jueves, junio 25, 2009

"YO VENGO DE PENCO CHICO"



Por Iván Ramos Castro,
Isla Margarita, Venezuela

Quiéralo o no, Penco se nos atraviesa donde sea que estemos. No importa lo distante que en que nos haya colocado el destino. Más allá de su Planchada emblemática, como la defienden algunos, o el cuasi eterno transcurrir de su estero que a ratos, y esto sin exagerar como queriéndose tragar el mar.., (después de unos cuantos jotes adentro, claro), unos pocos aleteos al aire en un vano intento por robarle una estrella a "Las Tres Marías" para hacerle una broma a nuestro amigo Nono, hoy guardián estelar de los cielos de nuestra bahía. ¿Como esquivar el regaño del profesor Melo o el varillazo justiciero en pro de la responsabilidad y los buenos modales de parte de nuestro profesor Jorge González, ilustres académicos de la escuela República de Italia? Penco no es una alegoría socrática, que nosotros no somos griegos ni vikingos. Por donde vayamos, recorramos, andemos y otros viajes, a la manida pregunta esa: ¿de dónde vienen..? - de un crisol de sangre activa perenne, de frutilla pasada en tinto, de charqui, pan amasado y un buen tinto bendecido por las calles Infante, Chacabuco, Membrillar o por donde se ocurra a mi buen amigo Pascual, el pintor del mar. Acá en esta tierra caliente, tropical y cegadora de luces que escapan entre venas rotas a un mismo grito de esperanza o desconcierto, difícilmente podemos escapar también al influjo, flujo y reflujo de atávicas fuerzas que nos dominan y, ante la consabida pregunta:"¿de dónde vienes, de qué parte..? - la respuesta es inmediata: de Penco Chico, Poh.

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