Crepúsculo en Penco. (Foto de Jaime Robles). |
Cuando ya
se acerca el mediodía, uno puede tomar su vehículo, subir por Villarrica y
seguir hacia Primeragua. Apenas cuatro kilómetro camino arriba se llega al
restaurant de Zulema, un muy buen lugar para almorzar sin apuro. Desde la
galería orientada al poniente se tiene una magnífica vista hacia la isla
Quiriquina. La especialidad de Zulema son las carnes preparadas al más puro
estilo pencón: bien adobadas, deliciosas papas fritas y exquisito pan amasado. Una
copa de buen vino tinto Merlot va muy bien.
Se puede
hacer una agradable sobremesa junto a la piscina del lado norte bajo una pérgola
y al cabo de haber reposado lo suficiente, uno regresa a la ciudad para
concentrarse en la playa. Las cuatro de la tarde es la mejor hora para comenzar,
sin alta radiación UV y con viento calmo. El mar sosegado invita a bañarse y
dar un par de brazadas. Si las fuerzas dan, se puede ir nadando hasta la balsa.
Allí, un par de piqueros y de regreso a la playa a tomar el buen sol y
disfrutar del panorama, que siempre tiene novedades interesantes.
Cuando cae
la tarde, hay que darse una ducha y después irse de paseo por la plaza de
Penco. Luego de dar una vueltas y saludar a los amigos uno puede sentarse a leer un poco
o revisar los mail en el Ipad. A esas alturas, la actividad de la tarde
despierta el apetito. Nada mejor, entonces, que caminar rumbo a la Planchada
para presenciar y fotografiar el atardecer el Penco.
De ahí, la
sugerencia es ir caminando al Casino Oriente. Recomendable es hacerlo por la
playa directamente. Ya en el recinto sugiero pedir un piscosur y sostener una
distendida conversación con el dueño del local, mi amigo Navarrete. Siempre
tiene noticias y copuchas penconas, harta historia también. Tras la conversación, lo mejor es pedir un plato de
pescado (propongo atún) con ensaladas y un vino blanco frío, ojalá Chardonnay. La sobremesa
puede prolongarse todo lo que uno quiera. Desde las ventanas del casino se
divisa gran parte de la playa en perspectiva nocturna y al otro lado del mar,
las luces de Talcahuano. ¿Qué mejor?
Terminada
la jornada la mejor sugerencia es regresar caminando al hotel ahí frente a la
plaza. Claro que es indispensable hacer todo este recorrido en buena compañía. ¿No creen lo mismo?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario