jueves, noviembre 07, 2013

EL BOSQUE DE CAÑAVERAL JUNTO A GENTE DE MAR

Un cañaveral similar a esta foto de referencia
 tuvo Penco unos metros al sur de la cancha
de Gente de Mar.
Por algún motivo, entre la línea férrea y la playa, junto a la cancha de Gente de Mar y entre Alcázar y Yerbas Buenas, el suelo es apto para el crecimiento del cañaveral. Hubo un tiempo en los años sesenta en que esas plantas crecieron abundantes en los patios de las casas que había allí. Una de ellas perteneció al sastre Guillermo Spencer Petinelli, quien llegado de Santiago, se hizo muy conocido en Penco por sus dotes para confeccionar trajes. Y una de las aficiones de este sastre fue cultivar un jardín, que parecía un vergel, en la prolongación  del terreno que terminaba en la playa. Las óptimas condiciones del terreno para el desarrollo del cañaveral, decíamos, favoreció su crecimiento y abundancia al punto que la reducida zona semejaba un bosque tropical.
Don Guillermo Spencer Petinelli.
 
Y no sólo era el aspecto de un intenso verde manzana, sino que además el viento sur agregaba el sonido particular del roce de las largas hojas de estas plantas parientes de bambú. Don Guillermo Spencer cultivaba también flores crecedoras como los nardos y los girasoles. Las aves anidaban en esa pequeña superficie verde creada por el cariño de sus moradores, al sur de la cancha de fútbol. 
El jardín era una magia para los niños que visitaban la casa. Bajaban del segundo piso y se emboscaban en el jardín. Corriendo o caminando por el sendero de arena desembocaban súbitamente a la playa de los pescadores. Luego de jugar horas allí regresaban cruzando primero el jardín y pasando junto al cañaveral para ser recibidos en casa por doña Julia Muñoz Molina, la esposa de don Guillermo quien agasajaba a sus huéspedes con sabrosas onces veraniegas.  

Julia Muñoz e Isabel Spencer, en
una foto tomada en Santiago.
Hoy en día no existe el abundante cañaveral. Pero, el suelo sigue siendo apto, como lo demuestra esta fotografía en que porfiados renuevos de esas plantas emergen de la arena. Una muy buena idea sería favorecer el cultivo del cañaveral en los espacios públicos de esa área pencona, o motivar a los vecinos para que lo hagan. Se recrearía así la magia que hoy aun recuerdan personas mayores, niños de aquellos años.


(Los datos y las tres últimas fotos que ilustran este
texto los envió Carlos Wedel M.)

Plantas de cañaveral emergiendo en la arena.
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