Nuestra bahía también nos hace soñar, cuando miramos los buques que entran y salen por la boca grande. Al contemplarlos nuestra imaginación nos habla: adónde se dirigen o de qué puerto del mundo zarparon para llegar aquí... ¡Gracias Dios por este don!

----

Información: paper UC, profesores Mesías y Salinas.

IA.


No hay comentarios.: