domingo, septiembre 06, 2015

CON UN PLAN CIENTÍFICO PENCO BUSCARÁ LA TUMBA DEL GOBERNADOR DE CHILE ALONSO DE RIBERA

El alcalde Víctor Hugo Figueroa informa a Nelson Palma, director de este blog, 
los alcances de la búsqueda arqueológica. 
            Con frecuencia se oye decir que fulano de tal encontró un objeto metálico antiguo bajo el suelo del patio de su casa. Y el asunto se potencia porque otro dice haber sabido de algo por el estilo. De tanto en tanto, salen a la luz piezas de bronce o de cobre tales como espuelas, bombillas, estribos, crucifijos, jarros y otros después de decenas de años de haber estado enterrados. Algunos podrían corresponder al período de la Conquista, otros a los años bravos de la Independencia. ¿Dichos objetos dan pistas que nos conduzcan a otros hallazgos? Con estas pruebas más los datos históricos serios de que se dispone, la municipalidad de Penco decidió poner en marcha un plan  científico para recuperar testimonios de su pasado. Junto con lo anterior se sabe que gobernadores españoles que dirigieron Chile desde Penco, están sepultados aquí. El alcalde Víctor Hugo Figueroa quiere llegar al fondo del asunto y dar con sus tumbas aplicando el plan de búsqueda. Enfrentado a la incertidumbre de un intento frustrado, Figueroa afirma: «Y si no lo lográramos, igualmente algo valioso vamos a encontrar». La frase parece ser el lema del propósito.
Jaime Robles, presidente de la Sociedad de Historia de Penco, muestra un estribo de bronce, correspondiente al período de la Colonia, hallado en el patio de la casa 
del profesor Rosauro Montero.
              Para ese fin se ha contactado al arqueólogo mexicano Juan Carlos Jácome, un especialista en el salvamento de sitios de interés histórico, para que realice en Penco un trabajo de prospección en una superficie de cinco mil metros cuadrados, seccionados en distintos lugares de la comuna como una primera aproximación. Estos sondajes se efectuarán con equipos que operan con sistema de sonar para detectar bajo el suelo objetos de distintas densidades con gran precisión y hasta una profundidad razonable. Tales tareas de prospección deberían iniciarse el próximo verano y tendrán un costo de siete millones de pesos. Los sitios a explorar serán donde estuvieron la iglesia de San Francisco, la catedral y el Palacio del Gobernador. Una vez realizado el mapeo del subsuelo, el plan de excavaciones será transferido a la escuela de Arqueología de la Universidad de Concepción, según conversaciones preliminares entre el municipio pencón y ese instituto universitario.
El gobernador de Chile Alonso de Ribera, quien
 trajo a  Penco la modernidad de Europa.

          Un aspecto previo al inicio de excavaciones será llegar a acuerdos con los propietarios de los sitios donde exista la posibilidad de encontrar objetos. Sin embargo, ─más que un tesoro de joyas, oro o reliquias─ el alcalde Figueroa cifra sus esperanzas en hallar al menos una tumba de un gobernador de Chile sepultado en Penco. «Ojalá pudiéramos encontrar a Alonso de Ribera», nos dice Figueroa, «porque fue un hombre excepcional. Trajo de Europa a Penco los juegos de naipes, introdujo el uso de la moneda, incorporó el empleo del tenedor… Vale la pena saber dónde están sus restos». La esperanza de Figueroa se sustenta en el hallazgo en marzo pasado en Madrid de la tumba del autor de El Quijote, Miguel de Cervantes, fallecido en 1616. Su ataúd estaba identificado con las iniciales M y C (Miguel de Cervantes), hecho que permitió confirmar la autenticidad de los restos. El alcalde de Penco estima que las cajas mortuorias de los gobernadores deberían también tener iniciales de identificación, porque así se usaba entonces. Alonso de Ribera, por ejemplo es coetáneo con Cervantes. Ese gobernador murió a los 57 años, en 1617 y fue sepultado aquí con los protocolos empleados en el siglo XVII. La búsqueda es una apuesta, pero con fundamento. Sin duda, si el propósito llegara a buen puerto, el hallazgo sería noticia internacional. Recorriendo ese camino de excavaciones se espera que la tierra pencona devuelva muchas reliquias. Adquiere sentido, entonces, el lema «algo valioso vamos a encontrar».

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